26/5/2012
Irisina: la
hormona quemagrasa
para combatir la obesidad
Su accionar permitiría
el reemplazo de grasas
difíciles de eliminar por tejidos que aprovechen
mejor la energía de lo que comemos.
La
incidencia de la actividad física
Dr. Rubén Salcedo
El Siglo XXI trajo consigo la llamada “tríada de la
modernidad”: una peligrosa combinación de sedentarismo, consumo cada vez mayor
de alimentos industrializados, y una población estresada y deprimida.
Ante el crecimiento acelerado de esta enfermedad,
la Medicina Nutricional se encuentra constantemente investigando cómo
combatirla. En este marco, se está poniendo un especial énfasis en el estudio de
la hormona Irisina.
De qué se trata
Conocida como la hormona de la actividad física,
hormona 'quemagrasa' u hormona de la obesidad, la Irisina sería una poderosa
aliada para combatir no sólo este problema sino, también, la diabetes, según han
determinado los estudios científicos realizados.
Las células del tejido adiposo blanco (grasa
blanca) se especializan en almacenar nutrientes en forma de grasa y representan
la principal forma de reserva de energía en el ser humano. La grasa parda o
marrón, en cambio, es solo muy evidente en los bebés recién nacidos. Su
principal función es utilizar los nutrientes que ingerimos y quemarlos para
liberar calor para proteger a los órganos vitales, en lugar de ser almacenados
en forma de grasa.
En el ser humano adulto la producción de calor de
la grasa parda es remplazada por la que genera la actividad de los músculos por
sí mismos. Esto sucede tanto en el individuo de peso normal como en el obeso.
Cómo actúa la Irisina
Se descubrió que el ejercicio físico produce una
gran variedad de beneficios. Algunos de los efectos más reconocidos son mediados
por un factor denominado PGC1-a, el cual desencadena que de la célula muscular
se libere una hormona denominada Irisina.
Llamada con este nombre en honor a la diosa griega
Iris -transmisora de buenas noticias- hace que la grasa blanca se transforme en
grasa parda. De esa manera, se aumenta el gasto de calorías y se favorece la
producción de calor. Así al cuerpo le queda menos energía en forma de tejido
adiposo blanco.
Un adulto podría llegar a quemar calorías y bajar
de peso o, al menos, no seguir aumentando kilos. Pero es de suma importancia
aclarar que, de desarrollarse fármacos con esta hormona, su acción sobre la
obesidad no será mágica. Realizar actividades mejora el estado metabólico ya que
incrementa significativamente el gasto total de energía que consume la actividad
muscular propiamente dicha. Es por eso que lo recomendable es llevar una vida
saludable y realizar ejercicio para ayudar a nuestro organismo a producir calor
y quemar grasas. La mejor alternativa es mantener una actitud activa de vida.
Por el doctor Rubén Salcedo, director
médico de Sanatorio Diquecito.
Link: http://www.entremujeres.com/vida-sana/salud/obesidad-sobrepeso-hormonas-irisina_0_684531621.html
Fuente: http://www.entremujeres.com/
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