Recordar el ayer, hoy ya distante,
y el amor de los dos que ha persistido,
a pesar de la fuerza del olvido,
para estar aun activo y anhelante.
Como ayer, como siempre, como antes,
que hoy el ocaso nos encuentre unidos,
y los recuerdos del amor vividos
sean agua de una fuente, refrescante.
Nos queda, amor, un hoy, un todavía,
para andar un sendero en compañía
de la mano los dos como era antaño.
Viene la noche en su aptitud sombría,
mas, a pesar del paso de los años,
más te quiero y te adoro todavía.
Juan Manuel Olveira