Gordón de Minotauro:

**Es así como cientos de pedazos y trozos de escoria se expanden presurosos dejando en el lugar de impacto un hueco de magnitudes impresionantes y, aún con el brillo espectral reluciente sobre aquel metal, el espectro invasor se incorpora con un gesto risorio entre sus labios, de donde mismo se desprende una sarta de alegorías y altivas afirmaciones -Jajaja ¿Bondadoso dices?- Cuestiona cuando sus pasos entonces se apoderan de la escena, haciendo retumbar los suelos con su pesada fornitura escabulléndose severa hacia el frente -Soy Gordon del Minotauro, Estrella Celeste de la Prisión- Realza su ego cuando su brazo diestro se posa angular al frente de su pecho -Y eh venido hasta aquí solo para aplastarte con el filo de mi gran hacha- Culmina ya frente del caballero de vestimentas doradas*

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***-En ese caso veremos que es más poderoso, si tu hacha, o mi puño...- responde el caballero de Rozan con un semblante totalmente confiado en su rostro para luego flexionar sus dos piernas y brazos de modo que su escudo izquierdo resalta en frente a su torso entero en tanto su puño derecho se mantiene junto al abdomen del intrépido santo de Libra que se muestra totalmente desafiante tanto en su postura como en el brillo de su cosmoenergía cuyo flujo se vuelve más contínuo y luminiscente en torno a todo su cuerpo**

Gordón de Minotauro:

**Por debajo de la pisada firme y rígida del espectro se denota como la presión va haciendo cuarteaduras en el suelo rocoso, desde las mismas que comienzan a hacerse brotar pequeños vestigios de polvo y tierra danzando alrededor del Minotauro, desafiando a la gravedad -Te lo aseguro caballero, tu puño romperá al encontrarse con mi hacha- Argumenta cuando aquel viento traslúcido se tiñe de violeta y contrastes malva, alzando un aura centellante cual efímero fuego infernal - ¡Gran Hacha Destructora! - Es sórdido destino del caballero plasmado en un grito de guerra que se abalanza sobre los cielos al igual que aquella diestra apuntalada, figurando el filo del arma mítica del laberinto cuando la misma se hace descender justo al frente del soldado de Athena: armadura, cuerpo y alma misma habrían de encontrarse con el esgrime aberrado*

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***De ese modo al verse una vez más atacado de aquella manera tan brusca el guerrero de Oriente abre de par en par sus dos ojos al intentar visualizar cada uno de los movimientos propuestos por su enorme rival y no vé otra solución que agacharse y posicionar sus dos escudos en frente de su cuerpo para de ese modo crear una suerte de pared de oro macizo en la que resuena el poderoso embate propuesto por el Espectro como si se tratara de un verdadero meteoro que impacta de lleno contra la tierra, creando debajo suyo un enorme cráter cuya influencia supera con creces el espacio personal del Atheniense, levantando asimismo una densa cantidad de polvo y pequeñas rocas en las que el Libriano no puede más que ser sepultado dejando de ese modo en inconcluso el resultado de tan terrible técnica**

Gordón de Minotauro:

**A verse desaparecida la imagen viva del caballero de Athena, una sonrisa se esboza y luego se exagera sobre el rostro del Espectro quien se suelta reír retirando su diestra y descansándola a un costado de su cintura mientras su surda imita dicha acción -¡Jajajaja!, Inútil caballero... Ya veo, con que ese es el ridículo poder de un Santo Dorado- Exclama viendo hacia el cielo, como si figurara presuntuoso ante la vista misma del Dios supremo celestial -¡Que patético!- Culmina entre más escalonadas carcajadas que hacen sonoro eco entre aquellas montañas, como si un demonio venido del infierno fuese quien se jacta victorioso*

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***Sin embargo entre las innumerables piezas de roca que sepultan el cuerpo del Libriano se deja ver un tenue haz de luz verde claro que pareciera multiplicarse por tres, luego cinco, y finalmente incontables filamentos luminiscentes que dan lugar a un prodigioso estallido que recrea una verdaera cúpula de luz alrededor de lo que supo ser aquella pila de escombros que ahora se ven reducidos a simples cenizas y polvo, dejando paso a la imagen del Libriano que con heroísmo y magnificencia levanta su puño derecho totalmente desprovisto de su escudo, en tanto en su siniestro antebrazo es posible observar una figura circular que se recorta entre la potente luz que desprende aquel valiente guerrero quien finalmente dice -Ya he descubierto el modo de vencerte... tengo que evitar ataques a corta distancia... Eres fuerte, has conseguido romper uno de mis escudos y practicamente inutilizar el otro, sin embargo gracias a ellos mis brazos aún siguen en su lugar.. ¡Y los utilizaré para destruirte!- exclama desafiante el tigre de Oriente quien se muestra gallardo y ostentoso**

Gordón de Minotauro:

**La ofensa se hace presente, el vívido ego del Espectro se ve dañado por la afirmación absurda del caballero sobreviviente -¿Crees que el poder destructor de mi hacha se reduce a la condición de ataque?- Cuestiona en un abrupto corte de sus risas, dando un salto hacia atrás desde donde vuelve a entonar -Veo que la leyenda de las doce armaduras no es pura habladuría... De no ser por ella tu cuerpo entero habría sido partido a la mitad- Adjunta orgulloso, mientras un respiro se hace notar en sus cuerpo y la postura de batalla le hace imponer sus cuernos hacia el frente, como el buey de la batalla que ascendió al cielo y se concibió en estrella del mal*

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***-En este momento, verás en qué te equivocas... Dependes mucho de tu hacha, pero sin el eres menos que nada..- replica el santo de oro ante las imprecaciones de su rival para luego detenerse a pensar "Sin embargo si no fuera por mis escudos, yo no estariía aquí... el tiene razón..." sin embargo la expresión de desafío en ningún momento desaparece de su rostro cuando acaba por exclamar -¡ahora lo verás!- tras ello, simplemente decide correr velozmente hacia donde se halla su enorme oponente, levantando pequeños retazos de polvo con cada paso en tanto aquel ardor luminiscente vuelve a abrirse en torno a su cuerpo, llevando una vez más consigo el color verde que simboliza a la Naturaleza y el dorado propio de la perfección cósmica que solo los mas poderosos del Santuario llegan a conocer**

Gordón de Minotauro:

**El cosmos ardiente del caballero no hace más que irritar el delicado equilibrio entre presunción y locura, aquella última que parece imperar en el fiel sirviente de Hades quien sin más responde al embate físico con su propio cuerpo como saeta; dando concepción a una carrera tan rauda como la del griego que me muestra cual fúrica bestia aberrada pues ni sus puños ni su hacha milenaria se apuntalan hacia el frente, son los cuernos de su yelmo que aguardan el impacto con el cuerpo dorado*

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***Sin embargo en el momento en que la colisión parece inminente, el guerrero de Athenaconcluye con un arriesgado e impulsivo movimiento al agacharse de modo que intenta barrerse por el suelo y pasar por debajo del enorme cuerpo de su rival exclamando - ¡¡Dragón ascendente.. de Rozan!! - proyectando su puño directamente hacia arriba y apuntando con el mismo directamente hacia el vientre del oponente, intentando ejecutar un golpe en el que todo su cosmos se concentra en dar forma a un enorme Dragón de escamas verde azuladas que asciende intempestivamente, abriendo sus fauces en un portentoso rugido que consigue crear un tenue temblor en la tierra en tanto continúa su ascenso entre bellos cúmulos de luz verde y dorada buscando impactar de lleno sobre el rival y arrastrarlo entre sus dientes hacia arriba con un poder destructivo comparable unicamente con la fuerza legendaria del reptil que serpenteante y veloz se adueña del nulo espacio de separacón entre ambos, buscando conseguir el éxito y dañar considerablemente al fortachón**

Gordón de Minotauro:

**La velocidad entrenada de aquel guerrero supera la expectativa borrosa y bestial de Gordon, aquel quien ve no a una figura humana bajo de si, sino más bien una luz perpetua e incandescente con tintes verdosos que recuerdan por mucho al destello apolíneo de la esmeralda al roce del sol -¡¿Qué?!- Exclama al momento en que el metal se desquebraja con el mero impacto de aquella energía, sofocando su abdomen con un impulso tal que sus pies se despegan del suelo viéndose ascender su cuerpo empujado por las fauces etéreas de un verdadero dragón -¡Maldición!- Es el grito único, desesperado y dolorido del Minotauro que se escucha tragado por el rugir imponente del dragón, perdiéndose ambos sobre los cielos donde las nubes mismas acarician la superficie celestial dejando a la expectativa el fatídico destino del taurino impactado*

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**Poniendose de ese modo en pie con lentitud, le Atheniense observa detenidamente el modo en que su ataque parece haber tenido el efecto deseado, sin embargo su pecho sube y baja de forma contínua debido al esfuerzo propio de atacar de aquella manera estando sus brazos semi adormecidos por el terrible embate del hacha del Minotauro -Me pregunto.. si eso habrá sido suficiente para acabar co su vida... sin embargo, debo mantenerme alerta..- murmura el aguerrido Tigre Oriental al continuar con su mirada fija en el cielo en el intento de seguir la trayectoria tomada por su rival supuestamente en pleno vuelo mientras se mantiene alerta cual si fuese un Depredador a la expectativa, agazapado frente al posible peligro**

Gordón de Minotauro:

**Es tan solo aquella escena parecida a los cuentos míticos y las epopeyas antiguas donde los Dioses hacían descender del cielo rocas ardientes que azotaban a la humanidad, así es como aquel cuerpo espectral encuentra el final de su viaje aéreo pues desde una altura indescriptible su cuerpo entero se desploma hacia los suelos, clavándose en los mismos con crudo y estruendoso desenlace; parece aquel el final ínfimo del guerrero del laberinto, más sin embargo, el poder que aviva en su interior reluce agónico mientras entre el polvo y la escoria metálica de su destruida armadura Gordon se intenta erigir, consiguiendo entre jadeos y el recorrer de hilares carmines tan solo ponerse de rodillas frente al imponente caballero -¿Cómo es posible?... ¿De dónde sacan los Caballeros tanto poder?- Cuestiona ya un ente más muerto que vivo pues sus orbes incluso lucen perdidas y el impacto en su abdomen presume la piel calcinada y destrozada como casi toda la extensión muscular de quien que agoniza*

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***Sin embargo a pesar de encontrarse frente a un enemigo, el Tigre de Oriente se muestra diplomático y noble al ver a su rival en tales condiciones con lo que se acerca lentamente hacia el sitio en donde el mismo subyace para expresar -Retírate ahora mismo... aún estás a tiempo...- la voz del guerrero suena ciertamente apenada al ver en tales condiciones a un hombre que incluso fue capaz de destrozar uno de sus escudos que según se rumora, tienen la misma capacidad de destruíir las estrellas que el resto de sus doce armas del mismo color dorado que aquel manto que ahora luce un tinte dorado melancólicamente descolorido por el polvo que le recubre en algunas partes, un color perfecto para aquel momento que se desarrolla entre ambos guerreros**

Gordón de Minotauro:

**La vista nubosa del Espectro se matiza de rojo ardiente pues incluso por sobre sus ojos transcurre el líquido vital -Caballero... ¿Tú?- Exclama poniéndose pie, apretando sus dentales para sofocar el dolor -Tú eres... ¡¿El Caballero de Libra?- Cuestiona con sorpresa mientras sus músculos vibran y su la tierra desciende desde su hombros -Aquel que sostiene la balanza del bien y del mal, El Tigre de Oro..- ¡Dohko de Libra!- Culmina cuando el último exhalar de su cosmos se enciende cual antorcha abismal, sucumbiendo el viento incluso ante tan ígnea esencia mientras toda aquella energía se va amotinando en la diestra orgullosa de aquel quien la levanta por los cielos, coronándola con el destello púrpura tan radiante que asemeja a una estrella infernal -¡Muéstrame tu mejor dragón!, y serás testigo de cómo este es aplastado por mi Gran Hacha- Vocifera quizá con la mitad de sus sentidos apagados, motivado y movido por el suculento sabor de la gloria y temeroso del amargo elixir de la deshonra*