Cada 6 de enero se celebra en todo el mundo, el conocido Día de los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, aquellos tres hombres que visitaron al niño Jesús a pocas horas de nacido, guiados por una estrella para adorarlo y llevarle tres regalos: oro, incienso y mirra.
Según lo cuenta la historia, se ha hablado sobre los magos de Oriente que visitaron al hijo de Dios: Melchor, Gaspar y Baltasar, reyes de países lejanos a quienes el espíritu santo les mostró el camino a Belén, una ciudad ubicada a 9 kilómetros de Jerusalén, por medio de una estrella para llegar al pesebre donde se encontraba el niño Jesús luego de su nacimiento.
En el libro de Mateo, verso 2, las santas escrituras cuentan que los magos al llegar al pesebre expresaron: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente y venimos a adorarle”, seguidamente se propusieron a adorarlo, luego de hacer un viaje largo sin importar ser hombres de autoridad y riquezas, su única intención era ver y adorar al Mesías.
El mencionado texto bíblico también señala los tres elementos obsequiados por los Reyes Magos y usados como adoración. Mateo 2:11 “Al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, postrándose, lo adoraron y abriendo sus tesoros le ofrecieron presentes: Oro, incienso y mirra”.
Algunos estudiosos de la historia presumen que estos tres hombres pudieron ser 3 Astrólogos y hasta estudiosos del Cosmos. Pero que provengan del Oriente se ha hecho con el paso de los años toda una incógnita. Según interpretaciones posteriores, los Magos fueron considerados originarios de Europa, Asia, y África respectivamente. Sin embargo, el último libro escrito por el papa Benedicto 16 sobre Jesús de Nazaret, «La infancia de Jesús», destaca que los Reyes Magos probablemente no venían de Oriente, como se ha creído tradicionalmente, sino de Tartessos, una zona que los historiadores ubican entre Huelva, Cadiz y Sevilla ( Andalucía, España ) Dice textualmente que «Así como la tradición de la Iglesia ha leído con toda naturalidad el relato de la Navidad sobre el trasfondo de Isaías 1,3, y de este modo llegaron al pesebre el buey y el asno, así también ha leído la historia de los Magos a la luz del Salmo 72,10 e Isaías 60. Y, de esta manera, los hombres sabios de Oriente se han convertido en reyes, y con ellos han entrado en el pesebre los camellos y los dromedarios», relata Benedicto 16 y continúa: «La promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente ( Tarsis, Tartessos en España ), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: Africa, Asia y Europa
Pero el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, recuerda que en ningún momento el Santo Padre dice que «los Reyes Magos fueran andaluces, lo que explica el Papa es que los magos no eran otra cosa que buscadores de la verdad. Representaban a todos los hombres buscadores de Dios de todos los tiempos y de todos los lugares y eso incluía a todo el mundo hasta entonces conocido y cuyo límite occidental era Tartessos, en la península ibérica», explica. Al mencionar a Tartessos, Benedicto 16, se refiere a este límite geográfico que tenía el mundo en el siglo I a. C, «los Magos son de Oriente pero que en esa inquietud por buscar a Dios están representados los hombres buscadores de Dios de todos los lugares y de todos los tiempos».
Ellos colocaron sus ofrendas a los pies del niño Jesús. El oro era su tributo al Rey, el incienso, con su aroma dulce, era para el sacerdote, el paracleto y la mirra para la sepultura.
Melchor colo la mirra que era el regalo que anunciaba proféticamente momentos muy amargos en la vida del Mesías. El sufrimiento y la negación continua de sí mismo sería la constante en su peregrinar por la tierra. La mirra entonces representa aflicción, dolor, angustia, tiempos de amargura, sufrimiento y muerte de Cristo. La mirra vino a ser el símbolo de “humillación plena” en la vida de Cristo. La mirra es el símbolo del hombre.
Gaspar entregó el incienso: El altar del incienso, el incensario de oro y el incienso simbolizaron la mediación de Cristo, su posición sacerdotal y su intercesión por el hombre. El incienso es el símbolo de Dios.
Baltasar, un hombre de raza negra procedente de África entrega el Oro, el más preciado de los metales. Es símbolo de realeza, dignidad, soberanía y autoridad. Representa posición, gobierno y dominio. El oro da seguridad, influencia e identidad al que lo posee. El libro de Mateo dice “vemos a los Reyes de Oriente abriendo sus tesoros a Jesús. Ellos le darían de lo mejor que poseían”
Según la creencia católica, estos magos eran representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, que los Evangelios ven como las primicias de las naciones que aceptarán la religión católica.1
En algunos países, especialmente en los nuestros latinoamericanos, existe la tradición de representar a los reyes trayendo los regalos que los niños les han pedido en sus cartas durante la noche anterior a la Epifanía ( Acto de fé de la religión católica que celebra el nacimiento de Jesús, que toma presencia en la tierra, es decir Jesús se “da a conocer” )
Es lo que está ocurre el día de hoy. Los Reyes Magos, traen regalos a nuestros niños, aún al pié del árbol. Los pequeños de la casa al despertar, corren a buscar sus regalos. Es quizá la última sonrisa que saca la recién finalizada navidad de cada temporada, de cada año a los niños, es quizá el cierre del ciclo de estos días festivos llenos de esperanza, ilusión, fé, compartir, amor y de buenos deseos entre nuestros familiares y seres queridos!
A disfrutar el día de Reyes!!!!! Y a avivar la fe en el pequeño Jesús….apenas el año 2014 comienza, que se hagan realidad todos los deseos de la Navidad y la fantasía de todos nuestros niños!!!