Cae la máscara, la cara asoma, y la tormenta arrecia.
El único lenguaje digno de fe es el nacido de la necesidad de decir. El más grave defecto de Evo Morales consiste en que la gente le cree, porque trasmite autenticidad hasta cuando hablando castellano, que no es su lengua de origen, comete algún errorcito. Lo acusan de ignorancia los doctores que ejercen la maestría de ser ecos de voces ajenas. Los vendedores de promesas lo acusan de demagogia. Lo acusan de caudillismo los que en América impusieron un Dios único, un rey único y una verdad única. Y tiemblan de pánico los asesinos de indios, temerosos de que sus víctimas sean como ellos.
Bolivia parecía ser no más que el seudónimo de los que en Bolivia mandaban, y que la exprimían mientras cantaban el himno. Y la humillación de los indios, hecha costumbre, parecía un destino.
Pero en los últimos tiempos, meses, años, este país vivía en perpetuo estado de insurrección popular. Ese proceso de continuos alzamientos, que dejó un reguero de muertos, culminó con la guerra del gas, pero venía de antes. Venía de antes y siguió después, hasta la elección de Evo contra viento y marea.
(Texto: Eduardo Galeano. Fragmentos de “La refundación de Bolivia“)
Nuestra Señora de La Paz
Es una ciudad y municipio del oeste de Bolivia, capital del departamento de La Paz, capital administrativa y sede del Gobierno boliviano y de los Poderes Legislativos y Ejecutivos; la sede del Poder Judicial y capital del Estado Boliviano es Sucre. El censo de 20125 reportó una población de 764.617 habitantes. El centro de la ciudad está aproximadamente a 3650 msnm (metros sobre el nivel del mar). (Fuente: Wikipedia)