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General: LA PALABRA DIARIA MES DE ABRIL
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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 02/04/2015 04:23 |
Soy bendecido al mantener una vida espiritual.
Los recuerdos de mi vida son como fotos en un álbum. Documentan experiencias, retos, crecimiento y descubrimientos. Algunas imágenes evocan vivamente sentimientos, lugares, sonidos y circunstancias del pasado. Recuerdo con gozo los bellos momentos, cuando los regalos espirituales eran fáciles de ver. Y, al recordar experiencias dolorosas, saco valor de mi pozo profundo de fe.
Todas mis experiencias han contribuido a mi comprensión y crecimiento espiritual. He conocido a Dios como mi fuente de fortaleza cuando me he sentido débil, y como mi fuente de gozo cuando mi corazón ha rebosado de felicidad.
Soy bendecido al mantener una vida espiritual y saber que siempre camino con Dios.
Lo has bendecido para siempre; con tu presencia lo has llenado de alegría.—Salmo 21:6
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Logro con valentía lo que debo hacer.
Cuando enfrento algo nuevo o desalentador, pienso en los niños que aprenden a caminar. Se paran, dan unos pasitos y se caen. Con persistencia y valor, pronto caminan por toda la casa.
Recuerdo que una vez fui un niño dando sus primeros pasos. Esa valentía todavía está en mí y puedo invocarla en cualquier momento. Al confiar en mi fortaleza interna, logro con confianza todo lo que debo hacer. Me centro en la tarea ante mí, y mi valor y determinación disipan cualquier temor.
Al hacer surgir mi fortaleza interna, encuentro que tengo toda la valentía que necesito. Supero cualquier reto y continúo creciendo y progresando.
Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas.—Josué 1:9 | | | | |
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Honro la Tierra y toda manifestación de vida.
Hoy reconozco y aprecio la manera como la Tierra me bendice. Al detenerme para oler las flores, doy gracias por su dulce fragancia. Pongo mi mano en el tronco de un árbol y siento aprecio por su refugio y sombra. Durante un chubasco, visualizo la interrelación de los ríos, lagos y océanos que sustentan todas las cosas vivientes.
Bendigo las criaturas de la Tierra, desde la abeja que poliniza las cosechas que se convierten en mi alimento, hasta la graciosa jirafa que me recuerda elevar mi perspectiva. Observo el gozo de una ardilla que esconde una bellota, y me maravillo por el árbol que surgirá de esa bellota. Soy uno con los habitantes de la Tierra, y los honro a todos.
¡Del Señor son la tierra y su plenitud! ¡Del Señor es el mundo y sus habitantes!—Salmo 24:1 | | | | |
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Hago mi parte para crear un mundo de respeto y compasión.
La manera como trato a los demás fija la expectativa de cómo me gustaría ser tratado. Cuando soy compasivo, pongo en movimiento la energía de la compasión. Cuando soy comprensivo, invito a los demás a que respeten mis puntos de vista. Deseo vivir en un mundo considerado y compasivo.
Valoro la diversidad y honro las diferencias. El mundo a mi alrededor es enriquecido por imágenes, sabores, texturas y sonidos variados. También es enriquecido por el libre fluir de diferentes opiniones y creencias. Siento interés genuino por nuevas ideas, personas y experiencias. Cuando encuentro opiniones o creencias diferentes a las mías, recuerdo responder con respeto. Cada vez que elijo ser respetuoso, creo el mundo amoroso que deseo experimentar.
Procuren estar en paz con todos.—Hebreos 12:14
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La paz en mi alma contribuye a la paz del mundo.
Al cultivar la paz en mí, incremento mi poder para hacer cambios positivos en mi vida y en el mundo. Mi contribución personal promueve el bien común. Ayudo a crear paz en la Tierra paso a paso —una interacción a la vez.
Cuando decido responder con amor contribuyo a la paz. Cada vez que evito una confrontación innecesaria, ofrezco una palabra amable o ayudo a un amigo, fomento la armonía. La paz surge de muchas maneras. Contribuyo a la serenidad en mi vida y en el mundo cuando manejo mis asuntos conscientemente y hago servicio comunitario. Desarrollo paz interna cuando me intereso por el medio ambiente y por todas las criaturas que comparten el planeta conmigo. Al ser apacible, contribuyo a la paz mundial.
Bienaventurados los pacificadores.—Mateo 5:9
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Dios me guía hacia mi mayor bien.
A veces, puede que enfrente retos abrumadores. Quizás me sienta sin esperanza, preocupado o perdido. A lo mejor dude o tema ir en la dirección equivocada. Tal vez mi mente busque respuestas en experiencias pasadas. Mas luego me doy cuenta de que éste es el momento propicio para nuevas ideas. Respiro profundamente y recuerdo acudir a Dios por guía.
La Mente Divina conoce mi verdad, y es la fuente de sabiduría siempre disponible para mí cuando busco una solución. Aquieto mi mente y entro en el Silencio. Sosegado y vinculado con el Espíritu, estoy receptivo a posibilidades ilimitadas. Nuevas ideas surgen y recibo dirección clara. Dios me guía a mi mayor bien —el resultado correcto y perfecto.
Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.—Salmo 32:8 | | | | |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 27/04/2015 16:28 |
Celebro y comparto mi herencia divina.
Como el hijo pródigo que regresó a su padre y recibió una bienvenida festiva, hoy determino recordar mi herencia divina. Como creación amada de Dios, mi mayor herencia es el reino de los cielos en mí. Dondequiera que esté, Dios está conmigo. Siempre tengo acceso a las ideas, la guía, la sabiduría y el amor divinos. Cuando dirijo mi atención hacia mi interior, accedo al fluir siempre presente del bien divino. Sé que soy bendecido más allá de toda medida.
Hoy celebro mi herencia reconociendo al Espíritu como la fuente de todo mi bien. Con gratitud, me comprometo a utilizar mi herencia divina para marcar una pauta positiva en el mundo.
“Comamos y hagamos fiesta, porque éste, mi hijo, muerto era y ha revivido; se había perdido y es hallado”. Y comenzaron a regocijarse.—Lucas 15:23-24 | | | | |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 29/04/2015 03:04 |
Al perdonar, me libero para experimentar felicidad, prosperidad y paz.
Cuando elijo perdonar, promuevo mi crecimiento espiritual y disfruto de vida abundante. Abro la puerta a una comprensión mayor del bien, la sustancia y el amor divinos. Dejo ir el dolor, la ira, la desilusión y el resentimiento, y recibo libertad, felicidad, prosperidad y paz.
Para perdonar, oro: Gracias, Dios, porque me revelas lo que necesita ser perdonado. Me guías hacia la liberación de mi alma. Elevas mi conciencia y sanas mi vida. Me ayudas a conocer y a practicar el verdadero perdón.
Gracias a la oración, dejo ir los sentimientos que me agobian y bloquean mi bien. Al liberarme de dichos sentimientos, experimento curación y restauración verdaderas.
Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó.—Colosenses 3:13 | | | | |
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