Cierto día, decidí acercarme a él
y le pregunté
si el no tenía recelo de que los
árboles no crecieran,
pues percibía que el nunca los
regaba.
Me dijo que si regase sus
plantas, las raíces
se acomodarían a la superfície y
quedarían siempre
esperando por el agua más fácil
venida de encima.
Como él no las regaba, los
árboles demorarían
más en crecer, porque sus raíces
tenderían a migrar
para el fondo, en busqueda del
agua y de las variadas
fuentes nutrientes encontradas en
las capas
más inferiores del suelo.
Esa fue la charla que tuve con
aquel vecino mío.
Después me fui a vivir a otro
país, y nunca más lo
volví a ver...Varios años más
tarde,al retornar
del exterior, fui a dar una
mirada a mi antigua
residencia. Al aproximarme, noté
un bosque que antes
no había. Mi antiguo vecino
había realizado su sueño!
Lo curioso es que aquel era un
día de un viento
muy fuerte y helado, en que los
árboles de la calle
estaban arqueados, como si no
estuviesen resistiendo
el rigor del invierno.
Mientras tanto,al aproximarme a
la quinta del que
había sido mi vecino, noté cómo
sus árboles
estaban sólidos, practicamente no
se movían,
resistiendo implacablemente
aquella ventolera.
.... . Efecto curioso, pensé
yo...
Las adversidades por las cuales
aquellos árboles
habían pasado, habiendo sido
privados del agua,
parecían haberlos
beneficiado,como si hubiesen recibido
el mejor de los tratamientos.
EN MI VIDA:
• Todas las noches, antes de irme
a acostar, doy siempre
una mirada a mis hijos me inclino
sobre sus camas
y observo cómo han crecido.
Frecuentemente oro
por ellos. La mayoría de las
veces, pido para
que sus vidas sean fáciles.
• “Dios mío, libra a mis hijos de
todas las dificultades
y agresiones de este mundo”.
• He pensado que es hora de
cambiar mis plegarias .
Este cambio tiene que ver con el
hecho de que es
inevitable que los vientos
helados y fuertes alcancen
a nuestros hijos. Sé que ellos
encontrarán innumerables
problemas, y ahora me doy cuenta
de que mis oraciones
para que las dificuldades no
ocurran, han sido demasiado
ingenuas.... Pues siempre habrá
una tempestad ocurriendo
en algún lugar...
• Lo haré porque queramos o no,la
vida no es muy fácil.
Al contrario de lo que había
hecho, ahora pediré
que mis hijos crezcan con raíces
profundas, de tal forma
que puedan sacar energía de las
mejores fuentes -de
las más divinas-, que se
encuentran en los lugares
más remotos.
• Oramos demasiado para no tener
dificultades,
Pero lo que necesitamos hacer es
pedir para desarrollar
raíces fuertes y profundas, de
tal manera que,
cuando las tempestades lleguen y
los vientos helados soplen,
resistamos con valor y no seamos
dominados.
Que Dios te dé raices profundas!
Creación original: Mel