MOMENTO
Qué cálido tu beso se desliza
en la magia sutil que se derrocha.
Y en tus labios que vagan como brisa
nace la vibración que se trasnocha.
El crescendo de amor que nos embriaga
se hace fuego en tus manos y mis manos;
la caricia el prodigio que divaga
en la explosión febril que paladeamos.
Nada será jamás tan portentoso,
¡tan único, tan pleno, tan perfecto!
como esta comunión de álgido gozo,
como este vino de placer selecto.
¡Qué gama de placer nos regalamos!
¡Qué modo de ascender hasta la gloria!
¡Qué exquisito delirio aprisionamos
en el momento cumbre de la euforia!
Nada puede suplir este reposo,
esta unidad saciada y satisfecha,
este lago de luz, fresco y hermoso,
que el amor nos sublima y nos cosecha.
Patricia González.