Parece ser que el tono ha quedado en
el olvido. En la actualidad los usos de un teléfonos son innumerables. Desde
mandar mensajes de texto a mirar películas, los dispositivos móviles parecen
servir para todo, menos para la función para la que fueron creados: hablar.
La consultora JD Powers & Associates realizó una investigación que
monitoreó la actividad de cientos de teléfonos móviles durante 48 horas y
efectivamente, comprobaron que, hablar era la función de menos utilizada. En
cambio, el resto de las prestaciones del teléfono se usaban cuatro veces más.
Además, la empresa española Yoigo destacó que la mitad de sus clientes usan más
el teléfono para navegar que para hablar.
¿Cuáles son las razones por las cuáles los usuarios del teléfonos celulares
ya no quieren hablar? La falta de tiempo parece ser una causa extendida en una
sociedad que prefiere comunicarse por otros medios en lugar de poner el cuerpo o
la voz. Lo expeditivo que resulta el mensaje de texto resuelve, la posibilidad
que una conversación pueda extenderse con comentarios, preguntas de cortesía o
todo aquello que pueda decir un interlocutor. El chat o el SMS puede emitirse
mientras se realizan otras tareas. Igualmente, es llamativo que gran parte de
los usuarios que se niegan a hablar, pueden estar largo tiempo exclusivamente,
chateando a través de su celular.
Otra de las razones es el menor costo que implica un mensaje de texto que
realizar una llamada. Aunque, otra de las más populares es considerar una
llamada telefónica 'invasiva o inoportuna' . En cuestiones laborales, por
ejemplo, ante algunos cargos realizar un llamado a un superior o, a veces hasta
un par, puede ser considerado desubicado. Lo políticamente correcto, en estos
casos es el mail o el mensaje de texto.
La fobia al teléfono ya tiene sus fanáticos, e incluso se ha creado un grupo
en Twitter dónde brindan consejos y claves para liberarse de cualquier llamado y
excusas elegantes para cuándo no se ha atendido una comunicación y necesita
darse alguna explicación.
Pero, ¿cuáles son las razones a nivel social y cultural para que este
fenómeno se haya extendido a nivel mundial? El rechazo a una vía de comunicación
que implica poner parte de la identidad real parece ser la causa. No resulta
casual que los encuentros cara a cara o emitir la palabra a través de la voz,
sean el tipo de comunicación que prefiere evitarse. La híper conectividad que
experimenta el posmodernismo está cerca de la emisión de mensajes a través de
mecanismos tecnológicos y lejos de la relación interpersonal. Chats, mensajes de
texto, correos electrónicos, muros de Factbook o posteos en Twitter, son el
nuevo escenario de la comunicación.
Para el sociólogo Zygmun Bauman, especialista en posmodernidad, el individuo
actual se define como 'un sujeto obsesionado por las conexiones pero temeroso a
las ataduras'. Entonces, ¿cuál es el beneficio de la comunicación a través de la
tecnología? 'Amamos las redes electrónicas porque llegan con un dispositivo de
seguridad incluido: 'la posibilidad de desconexión instantánea, inocua y (eso se
espera) indolora', explica el autor de la Vida de Consumo.
Las redes sociales evitan la mirada, el comentario o la opinión de otro. Todo
es tan rápido, concreto y expeditivo, que a nadie se le ocurre escribir largos
textos sobre su vida personal o de la vida de los otros. Ir al grano es la
característica que define la instantaneidad de las vías de comunicación
electrónicas.
Bauman establece la diferencia entre hablar por teléfono y enviar un SMS o
chatear, su principal distinción radica en 'estar conectado' y 'estar
relacionado'. 'Las conexiones se ocupan sólo del asunto que las genera y dejan a
los involucrados a salvo de desbordes, protegiéndolos de todo compromiso más
allá del mensaje enviado o leído. Las conexiones demandan menos tiempo y
esfuerzo para ser realizadas y menos tiempo y esfuerzo para ser cortadas. La
distancia no es obstáculo para conectarse, pero conectarse no es obstáculo para
mantener la distancia', afirma en su libro Amor líquido.