Si tienes un sueño vivo en tu mente, tráelo al mundo, dale vida.
Con demasiada frecuencia,
los tesoros que sólo uno puede brindar no reciben jamás la ocasión de crecer.
Que cada día sea una razón para vivir.
Cada uno tiene un don sin
igual que trae a este mundo. Y es tu fin en la vida ofrecer ese don.
Que cada día sea una razón para vivir.
Pues aún si esta ofrenda aprovecha tan sólo a unos pocos, el mundo es así mejor lugar para vivir.
Crecemos con los sueños.
Que cada día sea una razón para vivir.
Los soñadores… ven cosas en el suave esplendor de un día de primavera o en la roja fogata de un largo crepúsculo invernal.
Que cada día sea una razón para vivir.
Algunos dejamos que
estos grandes sueños mueran, pero otros los nutren y protegen,
velan por ellos en los malos tiempos.
Que cada día sea una razón para vivir.
Hasta ponerlos bajo el sol y la luz que siempre acuden a quienes confían sinceramente en que sus sueños se tornen realidad.
Que cada día sea una razón para vivir.
Un día a la vez, con eso basta.
No mires atrás ni llores por el pasado, pues ya se ha ido ni te preocupes
por el futuro, pues aún no ha llegado.
Que cada día sea una razón para vivir.
Vive el presente, y hazlo tan bello que merezca ser recordado.