El tifón arrastra vientos sostenidos de 225 kilómetros por hora.
Goni, la tormenta tropical más fuerte del año, ha tocado tierra en la isla Catanduanes (Filipinas) la madrugada de este domingo convertido en un megatifón, con vientos sostenidos de 225 kilómetros por hora, informan medios locales.
Se espera que durante las próximas 12 horas se registren "vientos violentos y catastróficos" y "lluvias torrenciales" en la región de Bicol, que cubre el extremo sur de la isla principal de Luzón y Catanduanes. "Es una situación particularmente peligrosa para estas áreas", explicaron desde la oficina meteorológica estatal.
El fenómeno meteorológico, que se fue intensificando a medida que se acercaba al país asiático hasta convertirse en megatifón, sacude Filipinas una semana después de que el tifón Molave azotara la misma región del archipiélago —propenso a este tipo de desastres naturales—, cobrándose la vida de 22 personas e inundando aldeas bajas y tierras de cultivo.
"Parece que tendremos vientos realmente fuertes, lo que aumentará las posibilidades de inundaciones y deslizamientos de tierra generalizados", indicó Mark Timbal, portavoz del Consejo Nacional de Gestióm y Reducción del Riesgo de Desastres. "Las marejadas ciclónicas son inminentes en nuestra costa este", añadió. Asimismo, precisó que están monitoreando los volcanes Mayon y Taal "en busca de posibles flujos de lodo volcánico".
Olas de 16 metros
Cientos de personas han quedado varadas después de que la Guardia Costera del país asiático ordenara que los transbordadores y los barcos de pesca permanezcan en los puertos a la espera de que se reduzca la intensidad de las olas, que alcanzan los 16 metros de altura.
Se espera que Goni se debilite al cruzar el sur de Luzón y entre en el mar de la China Meridional en las primeras horas del lunes.
Filipinas se ve afectada por una media de 20 tormentas y tifones cada año, que suelen arruinar cosechas y destrozar hogares e infraestructuras. El más mortífero fue el megatifón Hayan, que en 2013 desató olas gigantes en la ciudad de Tacloban, dejando un saldo de más de 7.300 víctimas, entre fallecidos y desaparecidos.