Leyenda y tradición
La leyenda de san Jorge y el dragón
Jaume Ferrer II (s. XV). Retablo. Escuela Catalana. Ayuntamiento de Lleida. Foto: AISA.
Según
la tradición popular, San Jorge era un militar romano nacido en el
siglo III en la Capadocia (Turquía). El santo, que servía bajo las
órdenes del emperador Diocleciano, se negó a ejecutar un edicto del
emperador que le obligaba a perseguir a los cristianos y por esta razón
fue martirizado y decapitado por sus coetáneos. Muy pronto se empezó a
venerar como santo en la zona oriental del Imperio Romano y enseguida
aparecieron historias fantásticas ligadas a su figura.
La
gesta de san Jorge y el dragón se hizo popular en toda Europa hacia el
siglo IX bajo el nombre de "Leyenda áurea" y fue recogida por el
arzobispo de Génova, Iacopo da Varazze, más conocido como Iacobus de
Voragine, en 1264, en el libro 'Legenda sanctorum'. En esta versión,
sin embargo, la acción transcurría en Libia.
La versión de
la leyenda más popular en Cataluña explica que en Montblanc (Conca de
Barberà) vivía un dragón terrible que causaba estragos entre la
población y el ganado. Para apaciguarlo, se sacrificaba al monstruo una
persona escogida por sorteo. Un día la suerte señaló a la hija del rey,
que habría muerto de no ser por la aparición de un bello caballero con
armadura que se enfrentó al dragón y lo mató. La tradición añade que de
la sangre derramada nació un rosal de flores rojas.
Esta
misma leyenda, con ligeras variaciones, se repite en las tradiciones
populares de Inglaterra, Portugal y Grecia, entre otros países.