El tantra o tantrismo
forma parte de una
filosofía milenaria originaria de los pueblos dravídicos
(India), simbolizando una de las tendencias actuales en el hinduismo
contemporáneo y la práctica principal en todas las escuelas del budismo
tibetano.
Esta tradición, que enseña a emplear el deseo sexual
como camino a la realización personal se practica en países
como Bután, Corea, China, India, Indonesia, Japón, Mongolia, Nepal o Tíbet
aunque, con el paso del tiempo, ha logrado conseguir multitud de adeptos en
occidente.
Por beso tántrico
entendemos la implicación de algunos de nuestros sentidos como el gusto, tacto
y olfato, así como las emociones, con
objeto de disfrutar al máximo con la pareja de un acto que va
más allá de la palabra “beso”.
Las técnicas
tántricas para estos besos,
mucho más profundos de los habituales, están diseñadas para
liberar energía de los chakras por el cuerpo mediante un intercambio entre
ambos amantes. Para llevar a cabo un beso tántrico, los labios deben estar
blandos y flexibles y la mandíbula y los músculos faciales muy relajados.
Existen varias
maneras de avanzar en el beso tántrico, comenzando con los labios, la lengua,
los mordiscos suaves o los besos de succión. Gracias a estas técnicas, la
culminación de la relación sexual se lleva a cabo con plenitud. Una vez que
ambos están preparados para el orgasmo, hay que permanecer inmóviles, unir
ambas bocas, intercambiar la mirada y la respiración, para que el clímax sea mucho más intenso
para los dos.
