REYES MAGOS
(Romance de la "bostita")
Era tan pobre el changuito, de pancita y pies descalzos las huella donde el pisaba, no dibujaban zapatos.
Desde su sangre de greda, la tierra le iba brotando y por brotar de la tierra, era bueno como un árbol.
Las ullutas a la hulla, le andaban de vez en cuando esperando tantas veces, en vano a los reyes magos.
Le rondaban por el pueblo, señoritos bien calzados a destrozarles los sueños, a un niño sin reyes magos.
Vamos a reirnos de gusto, con las hullutas del chango. Hay que llenarlas de bosta, sugieren los niños malos..
Todos aprueban en coro, añuritay que regalo y se van los señoritos, con su burlas chacoteando.
Apuraba el seis de enero, a medio vestir el chango sale a buscar las hullutas por ver lo que le dejeron, y mirando las puntitas entre la bosta boqueando, le sale un grito del alma de alegria emocionado, y fue a decirle a su tata con un llanto entre cortado ¡tatita!, ¡tatia!, que suerte tuve, mire que lindo regalo ¡Si es cosa para no creerlo, nada menos que un caballo.! ¡Venga a mirar con sus ojos, la bosta lo dice claro.1
Debe andar por ahi nomás, o tal vez se haya escapado. Melchor, Gaspar, Baltazar, se han olvidado de atarlo.
Que suerte tuve tatita, que buenos los reyes magos. Por lo menos la intencion de que se hayan acordado.
Y ahi van los señoritos con sus costosos regalos, sin saber que con sus burlas fueron ellos los burlados, alegrando a un pobre niño con bostita de caballo.
Autor: Oscar Valles
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