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De: Ceciomi (Mensaje original) |
Enviado: 31/08/2012 07:55 |
¡Cuidado! ¡Casi tocaste ese auto de costado! Me gritó mi padre. "¿Es que no puedes hacer nada bien?"
Esas palabras me dolieron más que un golpe. Volví mi cabeza hacia el anciano sentado en el asiento junto a mí, desafiándome a contestarle. Se me hizo un nudo en la garganta, y aparté los ojos. No estaba preparada por otra pelea.
"Yo vi el auto, papá. Por favor, no me grites cuando manejo."
Mi voz fue medida y firme, que sonaba mucho más calmada de lo que realmente me sentía.
Mi padre me miró furioso, después volvió su cabeza y se mantuvo callado. En casa lo dejé enfrente del televisor y fui afuera para componer mis pensamientos. Había oscuras y pesadas nubes en el cielo, prometiendo una lluvia. Un trueno distante retumbó como si fuera el eco de mi agitación interna. ¿Qué puedo hacer con él?
Mi padre había sido leñador en el estado de Washington y en Oregon. Había disfrutado de vivir al aire libre y le gustaba medir su fuerza contra el poder de la naturaleza. Había entrado en agotadoras competiciones de leñadores, y a menudo ganaba. Los estantes de su casa estaban llenos de trofeos que probaban su habilidad.
Pero los años pasaron implacables. La primera vez que no pudo levantar un pesado tronco, hizo una broma sobre eso; pero luego el mismo día lo vi afuera solo, tratando de levantarlo. Se volvió irritable cada vez que alguien le hacía bromas sobre estar envejeciendo, o cuando no podía hacer algo que hacía cuando era joven.
Cuatro días antes de cumplir sesenta y siete años, tuvo un ataque al corazón. Una ambulancia lo llevó al hospital mientras el paramédico le hacía resucitación para mantener la sangre y el oxígeno circulando.
En el hospital, lo llevaron corriendo al cuarto de operaciones. Tuvo suerte, sobrevivió. Pero algo en el interior de papá, murió. El gusto por la vida desapareció. Obstinadamente se negaba a seguir las órdenes del doctor. Las sugerencias y los ofrecimientos de ayuda eran rechazados con sarcasmo e insultos. El número de visitantes disminuyó, y finalmente cesaron. Papá quedó solo.
Mi esposo Dick y yo le pedimos que venga a vivir con nosotros a nuestra pequeña granja. Esperábamos que el aire libre y la atmósfera de granja le ayudaran a ajustar su vida.
Una semana después de venir, ya me arrepentí de la invitación. Nada le parecía satisfactorio. Criticaba todo lo que yo hacía. Me sentí frustrada y deprimida. Pronto me di cuenta que estaba desahogando mi rabia con Dick. Empezamos a discutir y pelear.
Alarmado, Dick buscó al pastor y le explicó la situación. El pastor nos dió citas de consejería para nosotros. Al final de cada sesión, él oraba, pidiendo a Dios que calmara la turbada mente de papá.
Pero los meses pasaban y Dios guardaba silencio. Había que hacer algo y era yo la que lo tenía que hacer.
Al día siguiente me senté con la guía telefónica y llamé a cada una de las clínicas mentales que había en el libro. Expliqué mi problema a cada una de las voces llenas de simpatía que me contestaron.
Justo cuando estaba perdiendo la esperanza, una de esas amables voces de repente exclamó, "¡Recién leí algo que podría ayudarla! Déjeme ir a buscar el artículo..."
Escuché mientras ella leía. El artículo describía el sorprendente estudio hecho en una clínica geriátrica.
Todos los ancianos pacientes estaban con tratamiento por depresión crónica. En todos ellos sus actitudes mejoraron en forma excepcional cuando se les dio la responsabilidad de cuidar un perro.
Fui a la municipalidad a ver los perros ofrecidos en adopción. Después que llené un formulario, un oficial uniformado me llevó a los corrales de los perros. El olor a los desinfectantes inundó mi nariz cuando entré a las filas de jaulas. Cada una contenía de cinco a siete perros. Los había de pelo largo, enrulado, unos negros y otros con manchas que saltaban, tratando de alcanzarme.
Los fui estudiando uno por uno pero los rechacé a todos por distintas razones, demasiado grande, o demasiado chico, o demasiado pelo, etc. Cuando llegué al último corral, un perro desde la esquina más alejada se paró con dificultad, caminó hacia el frente de la jaula y se sentó. Era un pointer, una de las razas aristócratas del mundo de los perros. Pero éste era una caricatura de la raza.
Los años habían puesto en su cara y hocico un poco de gris. Los huesos de sus caderas sobresalían en triángulos desiguales. Pero fueron sus ojos que atraparon mi atención. Calmados y límpidos, me observaban fijamente.
Apuntando al perro, pregunté, ¿Qué me dice de éste? El oficial miró, y sacudió su cabeza, intrigado. "El es un poco raro. Apareció no se sabe de dónde, y se sentó en el portón del frente. Lo entramos, pensando que quizá alguien viniera a reclamarlo. Eso fue hace dos semanas y nadie ha venido. Su tiempo termina mañana". Hizo un gesto, como que no se puede hacer nada.
Mientras las palabras entraban a mi mente, me volví al hombre con horror... "¿Quiere decir que lo van a matar?"
"Señora", dijo dulcemente, "Es el reglamento. No hay lugar para todos los perros que nadie reclama."
Miré al pointer otra vez. Sus calmados ojos marrones esperaban mi decisión. "Lo tomaré", dije. Y manejé hasta casa con el perro sentado en el asiento delantero a mi lado.
Cuando llegué a casa, toqué la bocina dos veces. Lo estaba ayudando a bajar del auto cuando papá apareció en el porche del frente... “¡Mira lo que te traje, papá!” dije entusiasmada.
Papá miró, y puso una cara de disgusto. “Si yo quisiera un perro lo hubiera buscado. Y hubiera elegido uno mejor que esta bolsa de huesos. Quédate con él, yo no lo quiero.” Agitó su brazo despectivamente y empezó a caminar hacia la casa.
El enojo creció dentro de mí. Me apretaba los músculos de la garganta y sentía latidos en las sienes. “¡Es mejor que te acostumbres a él, papá, porque se queda con nosotros!”
Papá me ignoró... “¿Me escuchaste, papá?” Grité. A estas palabras papá se volvió enojado, con sus manos apretadas a sus costados, con sus ojos entornados con odio.
Estábamos parados mirándonos fijamente como duelistas, cuando de repente, el pointer se soltó de mi mano. Fue cojeando despacio hasta mi padre y se sentó frente a él. Entonces muy despacio, cuidadosamente, levantó la pata delantera.
La quijada de mi padre tembló mientras se quedó mirando la pata levantada. La confusión reemplazó la ira de sus ojos. El pointer esperaba pacientemente. De pronto, papá estaba arrodillado, abrazando el animal.
Fue el principio de una cálida e íntima amistad. Papá lo llamó Cheyenne. Juntos, él y Cheyenne exploraron el vecindario. Pasaron largas horas caminando por polvorientos caminos. Iban a las orillas de los rápidos ríos, a pescar sabrosas truchas, pasando largos momentos de reflexión. Incluso comenzaron a ir juntos a la iglesia los domingos, mi padre sentado en un banco y Cheyenne echado silencioso a sus pies.
Papá y Cheyenne fueron inseparables a través de los tres años siguientes. La amargura de mi padre se desvaneció, y él y Cheyenne hicieron muchos amigos.
Entonces, una noche, muy tarde, me extrañó sentir la fría nariz de Cheyenne revolviendo nuestras frazadas. Nunca antes había entrado a nuestro dormitorio en la noche. Desperté a Dick, me puse el salto de cama y corrí al cuarto de mi padre. Papá estaba en su cama, con una faz serena. Pero su espíritu se había ido silenciosamente en algún momento durante la noche.
Dos días más tarde, mi dolor se hizo todavía más profundo cuando descubrí a Cheyenne tendido muerto junto a la cama de papá. Envolví su cuerpo en la alfombra sobre la cual siempre había dormido. Mientras Dick y yo lo enterrábamos cerca de su lugar favorito de pesca, le agradecí silenciosamente por la ayuda que me había dado para devolver a mi padre la paz y tranquilidad.
La mañana de funeral de papá amaneció nublada y sombría. Este día se ve de la misma manera que yo me siento, pensé, mientras caminaba hacia la línea de bancos de la iglesia reservados por familia. Estaba sorprendida de ver la cantidad de amigos que papá y Cheyenne habían hecho, que llenaban la iglesia. El pastor comenzó su elogio del difunto. Fue un tributo para papá y para el perro que había cambiado su vida.
Entonces el pastor citó Hebreos 13:2.
“No dejes de dar hospitalidad a forasteros, porque haciéndolo, algunos han recibido ángeles sin saberlo.”
“Muchas veces he agradecido a Dios por haberme enviado un ángel,” dijo.
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De: Ceciomi |
Enviado: 31/08/2012 07:56 |
Segunda parte
Entonces me di cuenta, y el pasado cayó todo en su lugar, completando un rompecabezas que no había visto antes: aquella amable y simpática voz que me leyó aquel artículo sobre el estudio en la clínica geriátrica.
La inesperada aparición de Cheyenne en el lugar de los perros para adopción. Su calmada aceptación y completa devoción a mi padre y la proximidad de sus muertes.
Y de repente, comprendí. Me di cuenta que, ciertamente, Dios había contestado mis plegarias en busca de su ayuda.
La vida es muy corta para hacerse dramas por cosas sin importancia, así que:
RIE CON FUERZA, AMA CON SINCERIDAD Y PERDONA RAPIDAMENTE.
VIVE MIENTRAS ESTES VIVO.
PERDONA AHORA A AQUELLOS QUE TE HACEN LLORAR.
QUIEN SABE SI TENDRAS UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD.
Este mensaje me lo mandò una vieja amiga de esta casita y me llego al alma por eso lo comparto con uds mi familia amada; el que llore leyendolo tiene razòn de hacerlo. Ceci |
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CECI........... el escrito es larguisimo, sin embargo lo lei sin parpadear..
Me llego al alma,puede que sea solo una novelita, o un hecho real arreglado y adornado por un buen escritor pero igual tiene lo fascinante del amor que mueve cosas muy profundas.
¿quien entiende la vida cabalmente?
¿quien sabe porque muchas veces un "simple" perro nos acompaña mas que los seres humanos?
Vos sabes que yo lo se muy bien..
Gracias por traer este relato. Y si, es triste pero miles de perros abandonados son sacrificados en los llamados refugios, y comprendo, no hay otra, hay mas perros abandonados que gente con ganas de tener uno, muchos cuando quieren un perro van y compran...
Leo |
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Voy a agregar una historia, para mi siempre fue un enigma que nunca pude conocer bien...
Mi madre quedo viuda, murio mi padrastro de un ataque cardiaco fulminante, ella estuvo con mis hermanos de un lado a otro, al fin decidio venir conmigo, como yo tenia a mi hermana ya mayor tambien ella evidentemente no queria agregarme mas a mi..pero al fin logre viniera conmigo..ella siempre sufria la perdida de su esposo, eran muy compañeros, paso casi tres años asi..cada dia estaba mas delgada, al fin cuando la traje a vivir conmigo, parecia encontro mas calma, y unos dias despues que ella llego a casa definitivamente, aparecio en la calle un gato falquisimo, parecia un trapo quemado, ni un gato parecia, apestado..y se empezo a restregar en mis piernas, yo no vi de donde salio, por supuesto yo lo entre...lo primero fue limpiarlo, tratar de mejorar su piel, y luego alimentarlo, y desde el momento que llego se apego a mi madre, ella lo llamo POROTO..dormia con ella, estaba en su falda, donde ella iba alli estaba Poroto...
Se puso bellisimo, crecio su pelo, y se hizo tan grande, mas de lo normal en un gato, parecia un leon, a mi me daba algo de miedo, nunca vi un gato normal tan grande..
Mi madre estuvo poco conmigo, al cabo de menos de un año, se puso mal, llamamos al medico, empezo a vomitar, cuando el medico vio el vomito, dijo, es materia fecal...tenia cancer ya ostruyendo su intestino...la internamos, en una semana murio, tenia 81 años...
Poroto la buscaba por la casa, llorando, iba a los lugares donde ella tenia su ropa, y lloraba, aullaba lastimosamente...a los tres dias de la muerte de mi madre POROTO DESAPARECIO, lo buscamos, pero jamas lo encontramos..
Mi idea, es que era el alma de mi padrastro, que vino a acompañarla en sus ultimos dias..
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De: Ceciomi |
Enviado: 31/08/2012 12:26 |
Hay Leito esta mañana ya llore y ahora al leer
este nuevo mensaje tuyo pues otra vez tengo
un nudo en la garganta! Pero yo se que hay
cosa sin explicaciòn en este mundo.
Una vez fuy de visita al pueblo donde naci, y mi
familia tenia un perro una hermosura no fue sino
verme para tomarme por su amiga donde yo iba
iba el anilito: Un dia me fuy fuera del pueblo por
casualida el perrito no estaba por ahi cuando sali
asi que hice la visita sola y por estar charlando
si hizò noche y el camino era largo.
Pero yo insisti que nadie tenia que acompañarme
yo caminaria sola al pueblo!
De pronto el cielo se pusòn negro se vino una tormenta
y en el pueblo se fue la luz: Es esos momentos tube miedo
y ni siquiera sabia que lejos estaba de la casa!
Cuando de pronto senti algo sedoso junto a mi cuerpo
entonces supe que era el perrito que me habia venido
a buscar! Y juntos caminamos seguros a casa.
Bueee como ves tienes razòn para amar
tus bichitos Ceci |
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Me conmovieron sus historias Ceci y Leito.
Recién adopté un "langaruto" perrito de 8 meses y que parece de 3. Es una caja de huesos. Su "dueño", lo tenía aguantando hambre y le complementaba con maltrato, amarrado día y noche en un espacio de 2 metros cuadrados, compartido con su madre.
Mi compañera se enteró, al escuchar reiteradamente los quejidos de "Azabache" (por su color) y le llevaba alimentos. El dueño se enteró y reclamó por la presencia de mi compañera. Ella le dijo que estaba tratando de mejorar la calidad de vida de ese perrito y que si no le permitía alimentarlo, lo demandaría por maltrato animal.
Se lo ofreció, pero donde mi compañera vive, no hay suficiente espacio y yo lo tengo hace dos "eternas semanas" (muy mal educado, hace su caca y orina en cualquier parte de la casa, muerde todo...).
Pero se mantiene a mi pie, no me abandona y me extraña mucho cuando salgo a hacer diligencias.
Lo llamo ROCKO y ya entiende. Es muy vivo y se que será un gran perro. |
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De: Ceciomi |
Enviado: 01/09/2012 17:43 |
Libi a mi tambien me encanto leer tu historia
con Rocko! Pobre animalito èl solo conocio
hambre y nadie ni espacio para hacer sus
necesidades lo animalitos como la gente
necesitan ser educados desde chiquitos pero
con mucho amor tiempo y dedicaciòn seguro que
crecera hecho un animal fiel y bueno para ti
Dios te de la paciencia y la capacidad para
sacarlo
adelante, ya el te ama eso ayudara las cosas.
muchas gracias por compartir tu historia y me
encantaria ver una foto de tu negrito
diria yo pues entiendo
que es bien oscurito jajaja.
Bueno un buen domingo y un besito a tu nuevo
amiguito de 4 patitas y mucha suerte Ceci
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¡Ayyyyy... aquí me tienen, las 3 de la madrugada y enganchada leyendo sus historias! Yo que soy la tonta de los bichos....caí en buen sitio. Gracias por contar cosas con tanto corazón. |
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De: Ceciomi |
Enviado: 05/09/2012 07:52 |
Hola Mejorana aunque sea trasnochada
me encanta que te distraigas con nuestras historias
verdaderas: y te invito que como eres amante de los
bichitos como casi todos aca, que nos cuentes algo
de tus experiencias con ellos ho una anecdota
nos encantara leerte ...
Una abrazo de compañera en la lejania y te espero
Ceci
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Yo tambien las lei, y aunque tienen algo e tristeza...me gustaron...Son lecciones de vida.- Y leo, yo también creo lo mismo que vos...
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