De espectáculo bochornoso y no apto para personas normales puede calificarse el que contemplé en el viaje de Zaragoza Sevilla. Papaoso como protagonista del evento. Me niego a describirlo, porque reírse del prójimo no es un ejercicio saludable ni educado. Menospreciar a los demás mediante la risa es costumbre o debilidad que no cuenta con mis simpatías, aunque de Papaoso se trate. Si quiere que lo haga él. Sólo me limitaré a contar lo sucedido desde que llegamos a la estación de Santa Justa.
Delante de nosotros el gerente de la organización, que se apeó en el mismo lugar, pero no se percató de nuestra presencia y nosotros hicimos lo posible para que él tampoco se percatara de la nuestra……..................................continuará