Por primera vez en muchos años
me siento frente a un papel blanco
y no veo nada...
Todo es blanco. Se me fue la inspiración
igual que se me fueron las ganas
y aunque no ceso de mirar
ya no veo nada.
Me incomoda este frío color blanco
de este papel que tengo enfrente
y pienso una vez más
en como dejar de quererte,
y sigue blanco, y sigue sin
respuesta
esta tormenta que se niega
a abandonar mi cabeza.
Trato de recordar que es lo que hice
mal,
que fue lo que te alejo de mí,
y vuelvo a mi soledad,
esa que nunca me abandona,
la que me acompaña
aunque sigas en mi memoria.
Una noche más vuelvo a echarte de menos,
me pregunto como estarás,
me inquieta no saber de ti,
me mata esta soledad.
Cuando no puedo mas miro tus cartas,
las guarde para recordar cual es tu
voluntad.
Lo leo y lo releo para darme
cuenta
que así lo has querido,
que me pides que no hablemos por un tiempo,
y yo respeto aunque no entiendo.
Sigo mirando como cada noche
la luna antes de acostarme,
sigo escuchando esa
canción que una vez me
regalaste,
sigo intentando encontrarme
a mi misma.
Sigo buscando muy dentro
de este cansado corazón la verdad de todo.
Sigo luchando por la amistad,
por las cosas que de verdad
valen la pena de este mundo incierto,
sigo esperándote.
Tal vez deba alejar mis pasos de
aquí,
volar lejos... y tratar de olvidarte,
así lo hice,
y aquí estoy. Pero... por muy lejos
que marche seguirás en mis pensamientos,
la distancia solo son Km y los sentimientos
no entienden de distancias.
Sigue tu vida y guarda en un rincón
de tus recuerdos aquellas noches
que nos dimos, no me olvides,
para mí ya es imposible hacerlo
y recuerda que si alguna vez
decides volver seguiré aquí
para abrazarte y ofrecerte mi amistad,
aquella que una vez
nos unió hasta rozarnos
y que nunca nada
ni nadie
podrá separar.
Encontrado, compartido
...
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