Tu sol de cada día
Acepta cada nueva mañana
como un regalo, como un don
y , si es posible, como una fiesta.
No te levantes demasiado tarde.
Mírate en el espejo.
sonríete a ti mismo, date
los buenos días: así tendrás
un cierto entrenamiento para decirlo
también a los demás. Si conoces
los ingredientes del "sol "
puedes prepararlo tú mismo
como tu comida cotidiana.
Toma una buena dosis de bondad,
añade mucha paciencia;
paciencia contigo mismo,
paciencia con los demás.
No olvides aquella pizca de humorismo
que hace digerir las contrariedades,
Mezclale una buena dosis de interés
por el trabajo y vierte sobre el conjunto
una gran sonrisa:
¡Asi obtendras tu sol de cada dia!