Tú puedes cambiar tu situación, tu enfermedad, tu depresión,
siempre y cuando cambies tus pensamientos.
Los pensamientos de pureza y dicha producen en tu cuerpo vigor y gracia,
pero los pensamientos impuros, destruyen velozmente tu sistema nervioso.
Si tú te alimentas de pensamientos negativos,
tu cuerpo rápidamente se hundirá en la enfermedad y el decaimiento.
Pero si te alimentas de pensamientos virtuosos,
tu cuerpo se vestirá de juventud y belleza.
Cuando vives con temor a las enfermedades, las atraes a tu vida.
Para sanar tus enfermedades corporales,
para disipar tu pena y tu amargura,
no hay mejor remedio que tener pensamientos felices.
Si deseas mantener bien tu cuerpo, cuida celosamente tu mente.
Si quieres embellecer tu cuerpo, embellece primero tu mente.