La noche y día
Hermosa sensación en ésta noche Lúbrica; cantas, lloras, melancolía, entre sus brazos de sombras de día, de quién desea tenerte sin reproche.
Arrojas en el momento del porche, el atrio alumbrado con agonía, el infortunio y la monotonía, en la lejanía el fragor de un coche.
Era quien rompía la serenidad de la noche tardía, en la albada despunta la mañana con humildad,
alegrando el porvenir halagada, dando paso al regente y su claridad, jovial y risueño, da la vida amada.
Autor: Joan
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