Tengo bastante con vivir.
No me hace falta más que un poco
de fe, que una mezquina veta
de esperanza, que un resquicio
de caridad, para poder
seguir llamándote
como ahora te llamo: patria impía,
piel aciaga de amor, vida quemada
en cada sueño, palabras repetidas
contra un muro de azar.
Aquí mi sed
se sacia con mi sed. No necesito nada:
tengo bastante con vivir