Había una vez un perro que tiraba de un pequeño carrito cargado. Su propietario había descubierto un ingenioso método para conseguir que tirase de él. Había atado al carrito una larga vara que sobresalía por encima de la cabeza del perro. De la punta colgaba una tentadora salchicha. El pobre perro se debatía inútilmente por alcanzarla, sin apenas darse cuenta de que, al mismo tiempo, arrastraba tras de si el pesado carrito.
Los hombres de negocios o los famosos lideres del mundo se parecen al perro, la salchicha de la felicidad continua escapandose de sus manos, y mientras luchan por conseguirla, ¡observan el carrito cargado de problemas y preocupaciones que van arrastrando tras ellos!
Poseen riquezas materiales y la admiración de muchos fanáticos sin gozar de la paz interior. Es como morir de sed mientras uno se baña en un lago.
Si la pobreza material debe evitarse, la pobreza espiritual ¡debería aborrecerse! La raíz de todo el sufrimiento humano no reside en la escasez material, sino en la pobreza espiritual.
Muchos famosos del cine como Elvis, Marilyn y otros se suicidaron por esa falta de felicidad espiritual.
Hermanos tened siempre presente estas palabras:
TRAS CADA ROSAL DE PLACER SE OCULTA UNA SERPIENTE CASCABEL DE SUFRIMIENTO Y DE DOLOR...
de la red