Esta palabra acuñada hace pocos años expresa un concepto importantísimo. Según el Diccionario de la Real Academia Española, es la “Capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”.
Creo que todos en menor o mayor medida tenemos la posibilidad de recuperarnos luego de un hecho extremo y de capitalizar la experiencia por la que transitamos para aprender, hacernos más fuertes y contar con una gama más amplia de herramientas internas para desenvolvernos en el futuro, en caso de toparnos con situaciones similares.
La resiliencia es una habilidad que se puede aprender y aumentar a voluntad. Sé que hay gente que, de manera innata, se repone muy rápidamente a lo que le sucede (tienen personalidades resistentes) y a otros seres, llegar a un resultado similar les lleva años. Que estés en el segundo grupo no implica que no puedas dejar atrás frustraciones, parejas fallidas, abandonos o lo que te haya sucedido, sino solamente que te será necesario un esfuerzo mayor y un poco más de tiempo para llegar al resultado que deseas.
De nada sirve compararse con los “resilientes innatos”, es como mirar, por ejemplo, a un excelente bailarín, cantante o escritor y preguntarse por qué no tenemos ese talento; pues bien, hemos nacido con otros y este es un punto para desarrollar y para crecer.
A diario nos enfrentamos a situaciones que nos ponen a prueba y que, en muchas ocasiones, logran desestabilizarnos o angustiarnos. ¡Nadie está exento! Y es mucho lo que puedes hacer para volver a tu eje en poco tiempo. Algunos ejemplos son: no asumir el rol de víctima/victimario/salvador, no culparte por cosas que no se pueden cambiar, aceptar lo sucedido, dejar ir lo que ya no está contigo o no te pertenece, perdonar…
Todos somos capaces de dejar traumas y limitaciones atrás, de caminar libremente por la vida sin ataduras que nos jalen hacia el pasado y de cumplir nuestros sueños y nuestras metas. La capacidad de ser resiliente está dentro de ti y solo es preciso que te conectes con ella, la ejercites y la amplíes, para que los períodos de duelo o de dolor sean más breves y puedas disfrutar cuanto antes de todo lo bueno que la vida tiene para brindarte.