La felicidad se logra poniendo lo mejor de tí
en cada instante de tu vida, en cada actividad,
en cada encuentro; en cada relación.
La felicidad es ser tú, pleno, íntegro; vivo; presente.
Es no buscar nada; sólo estar; verte; aceptarte; amarte.
Llegar a casa depende de ti.
De tu propio encuentro;
de tu silencio;
del tiempo que le dediques a estar contigo mismo
y a limpiar todo lo que entorpezca tu estado de felicidad.
Sólo es un regreso a casa,
no hay nada que descubrir,
sólo recordar.
Recordar el comienzo,
recordar el origen,
recordar la unión con este maravilloso cosmos.
celebrar la vida y disolver,
limpiar, purificar cada momento,
cada instante.
El agradecimiento purifica,
limpia, te bendice, te acerca a Dios,
a tu esencia Divina.
Este es tu tiempo, tu lugar. Comienza ya.
No hay más tiempo que perder,
sólo el que tú decidas perder.
Verte y aceptarte, despertar,
sin engaños, sin mentiras.
Sólo despertar, y entonces
el amor surgirá naturalmente.
Sólo aprende a amarte
y el amor hacia la humanidad saldrá desde ti
y se irradiará en todas direcciones.
Te pasaste toda la vida esperando este gran momento
y el momento llegó.
En realidad siempre estuvo,
sólo que no lo veías.
Ahora sí sabes que puedes ser feliz.
¡Celébralo!
Es paradójico siempre buscamos fuera, lo debe nacer en nuestro interior,
como perdemos el tiempo dejando de vivir el hoy por esperar que el
mañana nos dé aquello que anhelamos, sin saber que el presente es el lo
único que tenemos para sentirnos realmente plenos
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tomado del grupo frecuencias de luz