Es pacífico quien no cae en la tentacion de responder agravios y/o comportamientos agresivos, vengan de quien vengan, porque no vale la pena.
Somos pacíficos si no interpretamos los comportamientos y los esfuerzos de los demás con criterios superficiales.
Servimos a la causa de la paz
si nos comprometemos
no sólo por la causa de nuestra libertad
sino también por la de los otros.
Servimos a la causa de la paz
si aprendemos poco a poco
a no percibir sólo la injusticia de la que nosotros somos víctimas, sino también la injusticia de la que son víctimas otros.
Somos pacíficos si cumplimos cada día
pequeños actos de virtud:
ser amable con quienes se tiene poder, no inclinarse ante quienes son más fuertes,
no considerarse demasiado importante
ni creerse insustituible.