Gracias a la vida que me ha dado tanto Me dio dos luceros que cuando los abro Perfecto distingo lo negro del blanco Y en el alto cielo su fondo estrellado Y en las multitudes el hombre que yo amo
Gracias a la vida que me ha dado tanto Me ha dado el oído que en todo su ancho Graba noche y día grillos y canarios Martirios, turbinas, ladridos, chubascos Y la voz tan tierna de mi bien amado
Gracias a la vida que me ha dado tanto Me ha dado el sonido y el abecedario Con él, las palabras que pienso y declaro Madre, amigo, hermano Y luz alumbrando la ruta del alma del que estoy amando