Navidad
Luz y bullicio y voces de ciudad, paz y balidos de campiña oscura, qué atmosfera aquí idílica, tan pura, y allí qué tintes de frivolidad.
Címbalos y arpas en la claridad de alas blancas batidas en la altura; sobre la tierra adusta hoy se inaugura nuevo reino de espiritualidad.
No se anuncia primero al potentado, sino al hombre del hato y del arado, que más sabe de amor quien nada tiene.
Y es el más indigente, el más pequeño quien entiende el mensaje navideño por cuanto es, no por cuanto le conviene.
Los Angeles, 18 de diciembre de 2000
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Soneto Nº 401 de Francisco Álvarez Hidalgo
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