Nuestra vida en sociedad
está llena de máscaras,
barnices,
adornos,
disimulos.
Tanto nos acostumbramos a presentar una imágen,
que llega un momento que ya no sabemos
quiénes somos nosotros mismos en realidad.
Cuando nos descuidamos,
comenzamos a fabricar alguna máscara
para evitar los cambios más profundos,
o porque no nos atrevemos
a ser nosotros mismos.