La fortaleza es la virtud que nos asegura contra el temor de las
dificultades, de los peligros y de los trabajos que se presentan en
ejecución, de nuestras empresas.
.... Todo esto lo hace admirablemente el don de fortaleza; pues es
disposición habitual que el Espíritu Santo pone, en el alma y en el
cuerpo para hacer y sufrir cosas extraordinarias, para acometer las
obras más difíciles, para exponerse a los más espantosos peligros y
soportar los trabajos más rudos y las penas más amargas. Y todo
constantemente y de una manera heroica.
..... Este don es muy necesario en determinadas ocasiones: cuando
combatido por grandes tentaciones, para resistir a las cuales es
estar dispuesto a perder las bienes, el honor o la vida. Entonces
Espíritu Santo asiste poderosamente al alma fiel con el don de,
y de fortaleza; porque no fiándose de ella misma y convencida de su
debilidad y de su nada, implora su socorro y pone en El toda su
..... No bastan en estas ocasiones las gracias comunes; hacen falta
luces y fuerzas extraordinarias; por eso une el Profeta el don de
consejo y el de fortaleza: el uno ilumina el espíritu y el otro
fortalece el corazón. Tenemos mucha necesidad de este don por la
dificultad de ciertos empleos en que la obediencia puede
que convencerse de que por un solo acto de generosidad cristiana,
uno mucho más delante de Dios que por todo el resto de su vida
sea muy larga. Lo mismo que si una persona, al entrar en religión,
de un golpe todos sus bienes a los pobres, merece tanto como si,
permaneciendo en el mundo, hiciera varias limosnas en diversos
¿Y qué sabemos nosotros el tiempo que viviremos después y el estado
que estaremos para morir? ;,¿Qué seria ahora de Origenes y
antes de su caída, permaneciendo fieles a Jesucristo hubiesen
...... Hay tres clases de buena muerte: primera, morir al servicio
los apestados; segunda, morir en misiones extranjeras, sea a manos
los infieles, o por el exceso de trabajo o por cualquier accidente
relacionado con el ejercicio de su celo; tercera, dar la vida por
rebaño, como pueden hacerlo los Obispos, los párrocos y los
No puede calcularse la cantidad de gracias que atrae sobre los
virtud de los que así se exponen.
..... El don de fortaleza, en lo que se refiere a los cuerpos, hace
capaces a los que Dios se lo comunica de una energía milagrosa:
David, Sanson y otros del Antiguo Testamento. Se observa en la vida
los santos, que algunos, como Santo Domingo, Santa Catalina de
el P. González Silveira pudieron hacer con este don mortificaciones
asombrosas y que estaban muy por encima de las fuerzas naturales.
la función principal del don de fortaleza se dirige al espíritu,
desterrando todos los temores humanos y poniendo en la voluntad y
instinto una divina firmeza que hace al alma intrépida.
....Por este espíritu de fortaleza, pudo nuestro Señor en
sobreponerse al temor de su pasión y de su muerte y, abrasado de
decir a los Apóstoles al salir de la oración: «Levantaos y vamos de
aquí, que ya llega el que me ha de entregar» (1).
...... Este espíritu es el que hace que los santos no teman ningún
peligro cuando se trata de cumplir los designios de Dios y de
su gloria. San Juan Crisóstomo no temía más que al pecado. Un día
Emperatriz Eudosia quiso enterarse de qué era lo que el más temía,
intentando aprovechar ese temor para someterlo a su deseo. Pero se
encontró con que el santo Obispo no temía ni la cárcel ni el
ni la muerte: sólo temía ofender a Dios.
..... Animado por este espíritu, desafiaba San Francisco Javier a
ejércitos infieles, las tempestades, los naufragios y la muerte,
vio principalmente en su viaje al Japón, que hizo en el pequeño y
barco de un pirata idólatra, donde el demonio era adorado, y se le
presentaba algunas veces para asustarle, diciéndole que le haría
los efectos de su venganza mas el santo se burlaba de todas sus
y confiaba enteramente en Dios. En una de sus cartas dice que: «el
remedio mas seguro en estas ocasiones es confiar en Dios y no temer
nada,; y el mayor mal que nos puede suceder es temer a, los
Dios cuando luchamos por la, causa de Dios».
..... Para adelantar en la perfección y ser capaces de hacer
cosas, debemos ser espléndidos y valientes en el servicio de Dios
...... Sin el don de fortaleza, no pueden hacer muchos ni notables
progresos en la vida espiritual. La mortificación y la oración, que
sus principales ejercicios, exigen la generosa determinación de,
por alto todas las dificultades que se encuentran en la vía del
y que son tan contrarias a nuestras inclinaciones naturales. Decía
Teresa que «el alma que practicaba la oracion con firme resolución
dejarla nunca, había hecho ya la mitad del camino,» (1)
...... Los mártires están en primera fila entre los héroes del
Cristianismo, porque la fuerza se demuestra más en el sufrimiento,
en la acción. En la acción, la naturaleza encuentra alivio y es
dueña; en el sufrimiento todo es contrario a la naturaleza. Por lo
tanto, el sufrimiento es mucho más heroico y difícil que la acción.
.... A los santos mártires debe la Iglesia su propagación por toda
tierra y la reducción del Imperio Romano a la fe. Se les pone la
en la mano como señal de su fortaleza y de su victoria. Algunos
atribuyen a este don la fuerza que algunas veces da Dios a la
los santos para convencer los entendimientos y mover los corazones;
se equivocan: éste es otro don particular, llamado «gratia
gracia de la palabra; gracia gratuita, dada por el bien del prójimo
por la utilidad de los que la reciben. Algunas veces los obreros
evangélicos que, poseen esta gracia, aunque pronuncien discursos
sencillos y poco pulidos, no dejan de hacer maravillosa impresión
almas. Así lo hacían los apóstoles, San Vicente Ferrer, San
Francisco Javier. El vicio opuesto al don de fortaleza es la
temor humano, y una cierta cobardía natural que nace de nuestro
propio y de la afición a las comodidades, que son las que nos
en nuestras empresas y hacen que huyamos a la vista de las
.....Nada es tan perjudicial para la vida del espíritu como el
excita el demonio por me- dio de mil respetos humanos, que es
resistir generosamente. De este modo ha hecho caer u varios grandes
personajes y ha derrumbado, si podemos emplear este término,
columnas de la Iglesia: como al famoso Osio, Obispo de Córdoba, que
habiendo presidido como delegado papal el Concilio de Nicea y
contra los Arrianos durante mucho tiempo y con tanto celo por la
ganando tantas victorias a estos herejes, enemigos del Hijo de
al fin vencido por el temor y firmó la condena de, San Atanasio.
..... No es posible decir todo el mal que hace el respeto humano. A
algunos le gustaria hablar de cosas espirituales, guardar la regla
silencio u otra cualquiera, o hacer algún acto de mortificación,
sin embargo, si se encuentran con este o con el otro, no tienen
para llevar a la práctica su buena resolución, aunque sepan que
tendrán pena de no haberla cumplido. Aquí tenemos de, un lado
regla y los intereses de Dios, y del otro la consideración de otra
persona y el temor de desagradarla. Pesadas estas dos
nos quedamos con la ultima, ¡Qué infidelidad y qué dejadez! Y esto
que hacemos todos los días. Puede haber nada que mejor señale
poca virtud y el gran imperio que el respeto humano ejerce sobre
nosotros? Por esto, Dios nos abandona y retira sus gracias, y
caemos insensiblemente en grandes miserias.
..... Así como el don de consejo acompaña al de, fortaleza y lo
ayudándonos a emprender grandes cosas, así la prudencia humana y la
timidez se hacen Compañia y mutuamente se ayudan insinuando razones
..... Los que se dejan guiar por la prudencia humana son
tímidos. Este defecto es muy frecuente en los Superiores, y hace
miedo a cometer faltas, no hagan más que la mitad del bien que
hacer. Mil temores nos detienen en todo momento y nos impiden
los caminos de Dios, quitándonos la oportunidad de hacer todo el
que podríamos si, siguiésemos las luces del don de consejo y
todo el valor que nos da el don de fortaleza; pero tenemos
miramientos humano, y todo nos da miedo. Tememos que un empleo que
obediencia nos quiere dar, no nos resulte bien, y este temor hace
rehusemos. Por aprensión de gastar nuestra salud, nos limitamos a
pequeño y cómodo empleo, sin que puedan vencer esas vanas
el celo ni la obediencia. Somos cobardes para las penitencias
y esta cobardía hace, que las evitemos demasiado. Es imposible
de cuántas omisiones es culpable este apocamiento. Son muy pocas
personas que hagan por Dios y por el prójimo todo lo que pueden.
imitar a los santos, no temer más que el pecado, como San Juan
Crisóstomo, afrontar los peligros, como San Francisco Javier, y
las afrentas y las persecuciones, como San Ignacio. Pertenece al
fortaleza la cuarta bienaventuranza: «Bienaventurados los que
hambre y sed de justicia,» (1). Porque una persona animada por la
del Espíritu Santo, desea insaciablemente hacer y sufrir grandes
..... La longanimidad y la paciencia son los frutos de este don. La
primera, para no aburrirse ni cansarse en la espera y en la
bien, y la segunda, para no cansarse ni aburrirse en el sufrimiento