La
cultura siempre es una herramienta enriquecedora para la mayoría de los ámbitos
de la vida: lo personal, lo académico, lo laboral o lo social. Pero, se ha
descubierto que además de aportar conocimiento y disfrute, otorga una mejor
calidad de vida y optimiza la salud. Así, lo confirmó una investigación a cargo
de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega que ratificó que los
adultos que disfrutan de la vida cultural gozan de mejor salud. En este sentido,
se comprobó que aquellas personas que tocan instrumentos musicales, pintan,
acuden al teatro o al cine, leen frecuentemente o visitan museos sufren menor
nivel de ansiedad y depresión, y además, se sienten más satisfechos con su vida.
El estudio fue publicado en la revista 'Journal of Epidemiology and Community
Health', e informa que realizar todo tipo de actividades culturales incentiva a
disfrutar más de la vida y esta actitud trae consecuencias positivas sobre el
estado de salud general. Para ejecutar esta investigación, sus autores
entrevistaron a 50.797 personas que participaban en actividades culturales y
valoraron su grado de satisfacción con la vida, su nivel de salud y su relación
con la depresión y la ansiedad. El resultado, entonces fue a más vida cultural,
más salud.
La investigación también destacó que las personas entrevistadas, que se
caracterizaron por una buena salud, además de tener una gran ligazón con las
actividades culturales, se alimentaban bien, tenían un trabajo más satisfactorio
que el resto y practicaban regularmente ejercicio físico.
Este dato no es menor, ya que las personas que tienen contacto con
actividades que le son placenteras y enriquecedoras, tienden a cuidarse en las
variables más importantes para contar con una buena calidad de vida.
El factor cultural, es una herramienta que partir de estos resultados
positivos sobre las personas, se está teniendo en cuenta para la rehabilitación
de los enfermos y la prevención de la salud.
Otro detalle revelador de esta investigación es la diferencia entre los
géneros en su relación con la cultura. 'Para los hombres resulta más beneficioso
ser un receptor pasivo de la cultura, como realizar actividades recreativas:
visitar teatros, ir al cine o leer un libro. En cambio, las mujeres demostraron
tener una mejor calidad de vida, si eran creadoras o autoras de la cultura, como
pintar o tocar un instrumento', afirma la investigación.