29/3/2012
Tolerar la frustración,
la clave para
una autoestima sana
La
mirada de los otros muchas veces puede ser un
condicionante para
la autenticidad
¿De qué depende su
mayor o menor influencia?
¿Por qué algunas
personas pueden sobrevivir a
la palabra y la
acción ajena?
Ambos interrogantes
se resumen en
una respuesta: la
autoestima.
29 de marzo 2012
La identidad de un ser social se
construye a partir del instante en que nace. El rol de los padres, la familia,
la escuela, los amigos y las instituciones que nos atraviesa, son fundamentales
para nuestra constitución psíquica. Una autoestima baja o alta, en parte
depende, del modo en el que fuimos criados y luego si hemos resignificado
nuestras vivencias en experiencias positivas para el futuro.
Pero, puntualmente ¿cómo se
define la autoestima? “Es la evaluación que hacemos de nosotros mismos,
incluidos nuestros pensamientos, conductas y sentimientos. Refleja el juicio que
cada uno hace de su propia habilidad para enfrentar los desafíos de la vida,
superar problemas y conflictos y el derecho de ser feliz respetando y
defendiendo nuestros intereses y nuestras necesidades”, conceptualiza la
Lica.Claudia Erlich en una entrevista con VidaPositiva.Com.
La especialista destaca que uno
de los parámetros fundamentales para forjar una autoestima sana es la confianza
en uno mismo. Creer en el ser individual es tener la capacidad para llevar a
cabo una tarea y para poder lograrlo es necesario haber atravesado el conflicto,
el fracaso, la timidez y la vergüenza. A partir de experiencias de este tipo, el
ser humano entonces es capaz de desarrollar la tolerancia a la frustración.
Saber que no todo es lo que queremos y poder lidiar con ello es básico para
lograr buenos resultados a futuro.
“La autoestima se construye a
través de la mirada y la palabra de los otros. La manera de interpretar los
hechos está teñido por nuestra historia, nuestro pasado, y por las experiencias
que hemos ido sumando a lo largo de nuestra vida. Nacemos llenos de confianza,
sin miedos, con disposición a realizar cualquier aprendizaje. Sin embargo a
medida que crecemos podemos recibir comentarios negativos acerca de nosotros
mismos”, destaca la Lic. Erlich. Al igual que los fracasos que atraviesan la
biografía de todos los seres humanos, otra realidad que signa al individuo es la
posibilidad de no ser aceptado o querido por todos. Siempre habrá hechos y
palabras que contradigan nuestro sentir u obrar.
En personas con autoestima baja,
la mirada de los otros puede generar una paralización. Sus decisiones dependen
de la opinión ajena de forma desmesurada. “Es muy frecuente que personas con
autoestima baja tiendan estacancarse. El miedo los angustia y se quedan mirando
lo que falta, Son muchos los que se reconocen como inhibidos, faltos de fuerza,
incapaces de poner límites claros, abusables y frustrados. Sufren y sufren, y
suelen estar donde la vida los ponen, no donde ellos quisieran”, advierte la
especialista.
Entonces, ¿cómo lograr que el
peso de la mirada de los otros no sea un factor inhibitorio? ¿Cuál es la forma
para lograr una autoestima sana?
Uno de las confusiones más
frecuentes en el tema es emparentar “autoestima alta” con vanidad, narcisismo o
egocentrismo. Pero, las diferencias son notables. La Lic. Erlich aclara esta
distorsión. “Quien tiene una autoestima alta es quien no sólo tiene conciencia
de sus capacidades y potencialidades sino también de sus limitaciones. En lugar
de negar sus errores o incapacidades tiende a aceptarlos. Además, asume
responsablemente su vida, sus actos y las consecuencias que pueden generan. Se
valoran a sí mismos pero de la misma manera valoran a los demás”. Es decir,
afrontan sus decisiones y las viven de manera consciente y responsable. Al
reconocer que pueden equivocarse y tolerar la frustración, encaran sus proyectos
de forma positiva y constructiva.
Pero, ¿cuáles son las variables
para construir una autoestima capaz de afrontar las vicisitudes con éxito? La
Lic. Erlich recomienda primero saber quiénes somos, qué queremos y hacia dónde
queremos ir. “Cuando el ser humano comprende y reconoce sus propios deseos le
será mas fácil dejar de compararse con otros e ir en búsqueda de sus objetivos.
Es decir, a través del autoconocimiento aprenderemos a reconocer nuestros
talentos y a usarlos”.
Tolerar la frustración y
fortalecer nuestra identidad, hechos que nos transforman y logran una autoestima
sana.
Eugenia Plano - www.vidapositiva.com
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