No puedo dejar de llorar.
Cuando Sol Luna me contactó por el msn, perdí la paz y la sonrisa. Desde ese mismo instante, busqué y busqué por todos lados, prácticamente no dormí, pasé horas y horas interminables buscando algo que me llevara a Layla.
Cecilia y yo dándonos aliento, entregadas a buscar a Layla, estábamos seguras que no había fallecido, no había nada más que nos confirmara eso, sólo ese correo, las dos animándonos, dándonos pautas de movimientos, tu haces esto y yo esto, agotando todos los recursos, dándonos ideas de como conseguir una señal, una pista, las dos abandonando todo para buscar a Layla.
Pidiendo ayuda a todo el que quisiera ayudarnos, cada minuto sin conseguir nada era un minuto más de esperanza y alegría.
Marcamos su número un millón de veces, apagado.
Llamé a las entidades gubernamentales, alcaldía, policía, etc., si no sonaban ocupados, no los contestaban, los que contestaron me daban más números ocupados o sin respender. Pedí ayuda a mis amigos personales y virtuales, hasta los del dominó, ayúdenme a buscar a una amiga.
Y Layla me llevó a Skydrive, ofuscada no recordaba eso, olvidé sus claves, olvidé todo, no conseguí donde los guardé, no tengo la menor idea donde están todos los datos que me fue dando Layla a través del tiempo, creo que no los guardé. Me dió muchos datos, pero creo que lo único que no me dió fue su dirección porque ella vendría pronto a mi casa.
Entré a Skydrive a dejar un comentario con la esperanza de Layla tuviera algún contacto de su familia o amigos y leí el mensaje de su sobrina.
Conseguir ese mensaje tan terrible, ver el mensaje de su sobrina fue para mí un shock, derribó toda esperanza, toda ilusión de encontrarla feliz y recuperándose. Ese mensaje confirmaba, corroboraba lo que tanto quisimos negar, lo que nos negábamos a aceptar.
Tomé el teléfono:
CECILIAAAAAAAAAAAAAAA LAYLA MURIOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!
No lo quiso creer, no quiso aceptarlo, no sé que me dijo, creo que dijo: ¿por qué?, ¿cómo lo sabes?,
PORQUE CONSEGUI UN MENSAJE DE SU SOBRINA.
No recuerdo más nada.
Y Layla agarró a Cecilia y la llevó al número de su hija. Bendita Cecilia que Layla la guió.
Cecilia está tan mal como yo, cumpliendo con su trabajo de médico pero derrumbada totalmente, cumpliendo con su deber ser, como a Layla le hubiera gustado y yo con la columna destrozada como Layla me hubiera reprochado.
Layla estuvo con Cecilia y conmigo, nos fue llevando a las dos, de la mano, luchando con las dos, paso a paso para llevarnos al sitio exacto donde sabríamos todo para que viniéramos a decirles a todos sus amigos que partió, que está ausente por causas muy pero muy ajenas a su voluntad, que se fué físicamente pero que se queda en nuestros corazones, que nos llevó con ella.
Layla quería que les confirmáramos la noticia, quería que sus amigos de internet supieran que si era verdad que se había ido, por eso nos llevó a la única pista que había en internet.
No puedo dejar de llorar, no puedo quitarme este dolor y esta gran tristeza infinita.
No me resigno, es así de sencillo, la resignación no llega, no me resigno a que haya partido la amiga de todos.