El teólogo Frei Betto aseguró que un posible gobierno de Jair Bolsonaro tendrá un alineamiento con Washington. También apuntó a la actuación de grupos evangélicos de EEUU y del Instituto Millenium -un think tank ligado al economista neoliberal Paulo Guedes- en la campaña del candidato ultraderechista que aspira a llegar al poder en Brasil.
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"Posiblemente Jair Bolsonaro rompa relaciones con Cuba y Venezuela y mude la representación diplomática de Brasil en Israel a Jerusalén", sostuvo Frei Betto, teólogo brasileño y uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación, en relación con un hipotético gobierno del candidato ultraderechista.
Betto aseguró que Estados Unidos apuesta fuertemente por un triunfo de Bolsonaro en la segunda vuelta —que tendrá lugar el próximo 28 de octubre-, y de hecho ya ha colaborado desde canales no oficiales.
"Toda la campaña de Bolsonaro fue armada por sectores evangélicos de EEUU. Hay un grupo de extrema derecha de origen norteamericano, el Insituto Millenium, representado por el economista Paulo Guedes, que actúa en Brasil para organizar y formar a una generación de jóvenes de derecha muy beligerante", apuntó.
El autor del célebre libro Fidel y la Religión se refirió a las consecuencias que podría tener una eventual gestión comandada por Bolsonaro, confeso defensor de la última dictadura militar en Brasil. "Esta ola fascista en Brasil se produce por no haber hecho lo que sí hicieron Argentina, Chile y Uruguay: una condena a los militares responsables por la dictadura. Vamos a tener un regreso de la misma gente de la dictadura, con la misma idea de seguridad nacional. Eso va a tener un reflejo claro en la política local. Toda esa gente está apoyando a Bolsonaro", dijo Betto.
La Iglesia católica frente a la necesidad de expandir su influencia en Asia
En 'Voces del Mundo' se entrevistó además a Washington Uranga, periodista, docente e investigador de la comunicación y experto en temas vaticanos. Uranga analizó el plan del papa Francisco para jugar de lleno en el escenario asiático. "Su aporte al acercamiento entre las dos partes en Corea es una pieza más dentro de su estrategia en Asia. Está claro que Francisco piensa en su institución y sabe que necesita salir de sus propios límites, que son también geográficos. En términos eclesiásticos, Asia es terreno de misión", indicó.
"El Vaticano va a aceptar como legítimos a los obispos nombrados por el gobierno chino. El nombramiento de los obispos es siempre una negociación con el poder político. Esto legitima la presencia de la Iglesia en China y vamos hacia la normalización de relaciones. Es una negociación. Gana el gobierno chino y gana la Iglesia. La clave es abrir canales de comunicación y escuchar no solo los temas que le interesan a la Iglesia sino a estos países. Esto lo ha hecho Bergoglio con China, con India y con las dos Coreas", aseveró.
Uranga también evaluó el impacto de las denuncias de abuso sexual en la Iglesia católica y la canonización de monseñor Romero.
En el programa se informó a su vez acerca de la aprobación de la ley integral para personas transgénero en Uruguay; la expulsión de la encargada de Negocios ecuatoriana de Venezuela, luego de que Quito echara a la embajadora venezolana del país; la retirada de minas del Área de Seguridad Conjunta, como parte de lo acordado por las dos Coreas; y la detención en España del juez peruano César Hinostroza, quien había huido hacia Madrid, acusado de patrocinio ilegal, tráfico de influencias y organización criminal.
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, prometió mudar la embajada brasileña en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén, reconociendo así a la Ciudad Santa como capital israelí. Sputnik conversó con el analista político Arnaldo Cardoso para evaluar las consecuencias que tendría este paso.
Jair Bolsonaro volvió a reafirmar ese compromiso durante su entrevista con la revista Israel Hayom, el primer medio impreso extranjero al que el presidente electo le brindó una exclusiva tras su victoria electoral. Además, el próximo mandatario brasileño afirmó que cerrará la embajada de Palestina en Brasilia. Después de publicado el texto en el medio israelí, Bolsonaro lo confirmó con un tweet.
La medida sigue los pasos del presidente estadounidense, Donald Trump, que anunció la decisión de cambiar la embajada norteamericana de Tel Aviv hacia Jerusalén en diciembre de 2017. La medida se efectuó el 14 de mayo de 2018 y fue seguida por Guatemala y Paraguay, aunque este último desistió poco tiempo después.
Según Cardoso, el paso de Bolsonaro es imprudente. El también profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie asegura que la política exterior es un tema delicado y puede traer serias consecuencias políticas y económicas para Brasil.
"Este episodio fue importante para evidenciar la seriedad de la política exterior. Creo que fue un poco imprudente la declaración del nuevo presidente al desconsiderar que cuando hablamos de política exterior estamos hablando de una política pública, una política pública que se construye a lo largo del tiempo involucrando variados intereses de la sociedad. Es importante, es un instrumento importante de la política del Estado", afirmó Cardoso.
Jerusalén es considerada una ciudad sagrada para las tres principales religiones monoteístas del mundo: el judaísmo, el cristianismo y el islam. También es disputada por Palestina e Israel, que consideran la ciudad capital de sus respectivos Estados.
Impacto económico
De acuerdo con las cifras del Ministerio de Industria, Comercio y Servicios de Brasil, hasta octubre de 2018 el país ha mantenido una balanza comercial negativa con Israel. La diferencia entre exportaciones e importaciones entre los dos países en el período fue de 647,4 millones de dólares de déficit para Brasil.
En cuanto a los países de la Liga Árabe —organización que reune 22 países árabes y reconoce a Jerusalén del Este como territorio palestino— Brasil tiene un superávit en la balanza comercial de 3.100 millones de dólares, o sea vende más de lo que compra. Tan solo entre enero y octubre de 2018, los países árabes compraron casi 9.300 millones de dólares en productos brasileños.
Aunque por ahora han sido solo una expresión de deseo, las declaraciones de Jair Bolsonaro ya tienen consecuencias. El Gobierno egipcio canceló una visita planificada de una comitiva brasileña que incluía a empresarios, diplomáticos y también al ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Aloysio Nunes. El canciller brasileño incluso tenía previsto reunirse con el presidente de Egipto, Abdelfatá Sisi.
A pesar de que oficialmente la cancelación fue motivada por cuestiones de agenda, los analistas la interpretaron como una reacción a las palabras de Bolsonaro.
Egipto es el mayor socio comercial de Brasil entre los países de la Liga Árabe y representa casi el 20% de las exportaciones brasileñas a esos países.
El politólogo señaló que en cambio el país suramericano no recibirá ninguna ventaja comercial, ya que Brasil e Israel ya tienen un acuerdo de libre comercio, lo que demuestra que hay un sesgo político a la medida del cambio de la embajada.
"Si consideramos que tenemos un acuerdo de libre comercio ya con Israel, un acuerdo que viene desde 2010. Si uno toma nuestro volumen de exportaciones a Israel, incluso gozando de una condición de reducción de impuestos y de reducción de barreras arancelarias para ese comercio, todavía es mucho menor que el del conjunto de los países árabes", afirmó.
En palabras del especialista, uno de los motivos para este acercamiento con Israel, es un alineamiento con las políticas de la Administración Trump en EEUU, un país históricamente aliado de Israel. Sin embargo, incluso con una política más pro-estadounidense, Arnaldo Cardoso no ve un marco favorable para su país en las relaciones comerciales con los norteamericanos.
Brasil es el segundo mayor exportador de acero a EEUU, según apuntan datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos. Pero a pesar de las negociaciones con el Gobierno norteamericano, Brasil no logró escapar de los elevados aranceles de importación estadounidenses.
"Las relaciones se construyen a lo largo del tiempo. El primer contrato de exportación de Brasil de pollo a países de Oriente Medio se produjo en 1979. De aquí para allá trabajamos insistentemente en la consolidación de Brasil como un proveedor confiable", explica Arnaldo Cardoso.
El analista resalta que la posición brasileña en el mercado árabe es fruto de años de esfuerzos diplomáticos y empresariales que alzaron al país a una posición de liderazgo en sectores como el de la carne halal, dejando atrás a proveedores tradicionales, como Francia.
"En la diplomacia la palabra tiene mucha importancia, en la diplomacia es importante, incluso, cuidar mucho de las palabras, y parece que el presidente electo no conoce eso", concluye el profesor.
Brasil busca más de 8.000 médicos tras la salida de Cuba del programa social
Publicado: 20 nov 2018 22:52 GMT | Última actualización: 21 nov 2018 00:04 GMT
Brasil empieza la búsqueda para contratar a más de 8.000 médicos que reemplacen a los cubanos que regresarán a su país tras la salida de La Habana del programa social "Más Médicos" que garantiza la presencia de especialistas en las regiones periféricas brasileñas. El coordinador nacional del programa entre 2013 y 2016, Felipe Proenso de Oliveira, destaca que hay muy poca probabilidad de rellenar este vacío porque, a diferencia a los cubanos, los brasileños no quieren trabajar en áreas remotas.
Las promesas de combate a la corrupción estuvieron en el centro de casi todos los discursos del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro. Sin embargo, a pocas semanas de la toma de cargo, la familia del mandatario y algunos de sus ministros designados se enfrentan a acusaciones de irregularidades.
En los últimos días, un informe del Consejo de Control de Actividades Financieras (Coaf) notó movimientos sospechosos por más de 1,2 millones de reales (309.000 dólares) en una cuenta bancaria a nombre de Fabrício Queiroz, un antiguo chofer de Flávio Bolsonaro, hijo del presidente electo y diputado estatal de Río de Janeiro.
El hallazgo de estas operaciones, ocurridas entre el 1 de enero de 2016 y el 31 de enero de 2017 se enmarca en la operación 'Furna da Onça' (en portugués, cueva de la pantera), una ramificación de la Lava Jato. Esta investigación ha revelado algunos casos de movimientos ilícitos de dinero entre funcionarios de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, y hay al menos 10 diputados estatales procesados.
Parte de estos movimientos de dinero involucran además a personas vinculadas a los funcionarios investigados. Según la investigación, en algunos casos como el de Queiroz, los movimientos de dinero no se condicen con la capacidad financiera de algunos sospechosos. Los 1,2 millones de reales no se pueden explicar, según la Coaf, con sus rentas de 23.000 reales mensuales.
Michele de Paula Firmo Reinaldo Bolsonaro, secretaria parlamentaria, también ha sido mencionada en el informe por el cobro de un cheque emitido por Queiroz. Flávio Bolsonaro expresó en redes sociales que el chofer era de su confianza y que no tenía conocimiento de nada que perjudicase su conducta. En el caso del cheque a Michelle Bolsonaro, el mismo presidente dijo que se trataba del pago de una deuda.
A pesar de las sospechas que generan los movimientos, el ministerio Público indicó que no necesariamente son ilícitos. Pero es un dolor más de cabeza para el presidente entrante, a unas tres semanas de asumir el cargo para el que fue electo el 28 de octubre.
Clayton Mendonça Cunha Filho, politólogo y profesor de la Universidad Federal de Ceará, indicó en diálogo con Sputnik que estos hallazgos tienen que ver "con la gran autonomización que han tenido los poderes judiciales en los últimos años, que les ha dado un gran protagonismo y capacidad de iniciativa en torno a las cuestiones de corrupción".
Lo que se insinúa como la política de defensa y seguridad pública del Gobierno de Bolsonaro abrirá espacio para que la influencia de Washington sobre el país sea decisiva. Hemos conocido, con la dictadura militar, lo que significa transformarse en un satélite de Washington. Todo indica que no hemos aprendido nada. Pobre Brasil.
El caso se produce pocos días antes de que el presidente electo asuma el poder.
El presidente electo, Jair Bolsonaro, en Brasilia. 4 de diciembre de 2018.
EVARISTO SA / AFP
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A pocos días de que asuma la Presidencia de Brasil el próximo 1 de enero, Jair Bolsonaro, que hizo de la lucha contra la corrupción su bandera electoral, se ha visto salpicado junto a su mujer y uno de sus hijos en un caso de "pagos atípicos".
En un país donde en los últimos años se han destapado gigantescas tramas de corrupción con implicados en casi todos los partidos políticos, y en el que el actual presidente, Michel Temer, ha sido acusado de corrupción pasiva y lavado de dinero, este suceso podría ser tomado como una nimiedad.
Pero Bolsonaro alardeó durante toda su campaña de no tener una sola mancha en materia de corrupción, prometió que no habría sitio para ésta en su Ejecutivo y, precisamente, por ello, muchos brasileños decidieron votarle. Ahora un 'punto negro' alimenta las primeras sospechas por corrupción en la familia Bolsonaro.
El chófer
La historia comenzó con Fabrício José de Queiroz, chófer y exasesor del senador electo en Río de Janeiro y legislador regional, Flavio Bolsonaro, hijo del futuro mandatario. La semana pasada un informe del Consejo de Actividades Financieras (Coaf) de Hacienda, dentro de la Operación anticorrupción Lava Jato, reveló que se habían detectado unas "transacciones atípicas" en las cuentas de Queiroz, por un valor de 1,2 millones de reales (307.000 dólares). Los movimientos se realizaron durante un año, entre el 1 enero de 2016 y el 31 de enero 2017.
Coaf consideró que la cifra que manejó este hombre, un policía militar muy próximo a la familia Bolsonaro, era incompatible con el salario que percibía por aquel entonces, unos 23.000 reales (alrededor de 5.900 dólares).
Flávio Bolsonaro saliendo del Hospital Santa Casa en Juiz de Fora, en Minas Gerais. 7 de septiembre de 2018. / Fabio Teixeira / AFP
El informe destacó que la mayor parte de los ingresos realizados en la cuenta del chófer coinciden con la fecha de cobro en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro. Los movimientos no son un delito penal siempre que la fuente del dinero sea legal, algo que, por hasta el momento, se desconoce.
Durante la investigación de Coaf se descubrió que Queiroz realizó un depósito de 24.000 reales (6.150 dólares) en la cuenta de Michelle Bolsonaro, esposa del presidente electo. El dinero no fue declarado después a las autoridades fiscales.
Queiroz es propietario de dos apartamentos en una de las zonas lujosas de Río de Janeiro, y su hija fue empleada del presidente electo en su despacho de la Cámara de Diputados, al mismo tiempo que trabajaba como entrenadora personal.
Los Bolsonaro
El presidente electo aseguró la semana pasada que el dinero en la cuenta de su esposa formaba parte de un préstamo que él mismo hizo de 40.000 reales (uno 10.300 dólares) y no de 24.000 reales como, según él, fue revelado de forma errónea por Coaf.
Los problemas que afligen el mundo y América Latina en especial, incrementaron sus niveles con la elección de Jair Bolsonaro para la presidencia de los más de 200 millones de brasileños. Como resultado de un proceso electoral viciado, donde el ex presidente Lula da Silva, que según las encuestas, ganaría en primera vuelta ante cualquier adversario, fue condenado por un juez de primera instancia, que hace pocos días fue nombrado ministro del nuevo gobierno, un claro regalo por tan importante favor, Brasil se muestra como una gran nación a la deriva.
Es un error conceptual relacionar a Bolsonaro con alguna línea teórica innovadora que trae soluciones. El ex capitán fue expulsado del ejército por los generales de la dictadura por su comportamiento conturbado y sus malas prácticas, llegó a defender la colocación de bombas en la principal carretera brasileña como forma de presión para una campaña salarial de los militares. El nuevo presidente emerge de un grupo que defiende las torturas corrientes en el país durante la dictadura (1964-1985). Fue diputado por 28 años, sin llegar a ser líder de ningún partido, ni siquiera presidente o relator de cualquier comisión parlamentaria, sin ningún proyecto relevante, en todo el tiempo que estuvo en el Congreso solo tres de sus proyectos fueron aprobados. ¡Especialista en nada, pero que puede generar caos en casi todo!
Las dudas se acentúan cuando se evalúa quién eligió a Bolsonaro. La campaña fue compuesta por inversiones de una clase adinerada de empresarios que deben un gran volumen de impuestos al Estado, y por lo tanto quieren reducirlos así como ganar el perdón de sus deudas. Evangélicos pentecostales que son retrógrados en las costumbres, pero liberales a la hora de cobrar diezmos, de los más humildes. Banqueros que asfixian el capitalismo productivo con intereses altísimos, pero no recogen en la mayoría tasas, como de la previsión o burlan el impuesto a la renta. Los acreedores israelíes, que además de captar apoyo político para masacrar palestinos, ambicionan abrir un prometedor mercado de armas entre los pueblos pacíficos de América del Sur. Difícil enumerar cuántos pactos existen en este mostrador de negocios, pero el producto del pago, sin duda es Brasil.
La tecnología brasileña permitió a través del conocimiento acumulado por años por su estatal del petróleo, desarrollar una serie matemática de algoritmos que en la práctica eliminaban aspectos de distorsiones, permitiendo ver más allá de la capa del pre-sal. El descubrimiento en 2006 vino junto con la codicia de las petroleras estadounidenses e inglesas. La elección del gobierno Lula de Silva y Rousseff por la utilización de esta renta para construir un futuro a través de inversiones en educación y salud, contradecía los objetivos de las multinacionales que financiaron el golpe en 2016 contra la presidenta electa.
La acción de Bolsonaro, va en el sentido de profundizar el proceso de entrega de las reservas, iniciado por Michel Temer, en un ambiente en que el precio del barril sólo asciende, aproximándose a los 80 dólares. Los incentivos fiscales corroboran con el lucro de las compañías y la reducción del ingreso estatal, disminuyendo los recursos para políticas públicas que apuntaban a la mayoría de la población. Los gobiernos golpistas, decidieron abdicar de la riqueza de los recursos naturales de la nación dentro de una oportunidad histórica, finalmente Petrobras poseía la tecnología de donde prospectar el petróleo, factor preponderante en la actividad. En vez de aumentar su ganancia con la producción, el gobierno vende reservas productivas en condiciones desventajosas, hipotecando el futuro del país.
En el mismo conjunto de ideas está la desindustrialización de Brasil. El empresario se enfrenta a la política de excluir a Brasil del Mercosur, Celac, distanciándose de China, que es su mayor socio comercial, a favor de Estados Unidos. La destrucción del sector, que representa el 21% del PIB y el 32% de la recaudación, pasa por el cierre del Ministerio de Industria y Comercio y minimiza la acción del principal banco de fomento de América del Sur, el BNDES. En relación al Mercosur el país exportó en 2017, 22,6 mil millones de dólares, siendo el 85% en manufacturas, alcanzando 10.700 millones en superávit. En lo que se refiere a China, representó 32 mil millones de dólares en superávit. China utilizó su principal periódico estatal, China Daily, este 1 de noviembre para advertir sobre la irresponsabilidad de Brasil: "Un eventual cambio en la política exterior con sumisión a EEUU, puede representar un costo para la economía brasileña".
El recetario sigue la misma línea con la financiarización de la economía. La reducción de la actuación de los bancos estatales con tasas inductoras de la actividad, sólo beneficia a las instituciones financieras privadas que cobran intereses anuales del 250% para una inflación del 4,5%. En este sentido, los bancos privados Bradesco e Itaú emitieron un comunicado a sus clientes que apoya la política económica del nuevo gobierno. El paradigma de mantener un estado mínimo y superavitario, tiene como objetivo permitir la capacidad de pago para altas tasas de interés de los títulos públicos que los bancos privados exigen al gobierno. De este movimiento se acentúa la reducción de la actividad productiva debilitando empleo y la renta de los jubilados y trabajadores.
La destrucción de las asociaciones estratégicas regionales, que da preferencia a EEUU e Israel, es sin duda una amenaza para un continente que tiene más de 150 años de paz. El primer encuentro internacional del presidente electo fue con Michael Mckinley, embajador estadounidense con interés en golpear a los gobiernos progresistas, como los de Venezuela y Bolivia. El gobierno genocida de Benjamín Netanyahu quien apoyó la campaña de Bolsonaro a través de sus instituciones financieras y religiosas en el país, ambiciona abrir un nuevo y gran mercado de armas, para ello necesita fomentar turbulencias entre vecinos, así como un Estado policial a nivel interno. El hijo de Bolsonaro, diputado Eduardo, viajará a Israel para comprar drones que pueden disparar en contra ciudadanos brasileños. Influyendo en la política exterior, ya logró que Bolsonaro defienda el cambio de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, una afrenta a la histórica posición pacifista y de respeto al pueblo musulmán, muy presente en la sociedad brasileña.
La teoría económica no encuentra racionalidad en perder 13.500 millones de dólares en exportaciones (2017) al mundo árabe con 7,17 mil millones de superávit, para aliarse a los sionistas donde la relación es deficitaria en 246 millones de dólares. Israel quiere comprar tierras como ya hace en la Patagonia argentina, vender proyectos y conseguir apoyo para continuar la masacre de palestinos, en el proyecto de construir el "Gran Israel" en Oriente Medio.
El mundo debería también poner los ojos en tan importante tema que puede debilitar la seguridad ambiental y el clima del planeta. Brasil posee una biodiversidad que es esencial para la vida. La Cuenca Amazónica con sus 7 millones de kilómetros cuadrados es el pulmón del mundo, y el Sistema Acuífero Guaraní es una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Bolsonaro ya declaró favorable a tercerizar el control sobre la Amazonia y busca privatizar el acuífero. La inexistencia de una preocupación ambiental en el gobierno de extrema derecha, al mismo tiempo que acelera la deforestación del bosque por los terratenientes (aliados) que avanzan contra las tierras indígenas y las reservas ambientales, reducirá la producción de oxígeno. La permisividad de uso de agrotóxicos y pesticidas en el 1,2 millón de kilómetros cuadrados en la cuenca del Paraná y del Chaco-Paraná, en poco tiempo puede imposibilitar el uso del agua del acuífero para beber.
Este conjunto de conclusiones sobre Jair Bolsonaro no son difíciles de verificar. Su posición racista con los quilombolas (afrodescendientes) que los midió por arrobas (peso para animal), homofóbica cuando declaró preferir un hijo muerto a que fuera LGBT, y la defensa de la cultura de la violación y tortura, grita al silencio de la comunidad internacional ante lo que nos espera.
Es importante recordar el periódico alemán CV-Zeitung, volcado a la comunidad judía, cuando el 2 de febrero de 1933, después de la toma de posesión de Hitler, destacaba en la portada: "¡Despierta! Sí, él está loco, pero no será tan malo... somos una democracia y tenemos la constitución, ¡la Constitución lo detendrá!". El análisis se probó equivocado, ante una historia que, en otras tierras y tiempos, se repite.
El fascismo de Brasil amenaza al mundo y los brasileños
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Los problemas que afligen el mundo y América Latina en especial, incrementaron sus niveles con la elección de Jair Bolsonaro para la presidencia de los más de 200 millones de brasileños. Como resultado de un proceso electoral viciado, donde el ex presidente Lula da Silva, que según las encuestas, ganaría en primera vuelta ante cualquier adversario, fue condenado por un juez de primera instancia, que hace pocos días fue nombrado ministro del nuevo gobierno, un claro regalo por tan importante favor, Brasil se muestra como una gran nación a la deriva.
El fascismo de Brasil amenaza al mundo y los brasileños| Foto: EFE
Es un error conceptual relacionar a Bolsonaro con alguna línea teórica innovadora que trae soluciones. El ex capitán fue expulsado del ejército por los generales de la dictadura por su comportamiento conturbado y sus malas prácticas, llegó a defender la colocación de bombas en la principal carretera brasileña como forma de presión para una campaña salarial de los militares. El nuevo presidente emerge de un grupo que defiende las torturas corrientes en el país durante la dictadura (1964-1985). Fue diputado por 28 años, sin llegar a ser líder de ningún partido, ni siquiera presidente o relator de cualquier comisión parlamentaria, sin ningún proyecto relevante, en todo el tiempo que estuvo en el Congreso solo tres de sus proyectos fueron aprobados. ¡Especialista en nada, pero que puede generar caos en casi todo!
Las dudas se acentúan cuando se evalúa quién eligió a Bolsonaro. La campaña fue compuesta por inversiones de una clase adinerada de empresarios que deben un gran volumen de impuestos al Estado, y por lo tanto quieren reducirlos así como ganar el perdón de sus deudas. Evangélicos pentecostales que son retrógrados en las costumbres, pero liberales a la hora de cobrar diezmos, de los más humildes. Banqueros que asfixian el capitalismo productivo con intereses altísimos, pero no recogen en la mayoría tasas, como de la previsión o burlan el impuesto a la renta. Los acreedores israelíes, que además de captar apoyo político para masacrar palestinos, ambicionan abrir un prometedor mercado de armas entre los pueblos pacíficos de América del Sur. Difícil enumerar cuántos pactos existen en este mostrador de negocios, pero el producto del pago, sin duda es Brasil.
La tecnología brasileña permitió a través del conocimiento acumulado por años por su estatal del petróleo, desarrollar una serie matemática de algoritmos que en la práctica eliminaban aspectos de distorsiones, permitiendo ver más allá de la capa del pre-sal. El descubrimiento en 2006 vino junto con la codicia de las petroleras estadounidenses e inglesas. La elección del gobierno Lula de Silva y Rousseff por la utilización de esta renta para construir un futuro a través de inversiones en educación y salud, contradecía los objetivos de las multinacionales que financiaron el golpe en 2016 contra la presidenta electa.
La acción de Bolsonaro, va en el sentido de profundizar el proceso de entrega de las reservas, iniciado por Michel Temer, en un ambiente en que el precio del barril sólo asciende, aproximándose a los 80 dólares. Los incentivos fiscales corroboran con el lucro de las compañías y la reducción del ingreso estatal, disminuyendo los recursos para políticas públicas que apuntaban a la mayoría de la población. Los gobiernos golpistas, decidieron abdicar de la riqueza de los recursos naturales de la nación dentro de una oportunidad histórica, finalmente Petrobras poseía la tecnología de donde prospectar el petróleo, factor preponderante en la actividad. En vez de aumentar su ganancia con la producción, el gobierno vende reservas productivas en condiciones desventajosas, hipotecando el futuro del país.
En el mismo conjunto de ideas está la desindustrialización de Brasil. El empresario se enfrenta a la política de excluir a Brasil del Mercosur, Celac, distanciándose de China, que es su mayor socio comercial, a favor de Estados Unidos. La destrucción del sector, que representa el 21% del PIB y el 32% de la recaudación, pasa por el cierre del Ministerio de Industria y Comercio y minimiza la acción del principal banco de fomento de América del Sur, el BNDES.
En relación al Mercosur el país exportó en 2017, 22,6 mil millones de dólares, siendo el 85% en manufacturas, alcanzando 10.700 millones en superávit. En lo que se refiere a China, representó 32 mil millones de dólares en superávit. China utilizó su principal periódico estatal, China Daily, este 1 de noviembre para advertir sobre la irresponsabilidad de Brasil: "Un eventual cambio en la política exterior con sumisión a EEUU, puede representar un costo para la economía brasileña".
El recetario sigue la misma línea con la financiarización de la economía. La reducción de la actuación de los bancos estatales con tasas inductoras de la actividad, sólo beneficia a las instituciones financieras privadas que cobran intereses anuales del 250% para una inflación del 4,5%. En este sentido, los bancos privados Bradesco e Itaú emitieron un comunicado a sus clientes que apoya la política económica del nuevo gobierno. El paradigma de mantener un estado mínimo y superavitario, tiene como objetivo permitir la capacidad de pago para altas tasas de interés de los títulos públicos que los bancos privados exigen al gobierno. De este movimiento se acentúa la reducción de la actividad productiva debilitando empleo y la renta de los jubilados y trabajadores.
La destrucción de las asociaciones estratégicas regionales, que da preferencia a EEUU e Israel, es sin duda una amenaza para un continente que tiene más de 150 años de paz. El primer encuentro internacional del presidente electo fue con Michael Mckinley, embajador estadounidense con interés en golpear a los gobiernos progresistas, como los de Venezuela y Bolivia. El gobierno genocida de Benjamín Netanyahu quien apoyó la campaña de Bolsonaro a través de sus instituciones financieras y religiosas en el país, ambiciona abrir un nuevo y gran mercado de armas, para ello necesita fomentar turbulencias entre vecinos, así como un Estado policial a nivel interno. El hijo de Bolsonaro, diputado Eduardo, viajará a Israel para comprar drones que pueden disparar en contra ciudadanos brasileños. Influyendo en la política exterior, ya logró que Bolsonaro defienda el cambio de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, una afrenta a la histórica posición pacifista y de respeto al pueblo musulmán, muy presente en la sociedad brasileña.
La teoría económica no encuentra racionalidad en perder 13.500 millones de dólares en exportaciones (2017) al mundo árabe con 7,17 mil millones de superávit, para aliarse a los sionistas donde la relación es deficitaria en 246 millones de dólares. Israel quiere comprar tierras como ya hace en la Patagonia argentina, vender proyectos y conseguir apoyo para continuar la masacre de palestinos, en el proyecto de construir el "Gran Israel" en Oriente Medio.
El mundo debería también poner los ojos en tan importante tema que puede debilitar la seguridad ambiental y el clima del planeta. Brasil posee una biodiversidad que es esencial para la vida. La Cuenca Amazónica con sus 7 millones de kilómetros cuadrados es el pulmón del mundo, y el Sistema Acuífero Guaraní es una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Bolsonaro ya declaró favorable a tercerizar el control sobre la Amazonia y busca privatizar el acuífero. La inexistencia de una preocupación ambiental en el gobierno de extrema derecha, al mismo tiempo que acelera la deforestación del bosque por los terratenientes (aliados) que avanzan contra las tierras indígenas y las reservas ambientales, reducirá la producción de oxígeno. La permisividad de uso de agrotóxicos y pesticidas en el 1,2 millón de kilómetros cuadrados en la cuenca del Paraná y del Chaco-Paraná, en poco tiempo puede imposibilitar el uso del agua del acuífero para beber.
Este conjunto de conclusiones sobre Jair Bolsonaro no son difíciles de verificar. Su posición racista con los quilombolas (afrodescendientes) que los midió por arrobas (peso para animal), homofóbica cuando declaró preferir un hijo muerto a que fuera LGBT, y la defensa de la cultura de la violación y tortura, grita al silencio de la comunidad internacional ante lo que nos espera.
Es importante recordar el periódico alemán CV-Zeitung, volcado a la comunidad judía, cuando el 2 de febrero de 1933, después de la toma de posesión de Hitler, destacaba en la portada: "¡Despierta! Sí, él está loco, pero no será tan malo... somos una democracia y tenemos la constitución, ¡la Constitución lo detendrá!". El análisis se probó equivocado, ante una historia que, en otras tierras y tiempos, se repite.
Algunos analistas y no pocos medios consideran que el presidente Jair Bolsonaro ya no gobierna en Brasilia. El mandatario y sus hijos son calificados como "payasos" por Mauro Lopes, del colectivo 'Periodistas por la Democracia', asegurando que "en Brasil manda una Junta Militar que aún no confiesa su nombre pero ya extendió sus redes".
En los dos primeros meses de Gobierno, Bolsonaro estuvo dos semanas internado, provocó una crisis ministerial por una pequeñez en su cuenta de Twitter, que llevó a la destitución de Gustavo Bebbiano, jefe de la Secretaría General de la Presidencia, quien además de ser el encargado de su campaña presidencial tuvo un entredicho en público con uno de sus hijos. En lugar de Bebbiano fue designado otro militar, el general Floriano Peixoto Neto.
El periodista afirma que "el Gobierno de Jair Bolsonaro no existe más", que "podrá seguir viviendo en el Palacio Alvorada y hasta jugar videojuegos en su oficina del Planalto, siempre que obedezcan a sus superiores, los generales".
Las afirmaciones parecen exageradas, pero reflejan en gran medida lo que está sucediendo. Desde la prensa más conservadora, O Estado de Sao Paulo, ya se habla de "la militarización de la máquina pública federal". Se trata, en opinión de varios periodistas especializados en las Fuerzas Armadas, como Tania Monteiro, de "una nueva fase del movimiento creciente de escoger oficiales de la reserva de las Fuerzas Armadas para posiciones estratégicas y sectores históricamente envueltos en denuncias de corrupción".
Un nuevo relevamiento detectó hasta 103 militares en los escalones segundo y tercero del Gobierno, ministerios, bancos e institutos estatales. Entre los objetivos declarados por las autoridades se conjugan los verbos "sanear" la gestión y "cuidar" los recursos del Estado. El especialista en ciencias políticas Eliézer Rizzo de Oliveira estima que la participación de militares obedece al descrédito de los políticos y a la inexperiencia del nuevo presidente. Pero advierte del "riesgo de desprestigio de las Fuerzas Armadas en caso de fracaso".
Con 20 millones de pasajeros anuales en total, los aeródromos subastados representan el 9,5 % del mercado nacional.
Aeropuerto Internacional de Guararapes (Gilberto Freyre) en Recife (Pernambuco, Brasil).
wikipedia.org / Portal da Copa/ME / CC BY 3.0 br
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El Ejecutivo de Jair Bolsonaro ha subastado este viernes en la Bolsa de valores de Sao Paulo las concesiones para operar 12 aeropuertos brasileños, en una controvertida iniciativa con la que aspira a captar unos 3.500 millones de reales (unos 921 millones de dólares) a través de inversiones privadas durante el periodo de vigor de las licencias, que será de 30 años.
Los 12 aeropuertos concedidos por esta vía a la iniciativa privada representan el 9,5 % del mercado nacionalbrasileño, y registran casi 20 millones de pasajeros al año.
Los resultados de la subasta
Los aeródromos se subastaron en tres conjuntos o 'bloques' compuestos en función de la localización geográfica.
El primer bloque, compuesto por los aeropuertos de Recife (Pernambuco), Maceió (Alagoas), Aracaju(Sergipe), Juazeiro do Norte (Ceará), João Pessoa y Campina Grande (Paraíba), era el más codiciado, y fue adjudicado al grupo español AENA por un precio de 1.900 millones de reales brasileños (437,5 millones de euros).
El bloque de aeropuertos del sudeste, integrado por los terminales de Vitoria (Espírito Santo) y Macaé (Río de Janeiro) fue adquirido por la compañía Zurich Airport, por 437 millones de reales (algo más de 100 millones de euros).
El Consorcio Aeroeste, por su parte, se hizo con las concesiones de los cuatro aeropuertos que componen el bloque del centro-oeste: Cuiabá, Sinop, Rondonópolis y Alta Floresta, todo ellos en el estado de Mato Grosso. Su oferta alcanzó los 40 millones de reales (9,2 millones de euros).
30 años de concesión con obligación de invertir en mejoras
Las compañías vencedoras en la subasta gozarán de la concesión de cada terminal durante 30 años, de acuerdo con la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac). La obtención de las licencias llevan aparejado, además, un compromiso de inversiones en mejoras y modernización de los terminales por un importe de 3.500 millones de reales (unos 921 millones de dólares).
Estas subastas fueron anunciadas por primera vez el año pasado desde el anterior Gobierno, encabezado por el expresidente Michel Temer, que impulsó un ambicioso plan de privatizaciones poco después de su llegada al poder en 2016.
Inmediatamente después de la sonada visita de Jair Bolsonaro a Trump, a quien prácticamente le regaló Brasil, y de su escapada clandestina a la sede de la CIA en Langley, el expresidente Michel Temer fue arrestado por sus turbios manejos con Petrobras, lo cual implica la tácita bendición de dos de sus aliados, Trump y Netanyahu.
Ya sea una simple coincidencia, ya sea un ardid deliberado, pero las cronologías pesan cuando Trump ha movido dos fichas importantes en el tablero de ajedrez mundial: amén de recibir a Bolsonaro en la Casa Blanca, el presidente de EEUU afirmó su deseo de reconocer la repudiada anexión global de los Altos del Golán por Israel, que puede servir de aliciente para que Netanyahu permanezca en el poder.
Mientras Netanyahu echó el ojo al río Amazonas y al sector financiero de Sao Paulo, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, literalmente fue a entregarse a los brazos de Trump —cuya proclama compartida es 'Dios, la familia y el país'—.
La reacción de la opinión pública brasileña no ha sido favorable, y no se puede eludir la hipótesis de que el arresto del expresidente Temer forme parte de un operativo publicitario para desviar la atención.
El repudio al entreguismo de Bolsonaro se debió en gran medida al decreto del Gobierno brasileño de eliminar las visas al turismo de EEUU, ¡pero sin reciprocidad!
En similitud al festejo del polémico primer israelí, Benjamín Netanyahu, quien felicitó a Trump por la erección de su muro en la frontera con México, Bolsonaro también alabó el muro de la ignominia y arremetió contra los migrantes que "carecen de buenas intenciones", lo cual constituye una afrenta ignominiosa para la supuesta solidaridad latinoamericana.
Más allá de que el eje Trump/Netanyahu/Bolsonaro haya reconocido a Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela e insólitamente simultáneo presidente de la Asamblea, llamó la atención la coincidencia de posturas de EEUU y Brasil en referencia a Venezuela, que se quedaron a un paso de aprobar la invasión militar a la que se ha mostrado renuente el Ejército brasileño.
El triple eje supremacista fascista Trump/Netanyahu/Bolsonaro aboga por el 'crepúsculo del socialismo' en el hemisferio americano, que pasa sobre el cadáver del presidente 'izquierdista' venezolano Nicolás Maduro.
Cabe recordar que dos de los hijos de Bolsonaro alardean de su adicción ideológica por los servicios secretos del Mossad y el Ejército de Israel.
Dejando de lado los escándalos de corrupción de Flavio, hijo de Bolsonaro vinculado a 'brigadas asesinas', Brasil permite el uso por parte de EEUU de la base de Alcántara de lanzamiento aeroespacial, sin reciprocidad alguna, lo que integra a Brasilia en las operaciones del Pentágono para su guerra de drones misilísticos y el despliegue de las fuerzas de 'operaciones especiales' de EEUU, que recibirán un fuerte impulso presupuestario.
La visita de Bolsonaro a los cuarteles de la CIA despertó la memoria de muchos portales, quienes recordaron que hace dos décadas el hoy presidente había pregonado el cierre del Congreso y que la única manera de cambiar al país era mediante una guerra civil.
Lo más destacado de la conferencia conjunta de prensa de Trump y Bolsonaro ha sido el anuncio del presidente de EEUU de designar a Brasil como un aliado mayor de la 'No-OTAN' (que concede preferencias para la compra del equipamiento militar y cierto tipo de tecnología de EEUU), en similitud a Israel y Argentina, y quizá más adelante como miembro pleno de la OTAN.
La OTAN —genuinamente del Atlántico Norte— tendría así su sucursal marítima también en el 'Sur del Atlántico' con la incrustación de Brasil, lo cual desembocaría en enormes implicaciones geopolíticas en Sudamérica, la Antártida, la costa africana y, quizá, hasta el océano Índico, lo cual, de paso, colocaría en jaque a Sudáfrica, el único aliado africano de losBRICS: bloque pentapartito del que quizá se salga Bolsonaro.
Por cierto, Colombia —bautizada como la 'Israel del Caribe y Sudamérica', título que le puede quitar Brasil— es el único país de Latinoamérica que desde el año pasado pertenece a la OTAN como 'socio global' y que no necesariamente le obliga a participar en sus aventuras militares.
No fue nada casual la presencia del ideólogo del 'trumpismo', Steve Bannon, como invitado de honor a la cena de gala de Trump a Jair 'Mesías' Bolsonaro, cuyo hijo Eduardo, hoy diputado, es representante del conglomerado político de extrema derecha 'Movimiento', con sede en Bruselas, curiosamente también sede de la OTAN.
A cambio del apoyo de EEUU a la pertenencia de Brasil a la OCDE, el disfuncional Club de los Ricos cuya labor y desempeño se ignoran, Trump exigió a Bolsonaro ceder muchos de sus beneficios que tienen bajo su cobertura de la OMC, curiosamente presidida por el 'brasileño' Roberto Acevedo.
El NYTcomentaque las personalidades de Trump y Bolsonaro son muy similares, a grado tal que parecen 'imágenes de espejo' debido al 'autoritarismo populista' de ambos.
Pronto Bolsonaro aprenderá a su cuenta y riesgo lo que significa arrojarse a los brazos de Trump.
Durante su visita, de forma tangencial, "funcionarios de EEUU sin identificar"(el viejo truco) advirtieron sobre su colaboración con la trasnacional china Huawei y su liderazgo en las redes 5G, que son anatema para Trump.
La candidez de los funcionarios brasileños ha llegado a grado tal de pretender "no involucrarse en la disputa de Huawei entre EEUU y China". ¿Entenderá el Gabinete de Bolsonaro que no se puede pertenecer a la OTAN y al mismo tiempo adoptar el 5G de la trasnacional china Huawei?
Antes, la National Security Agency (NSA), según su espía Edward Snowden, refugiado hoy en Rusia, grababa las conversaciones de la expresidenta Dilma Rousseff. Ahora no hay necesidad de ello, porque Bolsonaro ya se entregó directamente a la CIA: ¡un ahorro muy significativo de recursos!
En China toman con mucho escepticismo los arrebatos de Bolsonaro y uno de sus comentaristas juzga que "Brasil jerarquizará sus intereses y no los de EEUU en el tema de Huawei".
Más allá de los amoríos ditirámbicos del ministro neoliberal de economía de Brasil, el polémico Paulo Guedes —quien exclamó que "Brasil adora a EEUU y yo también"—, el eterno pinochetista declaró en la Cámara de Comercio de EEUU, con el fin de seducir a los inversionistas, que su plan unilateral ostenta tres pilares: reforma tributaria para disminuir los impuestos, privatizaciones (donde descuella el petróleo) y apertura al exterior.
A propósito, el presidente de la empresa semiestatal Petrobras, Roberto Castello Branco, afirmó que "transformará a Petrobras en lo más cercano posible a una empresa privada".
La orgía de la samba privatizadora de la dupla Bolsonaro-Guedes subasta ya 12 aeropuertos y, antes del 2022, remataría otros 44 aeropuertos que serían privatizados.
El entreguismo de Bolsonaro tiene sus límites y ya empezó a chocar con el principio de realidad: la oficina de prensa de la OTAN desecha la incrustación de Brasil, mientras que el mismo presidente de Brasil ha anunciado que este añovisitará China, su principal socio comercial.
El portal chino Global Times aconseja a Brasil "buscar su optimización cualitativa industrial" en lugar de la "aprobación de EEUU".
El peor error de Bolsonaro es haber degradado a Brasil: de socio igualitario en el Olimpo de los BRICS, ahora pertenece al dependiente Grupo de Lima bajo las órdenes de EEUU.
Los problemas que afligen el mundo y América Latina en especial, incrementaron sus niveles con la elección de Jair Bolsonaro para la presidencia de los más de 200 millones de brasileños. Como resultado de un proceso electoral viciado, donde el ex presidente Lula da Silva, que según las encuestas, ganaría en primera vuelta ante cualquier adversario, fue condenado por un juez de primera instancia, que hace pocos días fue nombrado ministro del nuevo gobierno, un claro regalo por tan importante favor, Brasil se muestra como una gran nación a la deriva.
Es un error conceptual relacionar a Bolsonaro con alguna línea teórica innovadora que trae soluciones. El ex capitán fue expulsado del ejército por los generales de la dictadura por su comportamiento conturbado y sus malas prácticas, llegó a defender la colocación de bombas en la principal carretera brasileña como forma de presión para una campaña salarial de los militares. El nuevo presidente emerge de un grupo que defiende las torturas corrientes en el país durante la dictadura (1964-1985). Fue diputado por 28 años, sin llegar a ser líder de ningún partido, ni siquiera presidente o relator de cualquier comisión parlamentaria, sin ningún proyecto relevante, en todo el tiempo que estuvo en el Congreso solo tres de sus proyectos fueron aprobados. ¡Especialista en nada, pero que puede generar caos en casi todo!
Las dudas se acentúan cuando se evalúa quién eligió a Bolsonaro. La campaña fue compuesta por inversiones de una clase adinerada de empresarios que deben un gran volumen de impuestos al Estado, y por lo tanto quieren reducirlos así como ganar el perdón de sus deudas. Evangélicos pentecostales que son retrógrados en las costumbres, pero liberales a la hora de cobrar diezmos, de los más humildes. Banqueros que asfixian el capitalismo productivo con intereses altísimos, pero no recogen en la mayoría tasas, como de la previsión o burlan el impuesto a la renta. Los acreedores israelíes, que además de captar apoyo político para masacrar palestinos, ambicionan abrir un prometedor mercado de armas entre los pueblos pacíficos de América del Sur. Difícil enumerar cuántos pactos existen en este mostrador de negocios, pero el producto del pago, sin duda es Brasil.
La tecnología brasileña permitió a través del conocimiento acumulado por años por su estatal del petróleo, desarrollar una serie matemática de algoritmos que en la práctica eliminaban aspectos de distorsiones, permitiendo ver más allá de la capa del pre-sal. El descubrimiento en 2006 vino junto con la codicia de las petroleras estadounidenses e inglesas. La elección del gobierno Lula de Silva y Rousseff por la utilización de esta renta para construir un futuro a través de inversiones en educación y salud, contradecía los objetivos de las multinacionales que financiaron el golpe en 2016 contra la presidenta electa.
La acción de Bolsonaro, va en el sentido de profundizar el proceso de entrega de las reservas, iniciado por Michel Temer, en un ambiente en que el precio del barril sólo asciende, aproximándose a los 80 dólares. Los incentivos fiscales corroboran con el lucro de las compañías y la reducción del ingreso estatal, disminuyendo los recursos para políticas públicas que apuntaban a la mayoría de la población. Los gobiernos golpistas, decidieron abdicar de la riqueza de los recursos naturales de la nación dentro de una oportunidad histórica, finalmente Petrobras poseía la tecnología de donde prospectar el petróleo, factor preponderante en la actividad. En vez de aumentar su ganancia con la producción, el gobierno vende reservas productivas en condiciones desventajosas, hipotecando el futuro del país.
En el mismo conjunto de ideas está la desindustrialización de Brasil. El empresario se enfrenta a la política de excluir a Brasil del Mercosur, Celac, distanciándose de China, que es su mayor socio comercial, a favor de Estados Unidos. La destrucción del sector, que representa el 21% del PIB y el 32% de la recaudación, pasa por el cierre del Ministerio de Industria y Comercio y minimiza la acción del principal banco de fomento de América del Sur, el BNDES. En relación al Mercosur el país exportó en 2017, 22,6 mil millones de dólares, siendo el 85% en manufacturas, alcanzando 10.700 millones en superávit. En lo que se refiere a China, representó 32 mil millones de dólares en superávit. China utilizó su principal periódico estatal, China Daily, este 1 de noviembre para advertir sobre la irresponsabilidad de Brasil: "Un eventual cambio en la política exterior con sumisión a EEUU, puede representar un costo para la economía brasileña".
El recetario sigue la misma línea con la financiarización de la economía. La reducción de la actuación de los bancos estatales con tasas inductoras de la actividad, sólo beneficia a las instituciones financieras privadas que cobran intereses anuales del 250% para una inflación del 4,5%. En este sentido, los bancos privados Bradesco e Itaú emitieron un comunicado a sus clientes que apoya la política económica del nuevo gobierno. El paradigma de mantener un estado mínimo y superavitario, tiene como objetivo permitir la capacidad de pago para altas tasas de interés de los títulos públicos que los bancos privados exigen al gobierno. De este movimiento se acentúa la reducción de la actividad productiva debilitando empleo y la renta de los jubilados y trabajadores.
La destrucción de las asociaciones estratégicas regionales, que da preferencia a EEUU e Israel, es sin duda una amenaza para un continente que tiene más de 150 años de paz. El primer encuentro internacional del presidente electo fue con Michael Mckinley, embajador estadounidense con interés en golpear a los gobiernos progresistas, como los de Venezuela y Bolivia. El gobierno genocida de Benjamín Netanyahu quien apoyó la campaña de Bolsonaro a través de sus instituciones financieras y religiosas en el país, ambiciona abrir un nuevo y gran mercado de armas, para ello necesita fomentar turbulencias entre vecinos, así como un Estado policial a nivel interno. El hijo de Bolsonaro, diputado Eduardo, viajará a Israel para comprar drones que pueden disparar en contra ciudadanos brasileños. Influyendo en la política exterior, ya logró que Bolsonaro defienda el cambio de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, una afrenta a la histórica posición pacifista y de respeto al pueblo musulmán, muy presente en la sociedad brasileña.
La teoría económica no encuentra racionalidad en perder 13.500 millones de dólares en exportaciones (2017) al mundo árabe con 7,17 mil millones de superávit, para aliarse a los sionistas donde la relación es deficitaria en 246 millones de dólares. Israel quiere comprar tierras como ya hace en la Patagonia argentina, vender proyectos y conseguir apoyo para continuar la masacre de palestinos, en el proyecto de construir el "Gran Israel" en Oriente Medio.
El mundo debería también poner los ojos en tan importante tema que puede debilitar la seguridad ambiental y el clima del planeta. Brasil posee una biodiversidad que es esencial para la vida. La Cuenca Amazónica con sus 7 millones de kilómetros cuadrados es el pulmón del mundo, y el Sistema Acuífero Guaraní es una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Bolsonaro ya declaró favorable a tercerizar el control sobre la Amazonia y busca privatizar el acuífero. La inexistencia de una preocupación ambiental en el gobierno de extrema derecha, al mismo tiempo que acelera la deforestación del bosque por los terratenientes (aliados) que avanzan contra las tierras indígenas y las reservas ambientales, reducirá la producción de oxígeno. La permisividad de uso de agrotóxicos y pesticidas en el 1,2 millón de kilómetros cuadrados en la cuenca del Paraná y del Chaco-Paraná, en poco tiempo puede imposibilitar el uso del agua del acuífero para beber.
Este conjunto de conclusiones sobre Jair Bolsonaro no son difíciles de verificar. Su posición racista con los quilombolas (afrodescendientes) que los midió por arrobas (peso para animal), homofóbica cuando declaró preferir un hijo muerto a que fuera LGBT, y la defensa de la cultura de la violación y tortura, grita al silencio de la comunidad internacional ante lo que nos espera.
Es importante recordar el periódico alemán CV-Zeitung, volcado a la comunidad judía, cuando el 2 de febrero de 1933, después de la toma de posesión de Hitler, destacaba en la portada: "¡Despierta! Sí, él está loco, pero no será tan malo... somos una democracia y tenemos la constitución, ¡la Constitución lo detendrá!". El análisis se probó equivocado, ante una historia que, en otras tierras y tiempos, se repite
Trump anuncia su intención de designar a Brasil como mayor aliado no OTAN de EE.UU.
Publicado: 8 may 2019 20:22 GMT | Última actualización: 8 may 2019 21:24 GMT
Esta designación la otorga Washington a sus aliados con quienes mantiene estrategias de trabajo militares, que no son miembros de la OTAN.
El presidente estadounidense, Donald Trump, notificó este miércoles al Congreso de su país su intención de designar a Brasil como el mayor aliado "no OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)" de EE.UU.
"Estoy haciendo esta designación en reconocimiento al reciente compromiso del Gobierno de Brasil de aumentar la cooperación en materia de defensa con los EE.UU., y en reconocimiento de nuestro interés nacional en profundizar nuestra coordinación de defensa con Brasil", dice el texto, publicado por la Casa Blanca.
Esta designación la otorga Washington a los aliados con quienes mantiene estrategias de trabajo militares, que no son miembros de la OTAN.
Los rumores sobre la designación de Brasil, por parte de Trump comenzaron en marzo pasado, cuando el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, realizó una visitaoficial a EE.UU. y entre los temas que trató con su homólogo estadounidense estuvo la cooperación en defensa militar.
Brasil es, además, un aliado de EE.UU. en la región y ha sido clave en el tratamiento que Washington ha dado a la actual situación política en Venezuela.
En abril pasado, Bolsonaro declaró que Venezuela "no puede continuar como está", y señaló que su país y EE.UU. están trabajando en crear "fisuras" en el Ejército venezolano para eliminar el apoyo dado por los militares del país al presidente Nicolás Maduro.
En Latinoamérica arden dos bastiones del pinochetismo neoliberal: Chile y Colombia, mientras que en Brasil, Jair Bolsonaro —quien intenta eludir una guerra comercial con Trump— tiene miedo de aplicar las reformas pinochetistas de su ministro de finanzas, Paulo Guedes, que pueden abrasar al país cuando Lula ha salido de su encarcelamiento.
Antes de que estallaran en forma espectacular las manifestaciones en Francia por el repudio a la reforma de pensiones del presidente Emmanuel Macron, en Brasil, en forma no menos sorprendente, el presidente Bolsonaro hizo aprobar por el Congreso las reformas a las pensiones que estaban atoradas dos décadas, lo cual fue festejado ruidosamente por su ministro neoliberal de finanzas, Paulo Guedes, un Chicago boy remoldeado en Chile por el pinochetismo dictatorial.
Los adictos al neoliberalismo, como el rotativo Financial Times, arguyeron que "sin la reforma a las pensiones, la deuda pública de Brasil se hubiera incrementado en forma atroz" y hubiera desembocado en un "colapso social".
Las revueltas de los millennials en Sudamérica, que exhibieron la flagrante disparidad de sus índices Gini —la brecha entre pudientes y pobres— ha frenado la marcha triunfal de las reformas neoliberales de la dupla Bolsonaro/Guedes, ya que la mayoría de las fronteras de Brasil han sufrido fuertes sacudidas.
A nivel electoral, el caso de Argentina, donde Mauricio Macri, aliado de Bolsonaro, sufrió una humillante derrota ante el retorno del peronismo del binomio de los Fernández (Alberto/Cristina).
Las revueltas caleidoscópicas de los millennials, que hoy carecen de futuro, incendiaron sus fronteras: Perú, Colombia, Venezuela y Bolivia. También Ecuador y, sobre todo, Chile, con quienes carece de fronteras, están incendiadas y sus llamas planean alrededor del Congreso de Brasilia y de las calles desde Sao Paulo hasta Río de Janeiro cuando el incendio social de Brasil —el mayor país de Latinoamérica en territorio y su principal economía— puede ser de mayor envergadura que el reciente incendio del Amazonas.
El gasto en seguridad social en Brasil es uno de los mayores del mundo: en 2018, constituyó el 44% del presupuesto federal y el 8,6% de su PIB.
El triunfo de la reforma de las pensiones en el Congreso fracturado, formaba parte de un paquete de reformas neoliberales —que han fracasado en sus países vecinos en Sudamérica y que conforman la privatización de la empresa eléctrica estatal, la austeridad automática que obliga a estados y municipios a topes en sus gastos, un nuevo sistema tributario— hoy ininteligible y de los más regresivos del mundo, el fin del monopolio del Gobierno para acuñar su divisa, y una "reforma administrativa" para la poda de salarios de los mimados empleados públicos.
El "pacto federativo" aboga crear un Consejo Fiscal conformado por el presidente, la cabeza de la Suprema Corte, los líderes de ambas cámaras del Congreso, el jefe de la Corte de Auditoría y los gobernadores estatales, con el fin de vigilar los presupuestos federal/estatal/municipal que tendrían un botón rojo para declarar 'una emergencia fiscal' en caso de rebasar el tope y así propinar una serie de medidas de austeridad que recorten los salarios y las horas de trabajo de los servidores públicos.
Muchos venden que el ministro de finanzas Guedes es el segundo hombre más poderoso, después del presidente, debido a que concentra otros cuatro ministerios: Comercio, Trabajo, Industria y Desarrollo. Hasta cierto punto, ya que la estructura militarizada del presente Gobierno exhibe como vicepresidente al muy influyente exgeneral Hamilton Mourao, de 66 años, de mayor jerarquía militar que el excapitán Bolsonaro de 64 años.
El exgeneral Mourao es el primer vicepresidente que proviene de una etnia indígena y pertenece al conservador Partido Renovador de los Trabajadores del Brasil (PRTB), quien desde el punto de vista geopolítico ha impedido el pleito de Bolsonaro con China y las aventuras de Bolsonaro presidente, un evangelista sionista, que emprendió con el atribulado primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
Por cierto, la reciente onceava cumbre de los BRICS en Brasil reanudó sus optimas relaciones con China y Rusia, lo cual quizá indispuso a Trump quien propone elevar las tarifas del acero y aluminio importados tanto de Brasil como de Argentina (en la fase del saliente Macri).
El Consejo Editorial del rotativo neoliberal Financial Times, que controlan los banqueros esclavistas Rothschild, alentó a propinar golpes militares en Brasil y Latinoamérica para intentar salvar de su colapso al neoliberalismo pinochetista que es el modelo que mejor beneficia los intereses de la plutocracia anglosajona.
El rotativo británico hizo la ditirámbica apología del ministro de finanzas, Paulo Guedes, quien amenazó con reinstaurar el Acta Institucional 5 (AI-5) del Gobierno militar de 1968 con el fin de frenar las movilizaciones sociales encabezadas por el recientemente liberado de la cárcel, el expresidente Lula da Silva.
Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, sugirió la reinstauración del AI-5 que tendría la facultad de despedir al Congreso y reinstalar la tortura, además de emprender arrestos masivos de la oposición.
Para el editorial del Financial Times, Bolsonaro debe tener control de sus nervios y no ser asustado por el "populismo", ya que, con el riesgo de no aplicar las reformas económicas, "las ventanas para el cambio (sic) se cerrarán, quizá por años, y los inversionistas internacionales voltearán a otro lado".
Financial Times se acongoja de que sea probable que "las reformas en Brasil hayan perdido su momento para Bolsonaro" debido a las revueltas en Chile (sic) y a la confusión política doméstica.
Más que las revueltas en sus otras fronteras incendiadas, las erupciones del volcánico país a seguir son las de Chile debido a la compenetración de Paulo Guedes con su modelo pinochetista/neoliberal fracasado del que abrevó durante mucho tiempo.
El problema de Guedes no es solo su ultrareduccionismo mental, sino su adicción al fracasado neoliberalismo colapsado por doquier, al exhibir una grave ausencia de sensibilidad política llegando a creer, cuando fue aprobada la reforma de pensiones, que existía "una nueva (sic) política en Brasil".
En su entrevista al Financial Times, Guedes proclamó que la "ideología es el verdadero enemigo", como si el monetarismo de Milton Friedman y sus Chicago boys, al unísono de su misántropo neoliberalismo fiscalista no constituyera, más que una ideología, una verdadera teología de intoxicación que solo favorece a una voraz plutocracia.
Las alucinaciones financieristas de Guedes no tienen limite y, sobre su experiencia en Chile, comenta que cuando vivió en su capital Santiago, "Chile era más pobre que Cuba y Venezuela que hoy, y los Chicago boys la arreglaron. Ahora (sic) Chile es como Suiza", desechando los costos sociales de un desempleo del 21% en 1983.
Por lo pronto, la reforma para podar los salarios de los empleados públicos, ha sido pospuesta por temor al castigo en las urnas de cara a las próximas elecciones municipales de octubre del 2020.
Lo peor de todo es que Guedes carece de cultura geopolítica y no sabe que en caso de una reelección de Trump puede ser desechado al basurero por los militares de Brasil, sea por su mismo hoy aliado el excapitán Bolsonaro, sea por el exgeneral Mourao.
Guedes no oculta que busca crear una sociedad abierta popperiana, al estilo del economista austriaco Karl Popper, cuyo principal palafrenero global es el megaespeculador George Soros. Con su determinismo ideológico, el Gobierno brasileño no solamente augura su fractura, sino también su perdición.
Dejando de lado a Mourao y sus opciones geopolíticas contrarias al presidente, la esquizofrenia gubernamental alcanza niveles inconcebibles entre la alianza maldita de Bolsonaro con Guedes al carecer de viabilidad operativa.
Bolsonaro, es el aliado evangelista sionista de Trump y de Netanyahu, mientras que Paulo Guedes, es epígono de George Soros. Quizá Bolsonaro y Guedes ignoren que Soros es el peor enemigo en el planeta de los aliados de Trump y Netanyahu.