Al liberarse y divorciarse la transformación de Diana es patente. El cabello más corto, rubio, una figura atlética e impresionante seguridad. Sigue siendo la delicia de los fotógrafos. Pero ahora combina su frívola afición por la ropa cara con la ayuda a los más desamparados. Es la princesa... Ver mas
Al liberarse y divorciarse la transformación de Diana es patente. El cabello más corto, rubio, una figura atlética e impresionante seguridad. Sigue siendo la delicia de los fotógrafos. Pero ahora combina su frívola afición por la ropa cara con la ayuda a los más desamparados. Es la princesa humana y solidaria que sorprende a todos con sus viajes a Bosnia o a Angola. Su cruzada por erradicar las minas antipersonales y de impulsar una campaña mundial con el objetivo de prohibirlas es seria y trascendente. Igualmente el apoyo que brinda a mutilados por la guerra, ancianos o enfermos con sida. No necesita guantes para tocarlos. De pronto tiene ideas geniales. Como la de rematar, en julio de este año, los vestidos que usó cuando fue esposa de Carlos. No sólo borró definitivamente su imagen de compradora compulsiva sino que reafirmó su figura de embajadora de buena voluntad. El dinero obtenido de la venta contribuirá a desarrollar sus obras de caridad. En la galería Christie's de Nueva Tork, los 79 vestidos de fiesta de Di significaron una suma de más de tres millones de dólares. Nadie lo podía creer. Uno de los más caros fue el llamado "Travolta" (que lo usó la noche que bailó con Travolta en la Casa Blanca de Reagan), se remató en nada menos que 222,500 dólares. Estos últimos meses habían sido buenos para Diana. Comenzó a salir con Dodi Al Fayed, también divorciado e hijo de Mohamad Al Fayed, millonario de origen egipcio dueño de la cadena de la tradicional tiendas Harrod's, un símbolo nacional. Se enamoraron. El primer encuentro tuvo lugar en Saint Tropez, en la casa del millonario. Allí acudió Diana con sus hijos a pasar las vacaciones de julio. Luego, la princesa y Dodi partieron a un crucero de dos semanas por Córcega y Cerdeña. Los paparazzi captaron el romance (las fotos se transaron en el mercado en 450,000 dólares) que Diana a su regreso no intentó ocultar. Nuevamente las especulaciones. Diana cristiana y Dodi mahometano. Si realmente se casaban, ¿qué podía suceder? "Han sido las vacaciones más hermosas de mi vida", repitió Diana una y varias veces. También serían las últimas.
EL ACCIDENTE
"La van a matar", dijo Fergie algunas semanas antes del accidente. El acoso de los paparazzi a la princesa Diana era ya preocupante. Una persona pública, tan pública como Diana, fotografiada diariamente durante 17 años, protagonista de la más célebre historia de amor y odio, casi reina del imperio más antiguo del mundo, y -fundamentalmente- madre del futuro rey de Inglaterra, ¿tenía legítimo derecho a una vida privada? Se sabe que Dodi, tiempo atrás, había contratado a un relacionista público para darse a conocer en Hollywood y luego mejorar su imagen ante los ingleses. Paradójico. Con Diana, sin embargo, empezaba a conocer las virtudes -y la necesidad- de la privacidad. Su padre Mohamed Al Fayed no es una persona grata en los empingorotados círculos de Gran Bretaña, a pesar de su enorme fortuna (la número 14 en Inglaterra). Ha estado en ceremonias oficiales de la realeza desde hace varias décadas pero por nada se le otorga la nacionalidad que él tanto aspira. La noche del 31, el chofer oficial había abandonado primero El Ritz, solo, como señuelo. Quedó al volante un hombre de seguridad del Hotel, Mr. Paul, once años trabajador del Ritz, experto en manejar carros Mercedes Benz blindados. Había seguido un curso en Stuttgart, en la misma MB. El problema era que había tomado el equivalente a una botella y media de vino con el estómago vacío: "A ver si me alcanzan", les dijo a los paparazzi motorizados que no habían caído en el engaño y aún esperaban en la puerta. Las últimas fotos conocidas indican que hubo un altercado en la puerta del Ritz. Primero a Dodi se le ve discutiendo. Luego, él y Diana se agazapan en el asiento trasero. No llevan puesto cinturón de seguridad. Un nuevo testimonio habla de una motocicleta zigzagueante delante del automóvil. La Mercedes ha ofrecido sus peritos para estudiar el caso y recalca que si bien el velocímetro se encontró trabado marcando 196 kph., esto no necesariamene significa que hayan estado viajando a esa velocidad. El violento impacto pudo haberlo dejado así. También se habla de un poblema de diseño del túnel bajo el Puente del Alma: sus pilotes centrales carecen de protección para los automovilistas. Cinco de los fotógrafos serán enjuiciados, ya que -investigación al margen- en Francia existe la ley del buen samaritano, donde las personas están obligadas a socorrer a los heridos. Además, en una emergencia médica existe lo que se llama "La Hora Dorada", tiempo crucial para salvar una vida desde que sucede un accidente. Un médico francés que pasó fortuitamente por el túnel intentó asistirla, sin saber de quién se trataba. La encontró con la cabeza gacha, ahogándose en su propia sangre. Corrigió su postura y por su reacción covulsiva se percató que había sufrido un traumatismo encefalocraneano. A Diana recién pudieron liberarla una hora después del choque. Según testigos los paparazzi prefirieron tomar macabras fotos, y algunas ya han sido publicadas en el medio más sensacionalista del mundo, el infame "Bild" de Alemania, cuya carátula la televisión ha reproducido distorsionando electrónicamente las fotos en cuestión. Al día siguiente, mientras que algunos turistas contemplaban la boca del túnel con congoja, otros se dedicaban a recoger pedacitos del Mercedes como si fueran reliquias. Alrededor del mundo, la gente tomaba partido. Ella nunca tuvo clase, decían en una peluquería limeña. Carlos tiene la culpa, se aseguraba en una conversación por celular. Los mandaron matar, decían en el mercado. Aisladamente, se reportaban palizas injustificadas a fotógrafos en diversos puntos del globo. A través de su portavoz, el padre de Dodi declaró: "cambiaría el Harrod's y el Ritz por las vidas de Diana y Dodi". Simultáneamente, una de las vitrinas de Harrod's mostraba sendos retratos de la pareja. El fiel guardaespaldas de Diana, el único sobreviviente, tiene la última palabra.
Esta pareja fue polémica, ya que ella se quitó 5 años y el se añadió 1 al momento de la boda, pero no solo fue eso, sino que firmaron un contrato matrimonial con separación de bienes, que al parecer resulto ser fantasioso, ya que Josefina poseía solo lo que llevaba puesto y Napoleón no tenía... Ver mas
Esta pareja fue polémica, ya que ella se quitó 5 años y el se añadió 1 al momento de la boda, pero no solo fue eso, sino que firmaron un contrato matrimonial con separación de bienes, que al parecer resulto ser fantasioso, ya que Josefina poseía solo lo que llevaba puesto y Napoleón no tenía fortuna. A pesar de su contrato matrimonial, la colmó de bienes.
Josefina de Beauharnais, quien siendo una viuda alegre y descarada, y madre de un chico de catorce años. Napoleón se enamoró locamente de ella a primera vista. Josefina era una mujer apasionada y sensual. Sin embargo, Napoleón se las arregló para tenerla esperando dos horas el día de su boda. Era muy promiscua, y todo el mundo se rió de Napoleón cuando él "quiso pagar por lo que todos obtenían gratis "al casarse con ella. Pese a su matrimonio, Josefina continuó una vida frívola y en las constantes ausencias de Napoleón cuando su mando en el Ejército de Italia, aprovechó para mantener amantes. Este comportamiento motivó que Napoleón tuviera otras amantes, algunas de las cuales eran damas de compañía de Josefina cuando Napoleón había escalado a la cumbre del poder político.
A pesar de haberla coronado emperatriz, cuando tuvo que escoger entre el amor y la sucesión de su monarquía, Napoleón dejó a Josefina. La ausencia de herederos y las infidelidades hicieron que Napoleón se divorciara de ella para casarse con una mujer de sangre real, Mª Luisa de Habsburgo, con la cual esperaba fundar una dinastía. Pero no fue así. Cuatro años más tarde fue enviado al exilio. Su esposa real no le acompañó; su imperio y amor se hicieron pedazos.
En los comienzos de 1956, Marilyn estaba en el apogeo de su carrera. Sus actitudes provocativas fuera de la pantalla y los papeles de rubia explosiva para los que era convocada hicieron que en poco tiempo figurara en la lista de las diez estrellas más populares de Hollywood. Era libre y los... Ver mas
En los comienzos de 1956, Marilyn estaba en el apogeo de su carrera. Sus actitudes provocativas fuera de la pantalla y los papeles de rubia explosiva para los que era convocada hicieron que en poco tiempo figurara en la lista de las diez estrellas más populares de Hollywood. Era libre y los amantes se sucedían unos a otros. Marilyn, siempre necesitada de afecto, encontraba en el sexo una excusa para sentirse querida. Había comenzado a refugiarse en el alcohol, y tomaba pastillas para dormir por las noches y para mantenerse despierta durante el día. Tenía veintinueve años y suspiraba por un hombre al que conocía de vista: Arthur Miller. El dramaturgo, casado y con hijos, no parecía reparar en la estrella, hasta que ella se le acercó demasiado durante una fiesta. El flechazo fue instantáneo y, en poco tiempo, Arthur y Marilyn comenzaron una relación sólida y estable. En los comienzos de su noviazgo con Miller, Marilyn filmó El principe y la corista, la película en la que compartió cartel con el gran actor y director Laurence Olivier. Durante el rodaje —que se llevó a cabo en Inglaterra— Arthur la llamaba por teléfono desde los Estados Unidos todas las noches utilizando el seudónimo de "Mr. Leslie”.
Marilyn estaba ansiosa por casarse; pero Arthur Miller prefería tramitar un divorcio pacífico de su esposa y no quería provocar ningún escándalo. Atenta, cariñosa y comprensiva, la estrella tuvo la paciencia necesaria para esperar a ese hombre que tanto la atraía. El casamiento se hizo el 29 de junio de 1956. Marilyn ya conocía a sus futuros suegros y creía que por fin tendría una familia.
Si bien los primeros tiempos de la pareja fueron buenos, pronto comenzaron los problemas. Marilyn se aburría en la casa mientras Arthur se encerraba a escribir el guión de Los inadaptados; y él perdía la paciencia cada vez que Marilyn se encerraba a llorar en su cuarto, pidiendo atención. Cuatro años después de la boda, y cansado de las infidelidades y los caprichos de su mujer, en 1960 Arthur Miller solicitó el divorcio. Habían quedado atrás los tiempos en que Marilyn lo llamaba “pa” y le cocinaba sus platos favoritos.
Uno de los hechos que desencadenaron la crisis definitiva de la pareja fue la aventura amorosa de Marilyn con el actor Yves Montand, con quien compartió cartel en la película El multimillonario. Tanto Arthur Miller como Simone Signoret —la mujer de Montand— soportaron estoicamente el publicitado romance hasta que Montand se cansó de Marilyn y volvió con su esposa. El divorcio de Arthur Miller fue demasiado para el frágil carácter de Marilyn; y sólo después de una serie de crisis depresivas y de un par de intentos de suicidio, logró estabilizarse su delicado equilibrio emocional.
En 1946 Edith viajó a Nueva York y conoció al amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan, un argelino llamado "el bombardero marroquí", quien rara vez perdió una pelea, durante su vida deportiva. Luego de sus presentaciones en Estados Unidos Edith viajó a Londres, donde no fue contratada, pues a... Ver mas
En 1946 Edith viajó a Nueva York y conoció al amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan, un argelino llamado "el bombardero marroquí", quien rara vez perdió una pelea, durante su vida deportiva. Luego de sus presentaciones en Estados Unidos Edith viajó a Londres, donde no fue contratada, pues a final de cuentas era francesa.
Marcel estaba casado y vivía con su esposa e hijos en Marruecos (en Casablanca para volverlo más increíble), y la relación se mantuvo bajo un estricto secreto que disgustaba al círculo íntimo de la cantante. Temían por la reputación de ambos. Incluso su amiga Mômone intercedió para ponerle fin a la relación. Pero el idilio creció al punto que Piaf compró una casa en Bois de Boulogne para estar más cerca del deportista. El lugar contaba con un gimnasio para que Cerdan entrenase. En septiembre de 1948 tenía agendada una pelea por el título mundial contra Tony Zale. Antes del evento, volvió a Lisieux para rezarle a Santa Teresa. “Estaba segura de que iba a ganar porque esa noche sentimos olor a rosas en su habitación”, recordó Ginou Richer, su asistente. El símbolo de la santa. Y de su infancia en Normandía. Y Cerdan triunfó. Y Piaf fue feliz.
En el cenit de la carrera de ambos se sucedieron las contiendas de él y los shows de ella. Entre París y Nueva York, vuelos trasatlánticos y encuentros en hoteles. El 29 de octubre de 1949 el avión que trasladaba a Cerdan a la gran manzana para visitarla se desplomó en las islas Azores. Esa noche le dedicó su show en Versailles. Luego vendrían días oscuros. El golpe fue demasiado fuerte para Edith Piaf y cayó en las garras del alcohol y se vuelve adicta a la morfina. Ella cantó su gran éxito Hymne à l'amour en su memoria y, además, este noviazgo originó la película Édith et Marcel.
Edith Piaf, todavía convaleciente de una operación urgente de pancreatitis, sufre graves problemas hepáticos e intestinales. Con su quebrada salud, balbucea en el escenario, se equivoca, cae desmayada. La larga amistad con el alcohol, la morfina y las pastillas pasa factura. Murió el 11 de octubre de 1963 y fue enterrada en el cementerio de Père Lachaise.
Simonetta era la mujer de Marco Vespucci, hermano de Américo. Era genovesa y tenía 15 años cuando entraba por las puertas de Florencia. Giuliano di Piero de Medici, estaba enamorado de ella,y encargó a Botticelli una pintura ("El Nacimiento de Venus"). Simonetta se convirtió en la modelo y musa... Ver mas
Simonetta era la mujer de Marco Vespucci, hermano de Américo. Era genovesa y tenía 15 años cuando entraba por las puertas de Florencia. Giuliano di Piero de Medici, estaba enamorado de ella,y encargó a Botticelli una pintura ("El Nacimiento de Venus"). Simonetta se convirtió en la modelo y musa de Boticcelli. Decían que el pintor estaba enamorado de ella, no se sabe, pero si hubiera sido así, fue un amor nunca declarado, expresado sólo a través de sus numerosos retratos.
Es impresionante comprobar la huella que dejó en Botticelli esta mujer, a la que prácticamente dedicó casi todos su cuadros. Simonetta murió tan solo un año después, la noche del 26 de abril de 1476, presuntamente de tuberculosis, a los 22 años de edad. Botticelli finalizó el Nacimiento de Venus nueve años después de la muerte de Simonetta y después pidió ser enterrado a los pies de ella. Boticcelli murió el 17 de mayo de 1510.