Soy un pobre y humilde navegante
que por el mar inmenso de la vida
navega entre sus olas, todavía,
en busca de un tesoro fascinante,...
Es mi guía la estrella del destino
y por eso prosigo la jornada,
hasta hallar la meta ambicionada,
cuando llegue al final de mi camino...
Un poco más y...la impaciente espera,
cuando abandone la terrestre esfera,
se verá en mi existencia compensada,
al hallar el tesoro en que persisto,
a los pies de mi amado Jesucristo
y en el tierno perdón de su mirada....
(Oscar.J)