La oportunidad de la
unión
La urgencia y las corridas
son la constante
de las
fiestas de fin de año. No hay tiempo para detenerse
a
pensar, el significado de un festejo que se
encuentra
atravesado por la voluptuosidad permanente
En la navidad, ¿cuáles son las primeras cosas que
generalmente se nos vienen a la cabeza? Cuando pensamos en el 24 de diciembre
una lista mental enumera las siguientes obligaciones: comprar, cocinar,
organizar, congeniar si con los tuyos o los míos, pensar cómo lidiar con las
cuestiones de último momento y como si todo esto fuera poco, soportar el
cansancio acumulado para resistir todas las actividades que nos depara esta
fecha.
La urgencia y las corridas son la
constante de las fiestas de fin de año. No hay tiempo para detenerse a pensar,
el significado de un festejo que se encuentra atravesado por la voluptuosidad
permanente. Con tan sólo caminar las calles de la mayoría de las ciudades del
mundo, nos topamos con la contaminación visual de la navidad. Publicidades,
afiches, carteles y vidrieras que anuncian que comprar es el objetivo primordial
para el 24 de diciembre. Colores estridentes y tipografías atractivas nos dicen
qué, por qué y cuándo debemos empezar a adquirir lo que ofrecen. 'Hoy 25% de
descuento con tarjeta de débito'. 'De 10 a 1 de la mañana 50% de descuento en
efectivo'. 'Si compra dos prendas, la segunda sale gratis'. Y así, podríamos
enumerar infinidades de promociones que inundan las calles, y casi no permiten
ni vernos entre nosotros.
Es casi, inevitable no relacionar
las fiestas con los regalos, y así asistimos a la compulsión de cientos de
personas que en los días previos a la celebración, quieren comprar y no morir en
el intento.
Luego de la locura por conseguir
todos los regalos, pasamos al resto, que no es poco. Es muy frecuente que se
desaten discusiones interminables por el destino de la nochebuena ¿Los tuyos o
los míos? Esta simple pregunta puede desencadenar respuestas que originan peleas
en las cuáles el acuerdo parece estar lejos de llegar. Así, la mala
predisposición de una u otra parte puede provocar malas caras que empañan una
fecha cuyo sentido lejos está de la bronca.
Si el lugar elegido es tu hogar,
también hay que organizar, evitar cruces innecesarios y cocinar largas horas.
Entonces, ¿cómo disfrutar de una fecha que implica una enorme oportunidad para
la unión? ¿Por qué nos empeñamos por distraernos con tareas o pensamientos que
nos desbordan en lugar de pensar en lo positivo de una celebración cuyo espíritu
es la solidaridad?
El significado religioso de la
navidad es el alma de una celebración que hace mucho tiempo está atravesada por
el consumo. Pero más allá de su origen cristiano, el 24 y 25 de diciembre es la
oportunidad para la reunión y la generosidad del alma.
Si una vez al año tenemos la
oportunidad de estar rodeados de cariño, con las personas que signan nuestra
cotidianeidad y también con quienes no vemos frecuentemente, ocupémonos de
disfrutar, compartir, conciliar y por sobre todas las cosas, darle al menos una
tregua a las diferencias. La navidad es una fecha cuyo sentido es la unión, la
generosidad y la solidaridad. Puede ser tu posibilidad de empezar de nuevo.
No hay una inutilidad más
absurda, que desaprovechar las excelentes oportunidades que nos la vida. En
navidad , tomemos su sentido y apliquémoslo. No nos cuesta nada, ser mejores, y
los beneficios son inconmensurables.
Por Eugenia Plano | www.vidapositiva.com
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