LA AVARICIA
Otro pecado que se encuentra muy unido a la envidia
es la avaricia ya que ambos se caracterizan
por un deseo insaciable aunque este último
se asocia más con los bienes materiales.
Es la pasión que se encuentra ligada de forma
más estrecha a los problemas más importantes
en la sociedad actual.
Todo el mundo quiere tener una casa con unos
muebles bonitos en la que sentirse a gusto y poder
vivir tranquilamente con su familia.
Un sentimiento tan humano que los hombres
de las cavernas ya poseían pero el error
llega cuando queremos más y más.
Cuando en vez de una casa bonita queremos dos o
tres y además equiparla con los equipos de sonido
y audio más modernos del momento
y llenar el garaje con un coche de gran cilindrada
no hace más que corromper las necesidades del individuo.
De aquí viene la sociedad de consumo
y el enriquecimiento de unos pocos a los
que les interesa que las cosas funcionen así.
Como vemos es pescadilla que se muerde la cola.
Además la avaricia provoca robos, engaños,
manipulación de la autoridad o violencia.
Cuando no se consigue el objeto deseado
o no se ve caer hasta lo más hondo del pozo
a cierta persona llega la ira. Si en anteriores
tropiezos se podía decir que hasta cierto
punto tenían su sentido y eran necesarios
en el enojo no lo veo así ya que es un sentimiento
no ordenado ni controlado aunque sin duda
es uno de los instintos más básicos del ser humano.
La ira no se puede eliminar, claro está,
pero si aprender a controlarla.