( POESIA PARA ALMAS ENAMORADAS )
Al final de las tormentas siempre sale el Sol,
iluminando los campos donde dormía el dolor.
Así es el Amor, paciente y constante,
que renace incluso en el frío más distante.
No dejes nunca de seguir soñando
ni de creer en el Amor, que sigue esperando.
Es un faro que guía en noches oscuras,
un susurro que calma las almas más duras.
Porque el Amor nunca muere, vive en lo eterno,
es fuego que arde incluso en invierno.
Quien lo mata y lo abandona no entiende su esencia,
son las manos que olvidan su paciencia.
Es un jardín que florece si lo sabes cuidar,
si lo riegas de tiempo y lo aprendes a amar.
Las personas lo hieren cuando dejan de intentarlo,
cuando el ego les gana y prefieren olvidarlo.
Pero si cultivas su luz con dedicación,
verás cómo crece en cada rincón.
Porque el Amor es eterno, siempre renace,
como el Sol tras la tormenta, en un nuevo día.