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General: Londres ofrece más poder a Escocia para frenar auge independentista
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 08/09/2014 11:39

Londres ofrece más poder a Escocia para frenar el auge independentista

Conservadores y laboristas se culpan del avance del separatismo a diez días del referéndum

Partidarios de la independencia de Escocia celebran el sondeo. / Jeff J Mitchell (Getty)

El Gobierno británico ofreció el domingo más poderes a Escocia si triunfa el no en el referéndum de independencia del próximo día 18. La oferta fue planteada —aunque, significativamente, de forma genérica, sin ningún detalle— por el ministro del Tesoro y canciller del Exchequer, George Osborne, horas después de que un sondeo sacudiera Westminster al poner por primera vez en ventaja (51% frente a 49%) al voto en favor de la independencia. El sondeo de YouGov para The Sunday Times confirma que el resultado del referéndum resulta impredecible, lo que ya motivó el pasado martes pasado una fuerte caída de la libra esterlina.

El avance del sí ha resultado demoledor en las últimas semanas. A principios de agosto, los sondeos de YouGov otorgaban un muy sólido liderazgo de 22 puntos a los defensores de que Escocia siga formando parte de Reino Unido. Los sondeos empezaron a cambiar contra pronóstico a favor del sí tras el debate cara a cara del pasado 5 de agosto entre el líder independentista del Partido Nacional Escocés (SNP) y ministro principal escocés, Alex Salmond, y el responsable de la campaña unionista, Alistair Darling.

Ahora, el sí obtendría un 51% de los votos frente al 49% del no, una vez que se excluyen los indecisos. Si se tiene en cuenta a los indecisos, el sí también queda por delante: 47% a 45%. El sondeo, el primero creíble que pone a los independentistas en cabeza desde que empezó la campaña, amenaza con provocar una conmoción política y ha generado acusaciones mutuas entre conservadores y laboristas sobre el avance de los partidarios de la independencia. Para los primeros se debe a la falta de garra y la pérdida de credibilidad de los laboristas en Escocia. Para estos, es consecuencia del resquemor por las políticas de ajuste decididas por la coalición de conservadores y liberales-demócratas en Londres.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el de YouGov es el único sondeo en el que el sí se ha disparado al alza de manera tan pronunciada. Este mismo pasado fin de semana, una encuesta de Panelbase para la campaña del sí daba una ventaja de 52 a 48 al voto a favor de que Escocia siga en Reino Unido.

De todas formas, resulta generalizada la tendencia al alza del sí en el último mes, lo que puede actuar de hecho como revulsivo para la campaña del no y llevar a las urnas a votantes contrarios a la independencia que ya habían dado por descontada la victoria del no y podían haberse visto tentados a quedarse en casa el próximo 18 de septiembre.

Esa tendencia al alza del independentismo, que el martes empezó a poner nervioso al sector financiero, ha provocado también la alarma en la clase política en Londres. Entrevistado en el programa político dominical de la BBC, The Andrew Marr Show, George Osborne prometió más poderes para Escocia “si evita los riesgos de la separación” y rechaza la independencia. Aunque el Gobierno ha ofrecido desde el principio más poder para el Parlamento escocés si no se rompe la unión, la oferta de Osborne pareció una improvisada reacción al sondeo de YouGov porque dejó para “dentro de unos días” el detalle de qué nuevos poderes.

El problema para el sector del no es que un análisis un poco detallado del sondeo de YouGov lleva a pensar que el cambio de tendencia en el voto no tiene solo que ver con la independencia en sí misma o con una Escocia con más poderes dentro de Reino Unido. Más bien parece que entre los votantes está calando uno de los mensajes en los que más insiste la campaña del sí en las últimas semanas: a sabiendas de que la clave del resultado del referéndum está en qué harán los desencantados votantes laboristas, el SNP ha puesto el acento en que la independencia les garantiza que nunca más serán regidos por los conservadores, un partido que gobierna en Reino Unido gracias a los votos que cosecha en Inglaterra.

El Sunday Times asegura que varios ministros creen que David Cameron debería dimitir de inmediato como primer ministro si Escocia vota por la independencia y que hay movimientos en el grupo parlamentario para forzar su marcha si se resiste a irse.

El diario compara la situación de Cameron con la de lord North, el primer ministro que tuvo que dimitir en 1782 después de que la Cámara de los Comunes aprobara una moción de censura contra él por la pérdida de las colonias en América.

El sondeo de YouGov revela que detrás del aumento del independentismo se esconde una profunda desconfianza hacia los políticos de Westminster, y se nutre, sobre todo, de desencantados votantes laboristas que han cambiado en el último mes su intención de voto. Según la encuesta, el 35% de los votantes laboristas se muestran ahora a favor de la independencia, casi el doble que hace un mes. Entre los conservadores, solo un 7% apoyan la independencia y entre los liberales-demócratas, un 16%. Curiosamente, un 18% de los votantes del SNP encuestados dicen que se pronunciarán en contra de la independencia.

Aunque todos los políticos están en territorio negativo, los líderes independentistas generan mucha más confianza que los unionistas. Un 42% confían en Salmond y un 44%, en su número dos, Nicola Sturgeon. Pero solo un 33% creen en el responsable de la campaña unionista, Alistair Darling, y solo un 23% dicen confiar en el primer ministro Cameron o en el líder laborista, Ed Miliband.

Otro de los problemas para el unionismo es que su campaña, basada sobre todo en amenazas sobre los desastres que padecerá Escocia si abandona Reino Unido, es considerada negativa por el 60% de los encuestados y solo el 31% creen que es, en general, una campaña positiva. En cambio, el mensaje independentista es visto como positivo por el 69% de los encuestados, frente a un 30% que lo considera negativo. Ese optimismo de los independentistas parece haber calado entre el electorado.

La última prueba del carácter negativo de los unionistas la ha dado Ed Miliband, quien, haciendo campaña el sábado, advirtió de que si los escoceses votan por la independencia habrá que imponer controles fronterizos con guardias armados entre los dos países, algo que niegan los independentistas. “Si no queréis fronteras, votad por seguir en Reino Unido”, le dijo Miliband a los escoceses.



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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 08/09/2014 11:43

La campaña pone en cuestión el modelo de la política británica

El Gobierno no tiene ningún escenario previsto ante una posible división

George Osborne analiza en televisión las encuestas. / jeff overs (reuters)

La élite política británica, lo que en el argot se llama simplemente Westminster, parece haber sido cogida completamente por sorpresa por el auge de los independentistas escoceses en las últimas semanas. Así como hay bancos y grandes empresas que han preparado planes de contingencia, el Gobierno no ha preparado ningún escenario en el caso de una victoria del sí en el referéndum del 18 de septiembre. Y, sin embargo, la secesión de Escocia no solo tendría un gran impacto económico y geopolítico, con consecuencias en la Unión Europea y especialmente en países con tensiones territoriales como España, sino que pondría al propio Westminster patas arriba.

Las consecuencias serían a corto, medio y largo plazo. La víctima inmediata podría ser el primer ministro, David Cameron. Con casi tantos enemigos dentro como fuera de sus filas, los medios británicos creen que el ala derecha del Partido Conservador aprovecharía la crisis para presionar por la dimisión de Cameron y afrontar las elecciones de 2015 con otro candidato, porque para los tories sería traumático que Reino Unido se rompiera con un primer ministro de su partido.

A medio plazo, sin embargo, los más perjudicados por la secesión serían los laboristas, porque eso les privaría de una cuarentena de diputados elegidos en Escocia, donde la presencia de los conservadores en las elecciones legislativas suele ser irrelevante. Ello haría más fácil que los tories se hicieran a menudo con la mayoría absoluta en Westminster.

“Lo que no está tan claro es qué ocurriría con los lores escoceses en la Cámara”, advierte Matt Williams, profesor de Política en el Pembrodge College de la Universidad de Oxford. “Es una cuestión que tendrá que abordarse, porque hay muchos lores que son escoceses de nacimiento, aunque seguramente tendrán el derecho legal a permanecer. Habrá muchos interrogantes sobre la legitimidad de su posición si siguen allí”, asegura.

“Otro de los aspectos es el impacto que tendrá en otras partes de Reino Unido y más específicamente en Irlanda del Norte. Aunque en Gales el impacto será menor, la independencia de Escocia generaría una situación extraordinariamente difícil en Irlanda del Norte, porque la población republicana empezaría a ver la posibilidad de poder tener su propio referéndum y la población unionista se sentiría muy insegura, lo que podría traer un cierto grado de violencia”, añade.

A más largo plazo, Williams opina que, sea quien sea el ganador, “el referéndum ha puesto el modelo bajo un severo escrutinio, y cuestiona las relaciones entre Westminster y el resto del país”. “Es un modelo muy antiguo de democracia parlamentaria que se basa en el principio de que el Parlamento es la fuente última de la ley, pero, de hecho, está siendo rechazado por una amplia parte de la población en el referéndum. Y, en parte, es rechazado porque es visto como antidemocrático. Después del referéndum habría que afrontar eso sea cual sea el voto, pero creo que este Gobierno no haría nada a nivel constitucional, y que harían como si no hubiera pasado nada”, concluye el profesor de Oxford.


Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 09/09/2014 11:17
referéndum en escocia el 18 de septiembre »

La libra esterlina acelera su caída por la incertidumbre en Escocia

Según un portavoz de Cameron, no hay plan de contingencia si gana el sí

Fuerte caída de las entidades escocesas en la bolsa de Londres

Un puesto de comida en Berwick Upon Tweed (Inglaterra), cerca de la frontera con Escocia, el 8 de septiembre / Scott Heppell (AP)

El pánico político del domingo tras el sondeo de YouGov que puso primera vez a los independentistas por delante ante el referéndum de Escocia se ha contagiado este lunes a los mercados. La libra ha caído frente al dólar y el euro, el tipo de interés a 10 años ha subido y las acciones de las grandes empresas británicas en Escocia han perdido más de 5.000 millones de euros en bolsa. Mientras, los tres partidos unionistas británicos seguían intentando ponerse de acuerdo sobre su oferta de más autonomía para Escocia, confirmando la sensación de que se trata de una improvisada reacción de última hora que los independentistas han definido como un intento de sobornar a los votantes.

Las reacciones en los mercados y en Westminster parecen de genuino temor a un triunfo de la independencia. Lo que no está claro es el efecto que tendrá porque empieza a parecer un ataque de pánico. Podría reforzar al campo del no si lleva a los votantes a preferir la prudencia del status quo frente a los riesgos de la novedad. Pero también podría reforzar al sí, cuyo éxito en las últimas semanas parece explicarse por el entusiasmo y optimismo de su campaña, siempre cercana al ciudadano, que contrasta con el catastrofismo, el pesimismo y ahora la improvisación de la campaña del no.

En todo caso, la frialdad de las cifras indica que la libra, que ya había caído un 0,5% frente al dólar hace una semana al confirmarse el auge del sí, ha caído este lunes otro 1,5%, hasta 1,615 dólares por libra, su valor más bajo en 10 meses y un 6% por debajo de su cotización a mediados de julio. La moneda británica se depreció también un 1,3% frente al euro, que se cotizó a 1,247 euros por libra.

La deuda a 10 años, tradicional referencia comparativa entre los países europeos, ha subido dos puntos básicos hasta el 2,48%, por encima de lo que se paga en otras grandes economías continentales.

Las acciones de las grandes compañías asentadas en Escocia, sobre todo financieras, se han depreciado más de 5.000 millones de euros. Lloyds Banking Group ha liderado las caídas al depreciarse un 3,3%, más de 2.100 millones de euros; el Royal Bank of Scotland (RBS) ha caído un 2,8% (casi 1.400 millones); el gigante energético SSE ha perdido un 2,7% (500 millones de euros); Standard Life un 2,6%; y Aberdeen Asset Management un 1,3%.

La número dos del independentista Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, ha echado al Gobierno de Londres la culpa de la inestabilidad financiera por haberse negado a negociar un acuerdo sobre la libra. Pero el economista estadounidense Paul Krugman ha calificado de “alucinante” que Escocia quiera ser independiente y al mismo tiempo seguir compartiendo la libra. “La combinación de independencia política con una moneda compartida es una receta para el desastre”, ha escrito en The New York Times.

El nerviosismo del sector financiero se debe a que si Escocia se independiza no se sabe qué pasará en asuntos de gran calado como la moneda (y con ella, la parte de deuda pública británica que debería ser asumida por Escocia), la pertenencia a la UE, o el reparto del gas y el petróleo del Mar del Norte. Las entidades bancarias corren especiales riesgos porque temen una fuga de depósitos por las dudas que pueda haber en el mercado si gana la opción de la independencia. El RBS tiene previsto anunciar de inmediato el traslado de su sede a Inglaterra si el sí gana el referéndum del 18 de septiembre y es una de las grandes empresas que han puesto en marcha planes de contingencia por la consulta.

Son los políticos los que no tienen nada preparado. Downing Street ha confirmado este lunes que no tiene ningún plan de contingencia y el Tesoro ha admitido que sólo ahora está empezando a planear qué hará si se impone la independencia.

La misma improvisación destila el anuncio del domingo de que Escocia tendrá más poderes fiscales y de política social y laboral si decide seguir en Reino Unido, realizado por el responsable del Tesoro, George Osborne, en una entrevista en la BBC. En la noche de este lunes, el ex primer ministro laborista Gordon Brown anunció un calendario para la puesta en marcha de esos nuevos poderes, pero los tres grandes partidos no han podido hacer un anuncio conjunto de sus propuestas porque todavía no se han puesto de acuerdo.

Uno de los problemas de fondo es que dar más poderes al Parlamento escocés acentúa el llamado problema de West Lothian: la polémica por el hecho de que los casi 60 parlamentarios escoceses en Westminster votan, a veces de forma decisiva, en la tramitación de legislación que en realidad no se aplica en Escocia. Es un asunto que molesta especialmente a los conservadores, que ahora solo tienen un escaño en Escocia y a veces no tienen ninguno.

Los independentistas han recibido con sorna la oferta de más autonomía, que han calificado de “soborno de última hora”. El responsable de Finanzas del Gobierno escocés y uno de los hombres fuertes del SNP, John Swinney, ha recordado a los votantes que en el fracasado referéndum de 1979 para establecer la autonomía, en el que ganó el sí pero sin el quórum necesario, “a Escocia le dijeron que votara que no y así tendríamos un Parlamento más fuerte y lo que nos dieron fue 18 años de gobiernos conservadores por los que no habíamos votado, desolación industrial y ningún Parlamento”. Un argumento utilizado de forma constante estos días para conseguir el apoyo a la independencia de tradicionales votantes laboristas.

Los bancos aconsejan a sus clientes

Los principales bancos del mundo han conminado a sus clientes a tomarse en serio la posibilidad de que haya una ruptura en el Reino Unido, después de que algunos sondeos hayan apuntado que ha aumentado el apoyo a la independencia de Escocia. Estos son algunos de sus consejos:

Deutsche Bank. “Tenga miedo, mucho miedo. [...] Las implicaciones de un voto afirmativo serían enormes, y se ven magnificadas por la sensación de falta de preparación institucional. Un voto de sí podría descarrilar fácilmente la recuperación económica del Reino Unido”.

Goldman Sachs. Las consecuencias a corto plazo de un sí en el referéndum indepedentista para la economía escocesa, y para la de Reino Unido de manera más amplia, pueden ser “severamente negativas”. A largo plazo, “hay pocas razones por las que una Escocia independiente pueda no prosperar: en general, no hay evidencias que sugieran que los países pequeños sean más ricos o más pobres”.

UBS. Existe un “riesgo significativo” de que los depósitos bancarios huyan de Escocia en los días tras la votación del sí.

Barclays. El voto al sí podría evitar que el Banco de Inglaterra aumente los tipos de interés y alentar los “riesgos de fragmentación financiera en toda Europa”.

Morgan Stanley. El voto al sí podría hacer caer un 10% el valor de la libra esterlina.

Société Générale. “La complacencia del mercado a Escocia ha sido destruida”.


Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 10/09/2014 21:23

David Cameron reitera su “no” a la partición de Reino Unido

10 septiembre 2014 | 8 |
David Cameron durante un discurso sobre el referéndum en Escocia.

David Cameron durante un discurso sobre el referéndum en Escocia.

El primer ministro británico, David Cameron, suplicó este miércoles a los escoceses no provocar la partición del Reino Unido con el apoyo a la independencia de Escocia, y alertó de que un voto a favor de la escisión será un “salto en la oscuridad”.

En un artículo publicado este miércoles en el diario Daily Mail, Cameron pide a los escoceses que votarán en el referéndum sobre la independencia del 18 de septiembre que “se queden” en Reino Unido.

El jefe del Gobierno conservador destaca que el mundo mira con “admiración y envidia” los avances conseguidos por el Reino Unido moderno, como el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) o el sistema de pensión estatal.

“El Reino Unido es un país querido y especial. Eso es lo que está en juego. Así que nadie en Escocia tenga ninguna duda, queremos desesperadamente que vosotros os quedéis, no queremos que esta familia de naciones sea separada“, agrega. El primer ministro subraya que será posible conseguir un futuro mejor si Escocia se queda en el Reino Unido, pero advierte de que si hay una escisión del país, la separación será “para siempre”.

Cameron también defiende en su artículo la campaña llevada a cabo por el campo unionista -formada por los principales partidos británicos- al afirmar que ha sido clara sobre lo que está en juego, pero criticó la del ministro principal escocés, Alex Salmond, por considerar que solo ofrece interrogantes sobre el futuro de Escocia.

“Un voto por el ‘no’ no significa un voto a favor del ‘status quo’. No significa que no hay cambio. Significa que habrá más autonomía para Escocia”, subrayó el primer ministro británico. “No se trata -agregó- de Escocia frente al resto del Reino Unido. Se trata de dos visiones que compiten por el futuro de Escocia”.

En el referéndum del 18 de septiembre están convocados a votar los mayores de 16 años que viven en Escocia. El campo del “no” ha acelerado esta semana su campaña después de que un sondeo sobre intención de voto publicado el domingo por el Sunday Times diera por primera vez la victoria del “sí” a la independencia en el referéndum escocés.

Según ese sondeo, los partidarios de la separación ganarían con un 51%, frente a un 49% de los contrarios a la secesión. Ante esta situación, los líderes de los dos principales partidos -Cameron, el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, y el viceprimer ministro, el liberal demócrata Nick Clegg- han cancelado su comparecencia este miércoles en la sesión semanal de pregunta al primer ministro en la Cámara de los Comunes para viajar a Escocia.

Los tres estarán haciendo campaña en Escocia, pero lo harán por separado en distintos lugares de la región, a fin de buscar apoyo al campo unionista y ante la clara preocupación de las formaciones por la posibilidad de que gane la independencia.

(Con información de 20minutos)


Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 11/09/2014 12:26

Un desembarco desesperado en Escocia

Las encuestas marcan, desde hace dos semanas, un fuerte resurgimiento de la intención de voto a favor de la independencia, de cara al referéndum del día 18. El premier Cameron prometió una autonomía mayor que la actual.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

A una semana del referéndum sobre la independencia de Escocia, Gran Bretaña se encuentra al borde del ataque de nervios. En Escocia, los votantes están partidos por la mitad entre el campo del sí y el del no, mientras que en la flemática Inglaterra llaman a enarbolar banderas británicas para convencer a sus vecinos, piden la intervención de la reina Isabel II y caen la libra esterlina y las acciones de bancos y empresas. En un gesto desesperado los líderes de los tres principales partidos británicos –los conservadores del primer ministro David Cameron, los liberal demócratas y los laboristas– viajaron ayer a Escocia para convencer al electorado de permanecer en la unión.

Las encuestas marcan, desde hace dos semanas, un fuerte resurgimiento de la intención de voto a favor de la independencia que el domingo llegó a su clímax cuando un sondeo le dio una leve ventaja al sí. Así las cosas, la coalición conservadora-liberal demócrata que lidera Cameron salió a prometer que si Esocia votaba a favor de la permanencia de la unión con Inglaterra, consagrada hace más de 300 años, obtendría una autonomía mucho mayor que la actual, equivalente virtualmente a un federalismo a la estadounidense.

En una clara afirmación de que la continuidad de Gran Bretaña (Inglaterra, Escocia y Gales) es una política de Estado, la oposición laborista transmitió el mismo mensaje. Su líder, Ed Miliband, instó a los ingleses a que hicieran flamear banderas británicas en una suerte de mensaje de amor, mientras que el ex primer ministro laborista Gordon Brown, escocés de nacimiento, salió de gira para persuadir al electorado con un plan ultrafederalista de 10 puntos que se pondría en marcha un día después del referéndum.

El apoyo de los laboristas es fundamental. Los conservadores y liberales demócratas sumaron un 17 por ciento de los votos en las últimas elecciones en Escocia. Cameron ha cultivado un perfil más que bajo en la campaña, porque los conservadores se han convertido en una marca tan tóxica que son una de las principales armas de la campaña del sí: el acento “posh” del premier bastaría para convencer a muchos. Como dijo ayer el líder del Partido Nacionalista Escocés, Alex Salmond, la visita de Cameron a Escocia es un acto a favor de la independencia. Y no sólo por una cuestión de acento distinguido y arrogante. El Partido Nacionalista Escocés ha llevado adelante una muy exitosa campaña para convencer a los escoceses de que la única manera de liberarse de los conservadores es votando por la independencia, y que el estatal Servicio Nacional de Salud, que ha sido diezmado por la coalición, sólo estará a salvo si Escocia se separa.

En contrapartida, el mensaje del no a la independencia ha sido negativo y complaciente anticipando una suerte de apocalipsis económico o subrayando las enormes dificultades que representa. Estas dificultades existen sin lugar a dudas. Una de las más obvias es qué divisa usaría una Escocia que maneja la libra esterlina desde la unión con Inglaterra en 1707. Igualmente compleja es la cuestión de la deuda pública británica: si Escocia se independiza ¿quién se hace cargo de qué, de lo adeudado por la entidad Inglaterra-Escocia-Gales?

Otro punto de debate es el petróleo. Desde que en 1964 el gobierno británico otorgó las primeras licencias para extraer petróleo y gas, la industria ha invertido más de 700 mil millones de dólares y el fisco británico ha ingresado unos 350 mil millones a sus arcas. El impacto no ha sido sólo económico. Políticamente fue decisivo para el éxito de Margaret Thatcher, que llegó justo para beneficiarse de la explotación, pero también para el crecimiento del Partido Nacional Escocés que pasó de ser una fuerza inexistente en los ’50 (alrededor del uno por ciento del electorado) a una minoría de peso en los 70 (11 por ciento de los votos) y una mayoría en las elecciones autónomas de 2011 (46 por ciento).

El SNP ha dicho que costeará la independencia con una recuperación de las ganancias del petróleo y la conformación de un fondo soberano para administrar sus beneficios. En 2012, Escocia suministró un 67 por ciento de la demanda petrolera británica y un 53 por ciento de la de gas, pero hoy los campos del Mar del Norte se encuentran entre los menos rentables del mundo, y las reservas a descubrir exigirán una inversión gigantesca. Los estudios técnicos al respecto dan resultados según el color con el que se miran. En Londres se calcula que, a fines de década, los ingresos tributarios del Mar del Norte caerán a la mitad, mientras que un estudio financiado por la campaña del sí halló que los ingresos podrían ser seis veces más altos.

El impacto político de un sí es impredecible. Cameron ha dicho que no renunciará, pero su posición política quedará muy debilitada. El nombre completo de su partido es Conservative and Unionist Party: la unionist del título deberá ser tachada por un referéndum que él mismo convocó. Las cosas no son más promisorias para los laboristas. Escocia estuvo siempre muy a la izquierda de Inglaterra y votó laborismo hasta la debacle Blair-Brown-guerra en Irak cuando se inclinó por los nacionalistas. Dadas las peculiaridades del sistema electoral británico, las posibilidades de ganar de los laboristas en las elecciones de mayo se verían muy afectadas. Por último, la negociación de una separación llevará tiempo. “No se va a conseguir de la noche a la mañana y requerirá una ardua negociación. Ni siquiera puede descartarse que el resultado de esta negociación deba ser sometido a otro referendo. Mientras tanto, muchas zonas de Inglaterra, desde Manchester a Londres, se están preguntando por qué no pueden tener la autonomía que el gobierno les está ofreciendo a los escoceses para que no rompan la unión con Inglaterra y Gales”, señaló el columista del vespertino Evening Standard Anthony Hilton.



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