Nadal machaca a Djokovic para ganar su 13º Roland Garros
El español destroza al número uno en tres sets y 2h:41 para alzar su 13º título en Roland Garros. Empata con Federer a 20 Grand Slams y deja al serbio en 17.
En el pulso por la historia, Rafa Nadal rompió el brazo a Novak Djokovic en Roland Garros. Le machacó por 6-0, 6-2 y 7-5 en 2h:41 para lograr su decimotercer título, una marca escandalosa. Pero, sobre todo, esprintó en la carrera por convertirse en el mejor tenista de la historia. Con 34 años, llega a los 20 Grand Slams, como Roger Federer (cumplió 39 y no gana un 'grande' desde comienzos del 2018). Y detuvo al ambicioso serbio en 17. Un bombazo en el Roland Garros de la pandemia.En otoño y en las peores condiciones para él, derribó todas las dificultades con una actitud intachable. Hizo sencilla una de las cosas más difíciles del deporte actual: ganar a Djokovic para alcanzar su victoria 100 en el torneo. Brutal.
Nadal, si no lo estaba ya, ingresa del todo en la categoría de los mitos. De los grandes entre los grandes. De esas excepciones que pueden llevar sobre su espalda el título de GOAT (Greatest of all times), ese término tan americano que pueden lucir gente de la pasta de Muhammad Ali, el campeón de campeones del boxeo y de la vida. De Pelé con sus tres Mundiales de fútbol. De Michael Phelps y sus 28 medallas olímpicas en la piscina. De Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo. Del tirano Michael Jordan y sus seis anillos y seis distinciones de MVP de las finales. Del caníbal Eddy Merckx, insaciable en cualquier carrera y carretera. De su admirado Tiger Woods y Jack Nicklaus... De gente cuyo nombre produce temblores al pronunciarlo. Como el de Roger Federer o el Novak Djokovic. Porque el mérito para Nadal es que, siendo coetáneo de otros dos monstruos, es capaz de pelear por ocupar él solo la cima.
El partido comenzó con malas noticias para el español. Unas pocas gotas de lluvia repiqueteaban sobre la estructura de la Philippe Chatrier y la organización cerró la flamante cubierta. Nadal iba a jugarse su supremacía (12 títulos en 12 finales) en las peores condiciones posibles. En indoor, donde las nuevas bolas Wilson unidas a la humedad contribuyen a restar revoluciones a su top-spin y altura a los botes. "La pelota no me irá por encima del hombro como de costumbre", había advertido el serbio... Dio igual.