A la Virgen del Rosario
Carmen Sánchez Álvarez
¡O dulce Virgen María! Contigo encontré la paz y en tu Rosario consuelo; haz que me sirvan sus cuentas de escaleras para el cielo.
Devoción que cada día yo la quiero repetir; con tu Rosario he vivido y con él quiero morir.
Tu Rosario me defienda cuando pase a la otra vida, mis manos debilitadas, y luego muertas y heladas, pasen a la otra vida en tu Rosario enlazadas.
Llévame tú de la mano a cruzar la gran frontera, llegando hasta el infinito y hasta el Padre, que me espera.
Quiero que al llegar mi alma ante el tribunal de Dios esté tan arrepentida que merezca su perdón.
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