Un día se encontraron en la calle un médico y un abogado, que se conocían de mucho tiempo atrás.
Se pararon a conversar y el médico le dijo al abogado:
"Hace tiempo que quiero pedirte un consejo. Tengo muchos conocidos que vienen a mi consulta, me piden que los examine y no me pagan. No sé qué hacer. Ellos no quieren entender que yo vivo de mi profesión."
"¿Qué hacer?" - le dice el abogado. - "En dos días más, envíales una factura."
El médico encontró que la idea era muy buena y así decidió solucionar su problema.
Otro día, el médico se fue a ver al abogado y le contó que su consejo fue el mejor, ya que todos a quienes mandó factura, le habían pagado.
Pasó una semana y el médico recibió una factura del abogado que iba acompañada de una nota que decía así:
"Visto que mi consejo te sirvió, te pido que me pagues, pues yo también vivo de mi profesión..."
eL vIAJERO