Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Amigos de Gabito
¡ Feliz Cumpleaños KARI50 !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños 9038polo !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños YAQUI4 !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños paqui* !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños Miguel Moreno Garcia !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ 
 "Reglamento del Grupo" 
 " General " 
 " Poemas " 
 "Administración" 
 " Comparte Ayuda " 
 Sugerencias ,Quejas , Comentarios 
 ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ 
 ►► Paneles todo PSP 
 Tutoriales aprendizaje 
 ►► Materiales 
 ►► Todo para Fondos 
 ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ 
 Ofrecimientos y entregas 
 " Buzones " 
 Comunidades Amigas 
 Responder Mensajes 
 ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ▬ღ 
 
 
  Herramientas
 
General: ECONOMÍA DE LA FELICIDAD.-
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: cristina 07  (Mensaje original) Enviado: 15/07/2010 22:56

 

Economía de la felicidad


El trabajo finaliza apuntando a las

omisiones de la economía tradicional

acerca de los importantes costos

psicológicos que una recesión

provoca sobre las personas

 

 

 
 

Economía de la Felicidad

 

Esta especie de teoría, arranca a partir del paper

 “Macroeconomics of Happiness', escrito por

 Rafael Di Tella (Harvard Business School),

Robert McCulloch (LSE) y Andrew Oswald

(Univ of Warwick) en septiembre de 2001.

Basándose en los resultados de encuestas anuales

que se llevan a cabo en Europa y USA desde mediados

de la década del 70, los autores pretenden calcular

el efecto que tienen las fluctuaciones

 macroeconómicas en la felicidad de las personas.

Dichas encuestas, que por cierto eran objeto

(o instrumento) de estudio de los psicólogos mucho

 antes que de los economistas, consistían en

preguntas del tipo “¿Diría Ud. que es muy feliz,

bastante feliz o no muy feliz?” y “¿Está Ud. muy

satisfecho, bastante satisfecho o no muy satisfecho

con la vida que lleva?”.

Además de estas preguntas, se extraían otros

 datos de los encuestados, como estado civil,

cantidad de hijos, sexo, edad, etc. La verdad es

que los resultados de las regresiones me parecieron

MUY interesantes y MUY divertidos a la vez.

Por ejemplo, en una de las encuestas (llevada a cabo

en 12 países europeos), los resultados indicaban que

los individuos que tienen 3 o más hijos son

aproximadamente “tres veces” menos felices que los

que tienen uno solo! (cabe aclarar que, además,

 TODOS los coeficientes que acompañan a las variables

“cantidad de hijos” tenían signo negativo!).

 Los hombres son menos felices que las mujeres, y

la felicidad tiene, con respecto a la edad, una forma

de U (es decir, la variable “edad al cuadrado”

tiene coeficiente positivo, y significativo).

Más allá de estos resultados casi “anecdóticos”,

 hay otros que son más interesantes en lo que

respecta a la validez de estas encuestas. Si bien

las encuestas se realizaron en 12 países de

Europa y USA, los resultados son muy similares

“entre las dos costas del Atlántico”, como dicen

 los autores. Y todavía mejor, también entre los

países europeos las características estadísticamente

asociadas a la felicidad de las personas son las

 mismas y tienen pesos muy similares.

En cuanto a las características más directamente

relacionada con la economía, el estudio demuestra

 que los desempleados son personas menos felices que

los empleados, y que cuanto más alto sea el income

quartile (nivel de ingreso) en el que uno se encuentra

, más feliz se es. Esto apoyaría la teoría

tradicional acerca de las formas funcionales de

utilidad (principalmente, su característica de

“monótonamente crecientes”), debido a que la ecuación

 estimada de felicidad del paper es creciente en

el ingreso. Esto se podría tomar como que uno es

más feliz cuanto mejor esté EN RELACIÓN a los demás,

 es decir, se trataría más de una cuestión de

“precios relativos”. Sin embargo, los autores también

estudian el efecto que el PBI per cápita produce

sobre el bienestar de las personas.

Nuevamente, de manera consistente con lo que

sostuvo siempre la teoría económica tradicional

(y que este paper es el PRIMERO en su tipo en

“confirmar”!), esta variable macroeconómica está

positiva y significativamente correlacionada con los

 niveles de felicidad de los individuos. Los autores

 pretenden ir un poco más allá y también estudian

los efectos de los CAMBIOS en esta variable.

El resultado es que también el CRECIMIENTO en el

 PBI per cápita está positiva y significativamente

correlacionado con la felicidad individual.

A medida que se aumentan los lags en los “delta-PBI”,

se ve que éstos van perdiendo fuerza. La conjetura

 es que los individuos se van acostumbrando a los

crecimientos en los niveles del PBI per cápita,

gradualmente.

Uno de los principales objetivos del paper es

encontrar una manera de medir y calcular el costo

que para los individuos implica una recesión.

El hallazgo es que, para los países estudiados,

una persona promedio (empleada o desempleada),

para mantener constante su nivel de bienestar, ante

un aumento en un 1.5% de la tasa de desempleo,

 su ingreso debe aumentar un 3%. Es decir, dado

 que este es el individuo promedio, el desempleo

afecta a la felicidad y satisfacción no solo de la

persona que de hecho pierde el trabajo, sino también

de las personas que no lo pierden. Esto se podría

interpretar, argumentan los autores, como el efecto

 de un “miedo”, de los empleados, a perder su puesto.

Con respecto a la inflación, en promedio y para

dejar inmutado el nivel de bienestar, un individuo

debe recibir 70 dólares americanos de 1985 por cada

punto porcentual de aumento de inflación.

El trabajo finaliza apuntando a las omisiones de la

economía tradicional acerca de los importantes

costos psicológicos que una recesión provoca sobre

 las personas.

Neuroeconomía

¿Cuántas veces hemos ido a una tienda comercial o

a algún shopping center a comprar una prenda

de vestir que necesitábamos imperiosamente y

hemos vuelto a casa con media docena más que

fuimos 'viendo por el camino'? Y qué decir de

los súper / hipermercados cuando vamos por un

determinado pedido y regresamos con unas cuantas

'cositas de más', en especial a principios de mes,

 cuando recién cobramos. O para seguir con el caso

de los hombres, cuántos productos hemos comprado tan

sólo porque una 'vendedora bonita' nos lo ofreció y

nos convenció con su sonrisa, sin siquiera darnos la

oportunidad de comparar otras marcas, otras casas de

comercio, en fin… otras alternativas.

A todos nos ocurre de vez en cuando el hecho de

comprar más de lo que realmente necesitamos, y eso

que vivimos en un país subdesarrollado como Argentina,

 ni que hablar entonces de los países desarrollados,

donde crónicamente se consume más de lo que se

necesita, en especial en EE.UU.

Pero sucede que estas 'fragilidades' humanas

(o sea el alejamiento de la plena racionalidad

 al momento de tomar decisiones económicas) son

absolutamente impredecibles y, hasta el momento,

poco tenidas en cuenta a la hora de analizar y

modelizar los procesos económicos. De esta tarea se

está empezando a encargar la Neuroeconomía.

La Neuroeconomía es una moderna rama de la economía,

surgida de la aplicación en ciencias sociales

(en este caso la ciencia económica) de los últimos

avances médicos en el campo de las neurociencias.

También se suele sostener que la Neuroeconomía es

la combinación de la Neurociencia, la Economía y

la Psicología para estudiar el proceso de elección

de los individuos. Es decir, el análisis del

cerebro cuando los individuos evalúan decisiones y

categorizan los riesgos y las recompensas y además

de la interacción entre ellos.

Y si consideramos la usual separación de la Economía

en Macroeconomía (para grandes agregados) y

 Microeconomía (para los individuos y los sectores

específicos), la Neuroeconomía está mucho más cerca

de la segunda, ya que se centra en las elecciones

personales y en los cambios mentales-cerebrales que

subyacen a dichas elecciones.

Y si bien se complementan, no hay que confundir

 Neuroeconomía con Neuromanagement, Neuromarketing y

 otras ramas similares, más relacionadas estas

últimas con la Ciencia de la Administración que

con la Teoría Microeconómica.

Ilustro, a continuación, algunas ideas fuerza de

las neurociencias aplicadas a la toma de decisiones:

“Según los científicos, las zonas del cerebro de

la racionalidad no pueden funcionar aisladas de

las zonas de regulación biológica-emocional.

 Los dos sistemas se comunican y afectan la

conducta en forma conjunta, y consecuentemente,

el comportamiento de las personas”.

“Más aún, el sistema emocional (la zona más

antigua del cerebro) es la primera fuerza que

actúa sobre los procesos mentales, por lo tanto

 determina el rumbo de las decisiones”.

“Los últimos avances de las neurociencias han

demostrado que la toma de decisiones de consumo no

 es un proceso racional. Es decir, los clientes

no examinan conscientemente los atributos de un

 producto o servicio para adquirirlo”.

“En la mayoría de los casos, el proceso de

selección es relativamente automático y deriva de

hábitos y otras fuerzas metaconscientes, entre las

cuales gravitan la propia historia, la personalidad,

las características neurofisiológicas y el contexto

físico y social que nos rodea”.

“La fragancia de un perfume, por ejemplo, puede

evocar distintas sensaciones. Si el cliente la

asocia con experiencias dolorosas o con una persona

con la que no simpatiza, es muy probable que no lo

compre, aún cuando la relación precio-calidad-marca

sea razonable”.

En síntesis, la Neuroeconomía busca introducir en

el análisis económico las variables emocionales que

los seres humanos ponemos en juego al tomar una

decisión económica, que junto con las variables

racionales (las únicas hoy tenidas en cuenta por

la teoría tradicional) terminan definiendo el rumbo

final de cada decisión económica tomada.

Fuente: www.gestiopolis.com

 

VidaPositiva.com

 

 

 

 


 



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: ♥ Malena ♥ Enviado: 16/07/2010 04:34

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: cristina 07 Enviado: 23/07/2010 05:06
 
 
 


 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados