La cama es el lugar preferido por la mayoría de los españoles para hacer el amor. Es, por antonomasia, el sitio ideal para desinhibirse y disfrutar con la pareja de los placeres del sexo. Pero desde aquí te aconsejamos que experimentes. ¡Sal de la cama! y busca otros lugares donde disfrutar de tu sexualidad. No te conformes siempre con lo mismo porque puedes caer en la temida monotonía. A continuación, te ofrecemos un listado de 10 lugares donde experimentar y dejarte llevar.
1.- En un aparcamiento público
“Era medio día y después de tomar unas cervezas nos dirigimos a un aparcamiento público donde teníamos el coche. Después de jugar allí mismo un rato decidimos buscar un lugar más apartado: sexo rápido dentro del coche a plena luz del día. Fue muy divertido”. Así nos lo explica Sonia, una maestra de 25 años que ha comprobado en sus propias carnes que cualquier lugar puede ser perfecto para iniciar una relación sexual. No hace falta que el sitio en cuestión esté rodeado de erotismo e intimidad. En muchas ocasiones lo más excitante es el riesgo de que puedan descubrirte “in fraganti”.
2.- En la orilla de un río
La naturaleza despierta todos nuestros sentidos. Es uno de los contextos más románticos e idílicos que existen y también de los más excitantes. Precisamente, Juan y Andrea experimentaron una placentera relación en este ambiente: “Paseábamos por el campo y llegamos a la orilla de un río. Nos sentamos muy cerca en las rocas que lo bordeaban. Se escuchaba el sonido de una cercana cascada. Nos sentimos integrados en la naturaleza: el sol, una suave brisa y la seguridad de que nadie nos veía”. No hace falta que te alejes demasiado de tu ciudad para vivir una experiencia similar a la experimentada por este matrimonio malagueño. Seguro que en unos minutos en coche puedes llegar a una zona de lo más campestre, y disfrutar de una velada en plena naturaleza.
3.- En la playa
La playa es uno de los escenarios más recurrentes en una fantasía erótica. Si este es tu caso, y has fantaseado con un encuentro sexual en la playa, es hora de llevarlo a cabo. Andrés, un comerciante de 32 años, sí que vivió esta experiencia: “Volvíamos de tomar unas copas y decidimos hacer un alto en el camino. Era verano y olía a mar. En aquel entorno me sentía como en casa: aquella playa me había visto crecer y ahora me acompañaba en aquella aventura. ¿Y si alguien nos sorprendía? Eso lo hacía aún más excitante”. Pero los encuentros playeros no tienen por qué producirse solo en la orilla del mar. Alta mar puede ser también un lugar idílico. Pilar, una pintora de 27 años, así nos lo cuenta: “Estábamos en la playa y decidimos bañarnos con las colchonetas. Nos fuimos alejando poco a poco, huyendo del calor de la orilla. A una distancia que nos pareció prudencial, nos quitamos los bañadores para tomar el sol, y ahí comenzó todo. Acabamos dentro del agua sujetándonos a los colchones como podíamos. Fue tan inesperado como divertido”.