La cortisona puede alterar los resultados de los análisis de colesterol, glucosa, calcio, potasio y hormonas tiroideas en sangre, de glucosa en orina y las pruebas cutáneas de la tuberculina. Por lo que si le van a realizar un análisis de este tipo avise que está recibiendo este medicamento.
Los efectos adversos de este medicamento son, en general, leves y poco frecuentes. Ocasionalmente pueden producir: retención de líquido, aumento de apetito, nerviosismo, redondeo de la forma de la cara, problemas en la menstruación, fragilidad en los huesos, aumento de los niveles de glucosa en sangre, aumento de la tensión arterial, retraso en la cicatrización de heridas y disminución del potasio en sangre.
Los efectos adversos pueden ser más importantes y más frecuentes cuando se toman los corticoides a dosis altas o durante un periodo de tiempo prolongado.
En general, los corticoides pueden disminuir su resistencia frente a las infecciones así como hacer que cualquier proceso infeccioso que usted presente sea más difícil de tratar.
La cortisona es un medicamento que pertenece al grupo de los medicamentos corticoides o corticosteroides. que son unas hormonas producidas por nuestro organismo que realizan diversas funciones de importancia.
La cortisona se emplea para tratar los síntomas producidos por un brusco descenso de los niveles de corticoides en el organismo, por ejemplo en la enfermedad de Addison. También presenta un gran poder anti inflamatorio. En ocasiones, por distintos estímulos, algunas células de nuestro cuerpo liberan unas sustancias que provocan inflamación. Los corticoides al reducir la liberación de estas sustancias ante, por ejemplo, respuestas alérgicas o inmunes, reducen a su vez la inflamación. Por tanto, la cortisona será útil en enfermedades que se caracterizan por una inflamación excesiva.
2 ¿Para qué se utiliza?
Insuficiencia de corticoides en el organismo primaria o secundaria.
Alergias graves que no responden a otros tratamientos.
Enfermedades reumáticas.
Enfermedades respiratorias.
Síndromes edematosos producidos por acumulación de líquidos en diferentes zonas del organismo.
Enfermedades oftálmicas.
cáncer: tratamiento paliativo en leucemias y linfomas.
Periodos críticos de colitis ulcerosa.
Problemas de la piel (dermatitis exfoliativa, urticaria, eritema multiforme, psoriasis grave).
Debido a la amplitud de sus efectos la cortisona puede ser utilizada en otro tipo de indicaciones que su médico juzgue oportuno.
3 ¿Cómo se utiliza?
En España existen comercializadas formas de administración orales de cortisona (comprimidos).
La dosis adecuada de cortisona puede ser diferente para cada paciente. A continuación se indican las dosis más frecuentemente recomendadas. Pero si su médico le ha indicado otra dosis distinta, no la cambie sin consultar con él o con su farmacéutico.
Dosis oral en adultos y adolescentes:
De 25 a 300 mg al día repartidos en una o en varias tomas.
Como restauración hormonal: De 25 a 37,5 mg al día repartidos en varias tomas.
Dosis oral en niños:
De 2,5 a 10 mg por kg de peso al día repartidos en una o en varias tomas.
Como restauración hormonal: 0,7 mg por kg de peso al día repartidos en varias tomas.
4 ¿Qué precauciones deben tenerse?
Es importante respetar el horario pautado. Si se le olvida tomar una dosis tómela tan pronto como sea posible y vuelva a la pauta habitual. Pero si falta poco tiempo para la próxima dosis no la duplique y continúe tomando el medicamento como se le había indicado.
La cortisona debe administrarse con especial precaución en caso de padecer alguna de las siguientes enfermedades: enfermedad del hígado o del riñón, hipertensión arterial, síndrome de Cushing, niveles elevados de colesterol o de triglicéridos en sangre, osteoporosis, hipotiroidismo, diverticulosis intestinal, glaucoma, enfermedades psíquicas o infecciones graves.
Los comprimidos de cortisona contienen lactosa. Se recomienda especial precaución si padece intolerancia a la leche o a la lactosa.
En niños y ancianos se recomienda el uso de cortisona con precaución en tratamientos prolongados.
Evite la suspensión brusca del tratamiento, sobre todo en tratamientos prolongados, ya que puede aparecer un síndrome de retirada de corticoides caracterizado por malestar general, debilidad y dolor muscular, dificultad para respirar, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, fiebre, descenso de la tensión arterial y del nivel de glucosa en sangre.
Si está previsto que su tratamiento con cortisona sea prolongado, sería conveniente que siga una dieta pobre en sal y/o rica en potasio, vigile las calorías de la dieta para evitar ganar peso, acuda al oftalmólogo para revisar su vista antes de iniciar su tratamiento y de nuevo tras llevar un tiempo con el mismo y lleve siempre con usted alguna identificación en la que figure que toma corticoides.
Es conveniente que avise que está tomando corticoides si le van a realizar una prueba en la piel, una intervención quirúrgica (incluyendo dental), un tratamiento de emergencia o si contrae una infección grave.
Evite el contacto cercano (esto es especialmente importante para los niños) con personas que presenten varicela o sarampión. Avise a su médico rápidamente si cree que puede tener riesgo de haberse contagiado con el virus del sarampión o de la varicela.
Mientras reciba corticoides y durante un tiempo después de terminar su tratamiento no se vacune sin el consentimiento de su médico. Durante ese tiempo vigile también que nadie que viva con usted reciba la vacuna oral contra el virus de la polio y evite el contacto en el colegio o en el trabajo con personas que hayan recibido esta vacuna recientemente.
Si usted es diabético debe conocer que la cortisona puede alterar los niveles de glucosa en sangre. Si observa algún cambio de estos niveles, consulte a su médico.
La cortisona es una sustancia prohibida en el deporte de competición y puede dar positivo en el control de dopaje.
Si los síntomas de su enfermedad no mejoran o empeoran avise a su médico.
5 ¿Cuándo no debe utilizarse?
En caso de alergia a corticoides. Si experimenta algún tipo de reacción alérgica deje de tomar el medicamento y avise a su médico o farmacéutico inmediatamente.
El uso de tratamientos prolongados con cortisona está desaconsejado en caso de padecer: enfermedad cardiaca congestiva, miastenia gravis, gastritis, úlcera digestiva, herpes simple ocular, diabetes, tuberculosis o infecciones generales por hongos.
6 ¿Puede afectar a otros medicamentos?
Los corticoides pueden afectar a un buen número de medicamentos, por lo que es conveniente que informe a su médico o farmacéutico de cualquier otro medicamento que esté tomando.
Algunos medicamentos que interaccionan con la cortisona son los siguientes: clorpropamida, rifampicina, anticoagulantes orales (acenocumarol, warfarina), antidiabéticos orales (glibenclamida, metformina), antiinflamatorios no esteroideos (indometacina, naproxeno), ciclosporina, teofilina, diuréticos eliminadores de potasio (clortalidona, hidroclorotiazida), antiepilépticos (carbamacepina, fenitoína), rifampicina, isoniazida, salicilatos (ácido acetilsalicílico, diflunisal) y resinas de intercambio iónico (colestiramina, colestipol).
Los corticoides retienen sal en nuestro cuerpo por lo que debe tener precaución con medicamentos que contengan sodio.
Deberá controlarse la administración conjunta de cortisona y antibióticos.
7 ¿Qué problemas pueden producirse con su empleo?
La cortisona puede alterar los resultados de los análisis de colesterol, glucosa, calcio, potasio y hormonas tiroideas en sangre, de glucosa en orina y las pruebas cutáneas de la tuberculina. Por lo que si le van a realizar un análisis de este tipo avise que está recibiendo este medicamento.
Los efectos adversos de este medicamento son, en general, leves y poco frecuentes. Ocasionalmente pueden producir: retención de líquido, aumento de apetito, nerviosismo, redondeo de la forma de la cara, problemas en la menstruación, fragilidad en los huesos, aumento de los niveles de glucosa en sangre, aumento de la tensión arterial, retraso en la cicatrización de heridas y disminución del potasio en sangre.
Los efectos adversos pueden ser más importantes y más frecuentes cuando se toman los corticoides a dosis altas o durante un periodo de tiempo prolongado.
En general, los corticoides pueden disminuir su resistencia frente a las infecciones así como hacer que cualquier proceso infeccioso que usted presente sea más difícil de tratar.
El tratamiento con cortisona puede producir otros efectos adversos. Consulte a su médico si advierte algo anormal.
8 ¿Puede utilizarse durante el embarazo o la lactancia?
No se han realizado estudios adecuados en mujeres embarazadas aunque se cree que la cortisona podría afectar al feto. Por ello, su empleo en el embarazo sólo se acepta si no existen alternativas de tratamiento más seguras.
La cortisona pasa a la leche materna y puede producir problemas en el niño. Se recomienda cambiar a otro corticoide que no pase a la leche materna en cantidades significativas o dejar de dar lactancia materna.
9 ¿Necesita receta médica?
Sí.
10 ¿Cómo se conserva?
Mantener en un lugar fresco, sin humedad, lejos de fuentes de calor y luz directa.
No dejar al alcance de los niños.
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