El flaco Pepe se arrastraba por el desierto. Estaba casi muerto de sed.
-Agua... agua... aguaaa... aguaaa...
De pronto apareció un beduino como surgido de la nada.
-Agua... deme agua... me mueeero... aguaaa...
-Agua no tengo pero si quiere le vendo una corbata... tengo corbatas muy buenas, bonitas y baratas, del Ratón Mickey, de Madonna...
-Pero ¿estás locooo beduino de miércoles? ¡necesito aguaa o me muero!
Con las pocas fuerzas que le quedaban el flaco se arrastró durante horas...
Hasta que por fin divisó un restaurante en medio del desierto. Llegó ya con las últimas fuerzas y le grita al portero:
-Agguaaa... me muero... aaaguaaa... por favor...
-Amigo, le daría agua pero hay un problema... aquí no se puede entrar sin corbata...