El poema “Éste es el año”, por Russell Kemp, comienza con las palabras Maravilloso y afortunado. Este año se cumplen tus sueños. Puede que piense que mis necesidades son demasiado insignificantes o demasiado grandes para orar por ellas. Mas en Verdad, todos los deseos de mi corazón están al cuidado y bajo el poder del Espíritu.
Dios y yo somos Uno. Al mantener este pensamiento en mente, dejo ir cualquier lucha o preocupación personal y afianzo mi fe en el amor universal de una Presencia y un Poder. Dejo ir y dejo a Dios actuar. Soy digno de que mis sueños se cumplan, así que luego de dejar ir, confío. El Universo conspira para asegurar mi felicidad. Soy apoyado de manera divina para alcanzar mi potencial. Uno con todo lo que existe, disfruto de una vida próspera y plena.
Hoy evalúo mi vida con el perdón en mente. Estoy listo para comenzar de nuevo, en algunas o en todas las áreas de mi vida. Voluntariamente dejo ir cualquier resentimiento o juicio que pudiera retrasar mi cometido. Perdono a quien haya dicho o hecho algo que me hirió. No es que apruebe su comportamiento, sencillamente me niego a aferrarme al dolor. Suelto y dejo ir.
Cuando me aferro al resentimiento, solamente me hago daño a mí mismo y bloqueo mi curación. En oración entrego mi dolor a Dios, Quien abre el camino para que el gozo y la paz entren en mi corazón.
Dios es la presencia de todo bien en la cual vivo, me muevo y tengo mi ser. ¡Comienzo de nuevo, experimentando la pureza, el gozo y el amor de Dios en toda área de mi vida!
Al estar consciente del momento presente, reconozco lo preciosa que es la vida: mi propia vida, mis familiares y amigos y todo el mundo. Bien sean mis emociones positivas o retadoras, las recibo como parte del regalo exquisito de estar vivo.
En este momento, siento la energía y el poder de la vida en mí y a mi alrededor. En este momento, experimento el éxtasis de saber que soy uno con lo Divino. En este momento, siento la paz absoluta de Dios en el centro de mi ser.
Vivo plenamente en el presente, con la seguridad de que la presencia de Dios me guía e inspira. Estoy verdaderamente vivo. Aprovecho al máximo cada día, y doy gracias por las bendiciones que recibo. Todo está bien, aquí y ahora, ¡y mi corazón reboza de alegría!
Y éste es el momento oportuno; éste es el día de salvación.—2 Corintios 6:2