Tragedia de William Shakespeare sobre las desventuras de una pareja de enamorados que sufre la terrible enemistad de sus familias: Montescos y Capuletos, en la ciudad de Verona, ltalia. La muerte de ambos cierra la historia de amor más conocida de la Tierra. En una de las líneas más sentidas... Ver mas
Tragedia de William Shakespeare sobre las desventuras de una pareja de enamorados que sufre la terrible enemistad de sus familias: Montescos y Capuletos, en la ciudad de Verona, ltalia. La muerte de ambos cierra la historia de amor más conocida de la Tierra. En una de las líneas más sentidas, Julieta dice: "Romeo, Romeo, ¿por qué eres Romeo" haciendo referencia al nombre que obligaba a la separación de ambos.
Verona, mes de julio. En un baile de máscaras se conocen Romeo Montesco y Julieta Capuleto, quienes se sienten inmediatamente atraídos. Romeo le declara su amor cuando la visita en el balcón de la casa familiar. Pero siendo conscientes del odio que separa a las dos familias nobles, eligen casarse en secreto ante el sacerdote Lorenzo. Luego, en una lucha personal, uno de los Capuletos mata a un amigo de Romeo y éste a su vez, da muerte al matador. Romeo es obligado por su familia a ocultarse en Mantua. El padre de Julieta, que desconoce la boda secreta, quiere obligar a su hija a casarse con el conde Paris. Julieta visita al sacerdote pidiéndole consejo, pues ni quiere ni puede romper su voto matrimonial.
El religioso le da entonces una poción que produce en las personas la apariencia de la muerte secándolas profundamente. De tal forma, piensa el sacerdote, Romeo vendrá en su rescate. Ella toma el engendro. Romeo regresa a Verona al tener noticias de la muerte de Julieta y, lleno de odio, mata a Paris. Luego encuentra a Julieta supuestamente "muerta". Incapaz de soportar tanto dolor, Romeo le da un último beso, se toma un veneno y cae muerto a sus pies. Cuando Julieta se recupera del letargo y comprueba la muerte de Romeo, ella también se suicida, clavándose una daga en el pecho.
Tras la terrible tragedia de muertes y odios rodeando el amor imposible y eterno, las familias superan las distancias y se reconcilian. Romeo y Julieta ha sido llevado al cine, al teatro, a la danza, se han compuesto sinfonías, conciertos, poemas sinfónicos, ballets y se han producido centenas de pinturas y esculturas.
El emperador Shah Jehan y Muntaz Mahal: quizá sus nombres no te digan mucho, pero si seguimos recordando a esta pareja 400 años después de su muerte, es porque su amor inspiró una de las siete maravillas del mundo y el monumento más famoso de la India, el Taj Mahal. El heredero del Imperio Mogol... Ver mas
El emperador Shah Jehan y Muntaz Mahal: quizá sus nombres no te digan mucho, pero si seguimos recordando a esta pareja 400 años después de su muerte, es porque su amor inspiró una de las siete maravillas del mundo y el monumento más famoso de la India, el Taj Mahal. El heredero del Imperio Mogol se enamoró perdidamente de una princesa persa-musulmana, que se convertiría en su segunda esposa y favorita de la corte. Pero tras dar a luz a su catorceavo hijo Muntaz Mahal murió, no sin antes pedirle cuatro deseos a su marido: que se casara de nuevo, que fuera bueno con sus hijos, que le construyera una gran tumba y que fuera a visitar su tumba al menos una vez al año en el aniversario de su muerte. Al deseo de Mahal le dedicó el emperador toda su vida, convirtiéndose en su gran obra y paradójicamente en su destrucción, su obsesión se transformó en locura y el esfuerzo económico le supuso su ruina y la pérdida de su reino, uno de sus hijos le derrocó y Shah Jehan fue encerrado en el fuerte de Agra, donde pasó el resto de su vida contemplando entre rejas el monumental mausoleo construido por amor.
El origen de esta leyenda se remonta a un relato celta que describía el romance entre una princesa inglesa y un guerrero irlandés. Este marco le pareció el ideal a Richard Wagner para componer su famosa ópera (fruto del amor imposible del joven Wagner con Matilde Wesendok). Tristán, hijo de... Ver mas
El origen de esta leyenda se remonta a un relato celta que describía el romance entre una princesa inglesa y un guerrero irlandés. Este marco le pareció el ideal a Richard Wagner para componer su famosa ópera (fruto del amor imposible del joven Wagner con Matilde Wesendok).
Tristán, hijo de Meliadus y Blancaflor, creció desconociendo quiénes eran sus padres, ya que murieron los dos, y fue educado por el fiel servidor de su madre. Él lo educó tanto en el manejo de las armas como en el arte, y el joven pronto aprendió a tocar muy bien el arpa. Cuando Tristán tuvo suficiente edad, salió en busca de aventuras, hasta que el destino lo llevó a las puertas del castillo del Rey Mark, en Cornualles. Allí se enteró de la verdadera historia de su linaje y fue recibido muy atentamente. Decidió vengar la muerte de su padre retando a combate a Morgan a quien terminó venciendo. Pero pronto un emisario del rey de Irlanda, Morold, llegó a la Corte del Rey Mark para cobrar sus exagerados impuestos. Tristán no pudo permitir esta injusticia, por lo que le retó a un combate. Tristán terminó por acabarlo, pero recibió una herida del arma envenenada de su contrincante que sólo podía curar la hermana de Morold, Isolda.
Tristán partió así hacia Irlanda para ser curado por la princesa Isolda, pero no dio a conocer su nombre, sino que se hizo pasar por un simple juglar que tocaba muy bien el arpa. Isolda y su madre le curaron su herida y Tristán pasó muchos días en la Corte con ellas. Isolda llegó a descubrir, durante estos días, la verdadera identidad de Tristán, el caballero que había dado muerte a su hermano. En un principio ella trató de matarlo mientras él dormía pero enseguida se arrepintió y lo perdonó. Pero Mark, el Rey de Cornualles le había ordenado a Tristán que pidiera la mano de la princesa Isolda en su nombre y se convierta en la reina de Cornualles. De modo que, para sorpresa de todos, Tristán pidió la mano de Isolda para Mark.
La madre de Isolda, al ver infeliz a su hija, hizo una pócima de amor para que Isolda y Mark la tomaran antes de casarse y de este modo se enamorarían. Pero durante el viaje en barco hacia la corte de Mark, Isolda y Tristán bebieron la pócima por equivocación y ellos fueron los que quedaron perdidamente enamorados. Sin embarago, decidieron separarse apenas llegaron a Cornualles. Tristán realizó muchas proezas y hazañas en nombre de Isolda hasta que fue mortalmente herido. Pero no quiso recibir la ayuda de Isolda, para no despertar las sospechas del rey Mark. Tristán fue informado de la existencia de otra curandera que vivía en Bretaña, también llamada Isolda. Hacia allí fue y le curó. Entonces ésta se enamoró de él. Tristán pensó que casándose con ella lograría olvidar a su amada Isolda, pero se equivocó. Así vivió infeliz durante algún tiempo, hasta durante un combate es herido por un golpe de lanza envenenada. Acuden muchos medicos, pero ninguno sabe curar el veneno y Tristán siente que su vida se pierde. Entonces, levantándose, dice a su fiel compañero que quisiera volver a ver por ultima vez a su Isolda, la de los cabellos rubios. Su compañero decide ayudarle. Convienen en que si consigue traerla, izará la vela blanca, pero si fracasa, izará la vela negra. Para desgracia de los amantes, la otra Isolda se entera de toda la conversación. Isolda la rubia es puesta al corriente de la situacion de salud de su amante,y no duda en darle consuelo con su presencia. Tristán cada día pide que se vigile el mar, y cuando Isolda la de Bretaña anuncia la llegada de la nave, miente y dice que la vela es negra. Entonces Tristán se deja morir. Cuando su amor, Isolda, llega y se entera de la desgracia, sube a sus aposentos, exhaló su último suspiro y murió sobre el cuerpo de su amado.
Los dos cuerpos fueron transportados a Cornualles, donde se enterraron por tumbas separadas, por orden del Rey Mark. Pero cuenta la leyenda que de la tumba del juglar nació una enredadera que, cruzando las paredes, descendía hasta la tumba de Isolda. La planta fue cortada dos veces por orden del Rey, pero insistía en crecer. Cuentan que una rosa y una vid crecen de las respectivas tumbas y se entrelazan.
El amor imposible de Dante fue Beatriz Portinari a quien inmortalizó en su obra: La Divina Comedia y en sus sonetos de la Vita Nuova. Dante nos descubrió una nueva forma de amar, sin egoísmo, sin correspondencia, sin esperanza. Una amor idealizado que le permite seguir viviendo con Beatriz como... Ver mas
El amor imposible de Dante fue Beatriz Portinari a quien inmortalizó en su obra: La Divina Comedia y en sus sonetos de la Vita Nuova. Dante nos descubrió una nueva forma de amar, sin egoísmo, sin correspondencia, sin esperanza. Una amor idealizado que le permite seguir viviendo con Beatriz como musa de su obra.
Dante y Beatriz se conocieron, según algunos, desde la niñez y, según otros, en la adolescencia; como quiera que fuera, Dante se prendó de "la gloriosa señora de sus pensamientos", de quien hizo la razón de su existir. La sonrisa y el leve saludo que Beatriz le prodigaba a Dante cuando casualmente se encontraban, bastaban para satisfacer el profundo amor que el poeta le profesaba. Beatriz contrajo nupcias con un rico banquero y Dante buscó consuelo en el maravilloso mundo de la poesía, dando rienda suelta a su imaginación, produciendo nuevas rimas, todas ellas reflejando el amor que sentía por su dama.
Los jóvenes florentinos difundían las poesías de Dante, al recitarlas en las reuniones y, Beatriz al escucharlas se reconoció en ellas. Ella, dama virtuosa y además casada, se sintió lastimada en su dignidad, por ser la inspiración de un amor insano y, desde entonces, cuando solía encontrarse con Dante, aquel breve saludo con el que contaba el poeta para iluminar su existencia, le era negado. Las congojas de Dante no terminarían ahí, poco tiempo después Beatriz cayó enferma, contagiada de la peste negra o bubónica, y en 1290, la muerte hizo acto de presencia y el fiel enamorado sólo pudo seguir de lejos el cortejo, acercándose a la tumba de la amada cuando todos se habían retirado. Dante, hundido, trocó su vida en un constante disfrute de placeres, prodigándose múltiples amantes.
Tres años más tarde, contrajo matrimonio con Gemma Donati, la joven que su padre le había escogido para esposa, a la cual no amaba, lo que no impedía que ella le brindara su ternura y admiración, comprendiendo que su esposo no era como los demás hombres. Gemma hizo posible que Dante gozara de un breve tiempo de paz y tranquilidad, tiempo que aprovechó para terminar "La Vida Nueva", mitad en verso y mitad en prosa, poemas en los que, una vez más, ofrendaba su amor a Beatriz. En “La Divina Comedia” pide a Beatriz que le conduzca a su lado:
—Beatriz, guíame hacia el paraíso, ya que Virgilio ya cumplió su misión. Nuestro amor no es terrenal, porque este sentimiento es tan inmenso que no lo supera el amor de Dios por la humanidad.
Nota: La foto que ilustra esta historia es un cuadro del pintor prerrafaelista Henry Holiday, que imagina el encuentro entre Dante y Beatriz en el Puente Santa Trinidad.
La Celestina es el nombre con el que se conoce desde el siglo XVI a la obra titulada primero Comedia de Calisto y Melibea y después Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida casi en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es una obra de transición entre la Edad Media y el Renacimiento... Ver mas
La Celestina es el nombre con el que se conoce desde el siglo XVI a la obra titulada primero Comedia de Calisto y Melibea y después Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida casi en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es una obra de transición entre la Edad Media y el Renacimiento escrita durante el reinado de los Reyes Católicos y cuya primera edición conocida data de 1499. Constituye una de las bases sobre las que se cimentó el nacimiento de la novela y el teatro modernos.
Existen dos versiones de la obra: la Comedia (1499, 16 actos) y la Tragicomedia (1502, 21 actos). La crítica tradicional ha debatido profusamente el género de La Celestina, dudando si clasificarla como obra dramática o como novela. La crítica actual coincide en señalar su carácter de obra híbrida y su concepción como diálogo puro, quizá para ser recitado por un solo lector impostando las voces de los distintos personajes ante un auditorio poco numeroso. Sus logros estéticos y artísticos, la caracterización psicológica de los personajes —especialmente la tercera, Celestina, cuyo antecedente original se encuentra en Ovidio—, la novedad artística con respecto a la comedia humanística, en la que parece inspirarse, y la falta de antecedentes y de continuadores a su altura en la literatura occidental, han hecho de La Celestina una de las obras cumbre de la literatura española y universal. La obra comienza cuando Calisto ve casualmente a Melibea en el huerto de su casa, donde ha entrado a buscar un halcón suyo, pidiéndole su amor. Esta lo rechaza, pero ya es tarde, ha caído violentamente enamorado de Melibea.
Por consejo de su criado Sempronio, Calisto recurre a una vieja prostituta y ahora alcahueta profesional llamada Celestina quien, haciéndose pasar por vendedora de artículos diversos, puede entrar en las casas y de esa manera puede actuar de casamentera o concertar citas de amantes; Celestina también regenta un prostíbulo con dos pupilas, Areúsa y Elicia.
El otro criado de Calisto, Pármeno, cuya madre fue maestra de Celestina, intenta disuadirlo, pero termina despreciado por su señor, al que sólo le importa satisfacer sus deseos, y se une a Sempronio y Celestina para explotar la pasión de Calisto y repartirse los regalos y recompensas que produzca.
Mediante sus habilidades dialécticas y la promesa de conseguir el favor de alguna de sus pupilas, Celestina se atrae la voluntad de Pármeno; y mediante la magia de un conjuro a Plutón, unido a sus habilidades dialécticas, logra asimismo que Melibea se enamore de Calisto. Como premio Celestina recibe una cadena de oro, que será objeto de discordia, pues la codicia la lleva a negarse a compartirla con los criados de Calisto; éstos terminan asesinándola, por lo cual se van presos y son ajusticiados.
Las prostitutas Elicia y Areúsa, que han perdido a Celestina y a sus amantes, traman que el fanfarrón Centurio asesine a Calisto, pero este en realidad solo armará un alboroto. Mientras, Calisto y Melibea gozan de su amor, pero al oír la agitación en la calle y creyendo que sus criados están en peligro, Calisto salta el muro de la casa de su amada, cae y se mata. Desesperada Melibea, se suicida y la obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea, quien lamenta la muerte de su hija.