He guardado silencio, pero
mi herida sigue sangrando
y mi corazón arde de fiebre,
no conozco aun mi fin,
ni se cual es la medida
de mis años ya vividos,
porque mi vida, no es más
que un soplo de aliento,
una sombra que vive
y pasa lentamente sin saber
quien es y para que
ha sido creado, pero
siempre gime de mi interior
para seguir caminando,
como los ríos que disminuyen
y aumentan de caudal,
escucha mi grito
no seas sorda a mi llanto,
yo solo soy un forastero,
dame un poco de agua
y aplacar mi sed, un respiro
para seguir viviendo,
prefieres que el mal
haga corroer mi cuerpo,
destruye la gangrena
con un beso de tu boca,
no tengo crímenes
perso muchas desgracias,
mi alma espera de ti
una fiable palabra de amor,
todo este tormento
me viene del cielo,
fue la espada
de tu rey victorioso
que te dio la victoria,
es para mi la peor derrota,
ahora triste y derrotado
voy camino de regreso a casa,
no me avergüenzo
ni escondo mi rostro,
y aunque mi aliento
se hunda en el polvo,
los secretos de tu corazón
y el mio, como ovejas mansas
se juntaran en el rebaño,
ya quisiera ser viento
para abrazarte, oscura sombra
donde se pierden los amantes,
rincón donde los azahares
se preñan de aromas, lecho
donde pernoctan los pesares,
senderos de pasos errantes,
flores de amapola se parecen
los retazos de mi alma,
mi voz un trueno en la montaña,
y mis parpados
el parpadeo de una estrella.
El Caminante...