Olvidemos lo que daño nos hace,
pasemos a lo que alegría nos depara,
iluminemos el corazón con algo sano,
y vivamos el momento y no el pasado.
Recordemos aquello que no daña,
para seguir un camino de esperanza,
demos confianza y no desesperanza,
porque el corazón se llena y se calma.
Sigamos aquello con lógica clara,
y vivamos instantes seguros y con gana,
apartemos a un lado la oscuridad que mata,
y hagamos que nuestra huella sea sana.
Llenemos el corazón de amor y paz,
para que el despertar no sea una tortura,
para que nuestro alrededor sea armonía,
y con ella, el deseo de un mejor mañana.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester